Carta abierta a las autoridades de Gobierno que frenan y sabotean la soberanía alimentaria

Tema en 'Debates' iniciado por kumurika, 14 Oct 2015.

  1. kumurika

    kumurika Usuario Casual nvl. 2
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    En el Día Internacional de la Soberanía Alimentaria nos dirigimos a Uds. para entregarles nuestra visión sobre los alimentos que estamos consumiendo mayoritariamente, lo cual nos aleja de la soberanía alimentaria. Hoy no podemos decidir qué producimos y qué comemos de acuerdo a nuestra cultura y necesidades. Para cambiar la realidad que aquí describimos, demandamos que su gobierno adopte políticas públicas al servicio de los consumidores y de los campesinos y campesinas que producen nuestros alimentos.

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    Al contrario de lo que pregonan autoridades de gobierno y la agroindustria, gran parte de nuestra alimentación es de mala calidad, producida utilizando hormonas, preservantes, colorantes y grandes cantidades de fertilizantes y plaguicidas, muchos de ellos altamente peligrosos, que dañan nuestra salud y la de quienes producen estos cultivos. Al mismo tiempo, cada vez hay más supermercados repletos de transgénicos no etiquetados, muchos de los alimentos procesados a la venta allí, que también constituyen un riesgo para la salud.

    Las ferias libres, y las ferias locales, en cambio, permiten acceder a verduras y hortalizas con menores riesgos para la salud. Pero los alimentos sanos integralmente, producidos a nivel local, con métodos agroecológicos, orgánicos o biodinámicos, sin plaguicidas, patentes ni fertlizantes, no llegan sino a una pequeña cantidad de los chilenos y chilenas. En general, esos productores no tienen canales adecuados de comercialización, y carecen del apoyo y estímulos estatales garantizados a la agroindustria.

    La vista gorda con el glifosato

    Este gobierno y particularmente los Ministerios de Agricultura y de Salud han escogido hasta ahora hacer la vista gorda ante el hecho que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud, ha reclasificado el herbicida glifosato y otros plaguicidas asociándolos al cáncer. Los estudios presentados por la industria para lograr la aprobación de plaguicidas y transgénicos, no arrojan conclusiones válidas porque sólo analizan efectos del muy corto plazo, ocultando así su real peligrosidad. Esto quedó en evidencia con la resolución de la IARC/OMS y ya había sido demostrado en el estudio del equipo del científico francés Gilles Eric Séralini, de dos años de duración.

    Pero no es necesario ir muy lejos para comprobar en terreno los efectos de la agricultura fomentada por la agroindustria biotecnológica. En Argentina la organización denominada “Médicos de Pueblos Fumigados” encabezó un equipo desplegado en terreno, que encontró un alarmante aumento de cánceres y malformaciones congénitas en la localidad de Monte Maíz, Córdoba. Allí se utiliza ampliamente el glifosato y otros venenos peligrosos, también registrados y en uso en Chile.

    Aunque el programa de Inocuidad Alimentaria del Ministerio de Salud se plantea “eliminar o controlar los agentes que representen riesgo para la salud de los consumidores y/o que puedan influir de manera gravitante en el perfil de morbi-mortalidad, ” este ministerio no realiza una vigilancia epidemiológica específica relacionada con cáncer y exposición a plaguicidas ni desagrega por comuna la información pública relacionada con la morbilidad por cáncer y la presencia de malformaciones congénitas en las regiones de O´Higgins y del Maule, u otras. En esos territorios la agroindustria esparce cada año miles de toneladas de glifosato y otros plaguicidas altamente peligrosos. Así se esconde la relación existente entre el uso de estos venenos y el sufrimiento de muchas familias campesinas. Estos costos ocultos de la agroindustria son una verdad incómoda que es mejor disfrazar con estadísticas generales.

    Escandaloso apoyo a Monsanto y ChileBio

    El Estado entregó nuevamente financiamiento a Monsanto y las transnacionales productoras de transgénicos para realizar investigaciones orientadas a facilitar la aprobación de leyes que introduzcan esos cultivos para el mercado interno. Según un boletín de ChileBio (el gremio de los productores de transgénicos), ejecutor del proyecto FONDEFF IDEA N° 13I10173 de Corfo junto a INIA, “los resultados de ese proyecto serán clave a la hora de legislar para la introducción de transgénicos en el país” y ya son publicitados por ChileBio en la revista Plant Biotechnology. En la revista, Miguel Ángel Sánchez, de Monsanto y ChileBio, se identifica como jefe del proyecto “Internet para el desarrollo agrícola de Chile: servicio público para estimar el impacto de coexistencia de especies vegetales genéticamente modificadas, convencionales y orgánicas”.

    También hay nuevos fondos estatales entregados al Consorcio BioFrutales para el desarrollo de uva transgénica y luego, de duraznos y carozos transgénicos. Se trata de tres proyectos recientemente adjudicados por InnovaChile y Fondef por $5.800 millones, por 10 años.

    El Estado chileno coarta nuestro derecho a saber qué comemos. Los supermercados nos venden alimentos procesados importados, que contienen ingredientes transgénicos, sin que exista etiquetado que permita optar por otros alimentos. El ministerio de Salud está a contrapelo de la tendencia mundial, que respalda el derecho de los consumidores a saber qué estamos comiendo. El reglamento sanitario fue modificado en 2003 a petición de la industria, para que Chile se guiara por un criterio inventado por las transnacionales agroquímicas y de la biotecnología, la llamada “equivalencia sustancial” que pretende calificar un alimento transgénico como idéntico a uno producido convencional u orgánicamente. SERNAC y MINSAL se amparan en ello para mantenernos desinformados sobre los alimentos que contienen transgénicos.

    Más fondos para el agronegocio

    Los fondos para investigación del Estado en agricultura, no se ocupan en estudiar cómo producir más sano. Discriminan a favor de la llamada “tecno ciencia”, la ciencia aplicada a resultados de innovación vinculados a los cultivos transgénicos o el desarrollo de híbridos o alimentos funcionales o a complicados sistemas tecnológicos para beneficio de la agroindustria.

    Este gobierno proclama su apoyo a la agricultura familiar campesina, pero órganos del Estado como INIA, FIA, la CNR y otros, así como la mayor parte de las políticas y presupuesto del ministerio de agricultura, continúan al servicio de la agroindustria. Por ejemplo, se han entregado fondos importantes para que estas instituciones desarrollen proyectos de generación de semilla “mejorada”. Los resultados de ese trabajo sin duda mejorarán los ingresos de la agroindustria, orientados a la exportación de semillas “mejoradas” o plantas de maíz, pimiento, alcachofa, o cerezo, y últimamente de la quínoa y el pepino dulce. Esas nuevas variedades, con propiedad intelectual registrada en el SAG, por su costo no estarán al alcance de los pequeños campesinos. Este tipo de “mejoramiento” genético tampoco tiene como objetivo satisfacer al consumidor sino al comercializador. Un ejemplo típico es el tomate que consumimos hoy mayoritariamente, de “larga vida” para el supermercado y los transportistas, pero sin olor ni sabor; o la sandía cuadrada para facilitar su transporte.

    Los cultivos desarrollados con la semilla campesina tradicional no se incentivan con ese mismo ímpetu ni con fondos generosos; no hay políticas de entrega de semilla tradicional a la agricultura familiar campesina, ni hay campañas públicas orientadas a mostrar las cualidades nutricionales de estos productos. Mientras los plaguicidas entran con arancel cero, no existen subsidios para la agricultura orgánica, Tampoco se apoya financieramente los procesos de transición de producción convencional a producción agroecológica. El Estado no está preocupado de abastecer a los comedores escolares y hospitales públicos con verduras y hortalizas sanas producidas localmente, como ocurre en Brasil y Bolivia. En Chile sólo interesa mejorar la productividad y orientar todo hacia la exportación.

    El gobierno también promueve la continuidad del decreto 701 de subsidio a los monocultivos de pino y eucaliptus que han dejado sin agua a las comunidades indígenas y campesinas. No es coherente apoyar la agricultura familiar campesina y continuar expandiendo estos monocultivos rechazados por su negativo impacto en el ambiente.

    Achipia aboga por normativas laxas

    Por su parte ACHIPIA, el nuevo órgano dependiente del ministerio de agricultura, que por definición debiera preocuparse de la calidad integral de los alimentos, está actuando en la práctica como portavoz de la agroindustria exportadora, orientado a convencer al público y el mercado externo que todo lo que Chile produce es de calidad. Aunque Achipia define la inocuidad de un alimento como “la garantía de que no causará daño al consumidor, cuando sea preparado o ingerido y de acuerdo con el uso a que se destine”, en 2012, la entidad no mostró ninguna preocupación por factores como los plaguicidas, que inciden en la salud de los consumidores. El funcionario de Achipia Eduardo Aylwin (actualmente asesor en temas de plaguicidas), al discutirse los LMR en alimentos, es decir los límites máximos de residuos de plaguicidas reconocidamente cancerígenos según la UE, USEPA, IARC, se opuso a que se aplicara la normativa más rigurosa.

    Actualmente incluso las semillas de hortalizas se recubren con venenos –insecticidas neonicotinoides- de carácter sistémico. Además de contribuir a la mortandad de abejas y a la merma de la apicultura, esas sustancias tóxicas van a estar presentes también en los alimentos. No existe norma sobre residuos de plaguicidas en miel.

    Las normas sobre residuos que existen no son garantía de calidad por la escasa fiscalización existente, pero sobre todo, como hemos visto en las comisiones respectivas público-privadas, han sido dictadas para ser lo más laxas posible, como resultado de la intensa presión de la industria productora de agrotóxicos, apoyados por académicos integrados a la industria.

    Llamamos al gobierno a prohibir los plaguicidas altamente peligrosos, promover efectivamente la agroecología, etiquetar los alimentos transgénicos, retirar el proyecto de extensión del Decreto 701, y generar una política de compras públicas de alimentos sanos para escolares y hospitales públicos.



    MINISTRO DE AGRICULTURA FUE PREMIADO POR GREMIO DE MONSANTO


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  2. kumurika

    kumurika Usuario Casual nvl. 2
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    a ver esta weaita el estado les paga a estos ctm para cagarnos mas bonita la wea :nonono: por algo monsanto premio al ministro :nonono:
     
  3. kumurika

    kumurika Usuario Casual nvl. 2
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    que manera de subsidiar a empresas amigas asi hay 0 posibilidad que quiebren alguna de ellas :nonono:
     
  4. teator

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    Bla Bla Bla... Trata de alimentar a todos los weones del mundo sin estas técnicas agrícolas, estaríamos comprando el kilo de tomates a 12 mil pesos.
     
  5. edipoleorey

    edipoleorey Usuario Nuevo nvl. 1
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    abajo los transgeneros
     
  6. Stephanie Fox

    Stephanie Fox Usuario Casual nvl. 2
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  7. rocco_000

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    Te crees un gran troll, pero eres nadie en comparación con los trolles expertos que han brillado con luz propia en el portal.

    Pronto volveré a este portal y te destruiré, lacra advenediza.-
     
  8. zextatula

    zextatula Usuario Nuevo nvl. 1
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    jajajajajja lo apoyo
     
  9. chichitl

    chichitl Usuario Casual nvl. 2
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    Para nada estimado, hay técnicas agrícolas con bases científicas (como la agroecología) que son mucho más productivas y baratas que los métodos agroindustriales. Acá en Yumbel hay un centro de estudios (el CET) que es pionero en ese tema y dado que los cultivos orgánicos son lo que la lleva ahora, recién se está revalorizando su trabajo que viene desde el año 70. Ellos tienen varios estudios de mejoramiento de suelo, aumento de producción y trabajo de aguas con métodos mucho más baratos y menos nocivos que la agroindustria.
    Personalmente creo que la biotecnología es una excelente herramienta para áreas como la medicina, la minera y la obtención de biocombustibles, pero hasta ahora, en el área agrícola, no ha demostrado ningúna mejora significativa en cuanto a métodos como el que te menciono.

    PD: Esta supuesta crisis alimentaria no es tal, imaginate que un tercio de toda la comida que se produce en el mundo, termina en los basurales. El problema es más bien de como se reparten los recursos, no sobre la escases de éstos.
     
  10. Hugo Montaldo

    Hugo Montaldo Usuario Casual nvl. 2
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    Siempre me ha llamado la atención lo contradictorio que son los reclamos de este tipo. Alegan que no pueden comer sano, que todo está lleno de químicos y la enorme ignorancia que hay respecto de la biotecnología y los alimentos "transgéneros" como dijo otro wn...jajaja y ni siquiera se preocupan de averiguar si lo que reclaman tiene fundamento.

    Los transgénicos son inocuos, así queda demostrado en cientos de estudios publicados hasta la fecha, hay metaestudios que así también lo confirman. Venimos comiendo genes desde que se existe la primera célula con ácidos nucleicos y los muy pelotudos creen que les dará cáncer o alergia. Si tan sólo supieran que hasta nosotros poseemos genes de virus y otras bacterias y que acá estamos vivitos y coleando, quizá se dejarían de decir tanta estupidez. De hecho, los transgénicos son muy seguros porque se controlan rigurosamente, no como por ejemplo la cruza al peo que hace don Jacinto en su parcela de la cual no hay ninguna clase de control más que mirarla y ver si al huaso ql le gusta el resultado. En este punto la estupidez paranoica de los ignorantes es lo que prima, porque andan más preocupados de a qué cosa tenerle miedo en vez de saber.

    Respecto de los cultivos "orgánicos", éstos usan más pesticidas que los transgénicos, porque muchos de estos últimos poseen genes que repelen plagas. Aunque el pesticida sea de origen natural como alegan los orgánico lovers, son químicos. La química es una sola. Además, en la mayoría de los casos si es que no en todos, necesitan mejores tierras y en mayor cantidad, porque muchos de los transgénicos pueden creecer hasta en suelos salobres y sin pesticidas, es decir, son más productivos, por mucho y además requieren menos cuidado, por lo que son más baratos.

    Una de las estupideces más grandes es querer etiquetar los transgénicos ¿para qué? No tiene sentido, ya que de ser así, tendrían que estar rotulados todos los alimentos que no son naturales, es decir, todos y cada uno de los alimentos que consumimos ¿por qué? porque no existen alimentos que no estén manipulados genéticamente (selección artificial, cruza selectiva, irradiados, injertos, etc) y que sean silvestres que estemos consumiendo. Un tomate dista mucho del tomate silvestre que apenas es comestible. Lo mismo se aplica para todos y cada uno de los animales de corral y alimentos que consumimos, todos están modificados genéticamente. Así que tendríamos que rotular todo ello para que tenga sentido esta soberana estupidez. Lo mismo se aplica para los ecoterroristas de Greenpeace y su absurda campaña anti-trangénicos. Por otro lado, el glifosfato hace harto rato está clasificado de baja toxicidad.

    Monsanto no es la única empresa dedicada al desarrollo y producción de transgénicos, de hecho el grueso de la investigación y desarrollo va por parte de universidades y ong's, las cuales hace tiempo que se pegaron el alcachofazo que por ahí va la cosa respecto de tener abundancia de alimentos a bajo costo e inocuos, por lo tanto, no es un escándalo que se financie en parte la investigación, es como lógico que sí se haga. Por otro lado, los grupo anti-transgénicos son ideológicos, como un partido político o una religión, no se basan en la investigación, la evidencia o estudios científicos, de hecho los pocos estudios que hay que indican que los transgénicos son dañinos, tienen problemas de metodología serios y son desechados o derechamente son truchos, si hasta hay un par de weones que están preciosos por cuchufletear estudios.

    Por mi parte, miro a los activistas anti-transgénicos del mismo modo al que veo a los evangélicos, con algo de lástima y vergüenza ajena.
     
  11. Abybi

    Abybi Usuario Habitual nvl.3 ★
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    Te dolió mariposón ql.
     
  12. FSCat88

    FSCat88 Usuario Casual nvl. 2
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    No sé si eres hueón o un MonsantoLover... te digo algo? tengo huerta en mi casa, y no uso ningún quimico, solo agua y tierra abonada naturalmente, y las semillas son orgánicas.

    Ojalá te duela esta patada en las hueas, pobre rata conchadetumadre, eres un sátrapa que quieres que nos roben las semillas nuestras propias de Origen, como lo hicieron en Argentina y en Europa, donde echaron a patadas a esta Nefasta Empresa.

    Vete a la mierda tú y tus discursos pro-hambre para mañana, cerdo imperialista.