[Entrevista] Cevladé "Dejé de tener sueños"

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La página mutis.cl ha realizado una entrevista a Cevladé que gira en torno a su nuevo disco "La casa de astaire". A continuación la entrevista.

Partamos por el disco y su evento de lanzamiento. El disco ya está, pero la celebración no es algo que esté programado, ¿no?​

Mi intención original era hacerlo en diciembre, pero no es posible por un tema de lucas por ahora. Hay otros factores que inciden, pero lo principal es el financiamiento. Queda para marzo o abril, no debería pasar de ahí.

¿Cómo ha sido dar a conocer el disco durante el año sin ese hito? Te tocó después del mundial, con mucha música chilena aflorando al mismo tiempo.​

Este disco me demoró más que los otros que he hecho. Mientras la gente estaba pegada al mundial, yo estaba preocupado de comer carne, tomar vino y hacer el disco. Es un proyecto que tenía hace rato y en la concreción de las metas y plazos, cachaba ya que estaría listo después del mundial.

Es un álbum con una carga lírica importante. ¿Cómo y por qué entra el cuento de Borges en este trabajo?​

Hay una intertextualidad super complicada pero que termina redondita, respecto al cuento de Borges, al mito del minotauro y respecto al disco y lo que me pasó a mí. Al final este disco iba a ser la conclusión de un proceso durísimo, donde perdí a mi familia, mi casa, mi pega, mi departamento, dramas con mi vieja, un montón de deudas.


Y terminé viviendo en una especie de mediagua detrás de la casa de mi abuela, que es donde vivían mis padres cuando recién estaban juntos. Y volví ahí. Fue significativo, con los años ya no estaba en las mismas condiciones, estaba llena de polvo.


Después de mi proceso, me di cuenta que el hilo conductor y el eje sobre el cual se articulaba todo era muy similar a lo que hacía Borges con el minotauro, que estaba encerrado, aislado, solo, monologando… Dije “ese soy yo” y ahí se fue fundiendo la idea del disco.


Hice hartas canciones, algunas quedaron fuera porque no entraban en la onda. Eran 14 originalmente por los 14 laberintos, pero una no calzaba conceptualmente. Y fundirlo con Astaire era porque además de ser un monstruo, es artista, es musical, baila, canta y todo eso.

¿Y artísticamente, había un propósito específico? El tener la big band acompañando, se desprende una intención por hacer algo con identidad propia, no es una jugada fácil. No sé si estás de acuerdo.​

Estoy de acuerdo con parte de eso. Entiendo por qué lo dices, porque vivimos con ciertos prejuicios y tendemos a categorizar todo. Nunca me propuse sonar distinto o apuntar hacia otro lado. La verdad es que se me dio la oportunidad porque estaba trabajando con los muchachos. Cuando yo sampleo uso música que me gusta, y mi sueño era sonar como las bandas a las que yo sampleaba.


Y ahora tengo la posibilidad de hacerlo, con gente a quienes admiro mucho. Estando ahí, la idea fue “hagámoslo”. Que el disco quede redondito, que tenga una propuesta categórica no es ningún propósito en especial. Para atrás ha sido lo mismo con mis otros discos.

¿Sientes que el rap chileno dejó de ser marginal y hoy es el estilo que logra verbalizar inquietudes mucho más amplias?​

Sí, creo que sí. Aunque partiendo de la base de que hay un canon que dice que el rap debe ser el hueón marginal reclamando por su condición y nada más que eso. Ese es un estereotipo que se refuerza permanentemente. Y al romper de ese estereotipo, al tradicional no le interesa investigar más allá porque se escapa del molde, amenaza el status quo y todo se puede revolver. Y lo que pasa al final es que en vez de que X rapero sea el regalón de todos, otro rapero lleva 3 veces más gente porque entra en un campo de juego más lucrativo, siempre que se preste para el negocio.

Es raro lo que pasa, porque hablando de prejuicios, por el otro lado – el de los músicos – también hay un prejuicio con lo que es administrar la carrera como tal. Se traspasa esa barrera y a la resistencia al sistema cuesta convencerla de empezar a trabajar por su lugar en la escena.​

Sí, o sea, creo que no son cosas tan colectivas. Son procesos personales. Hasta dónde estoy dispuesto a llegar, qué quiero hacer con mi carrera y qué creo que puedo a transar. ¿Quiero ser una estrella rapera? ¿Quiero quedarme siempre en las tocatitas por ahí? ¿Quiero salir a otros países? Ahí depende de ti mismo, es la valoración que cada uno le da…

Ya. ¿Y qué quieres hacer tú con tu carrera?​

Puta, buena pregunta (risas). Mmm… Yo vivo de esto, pero quisiera vivir un poco más holgadamente. Y metas concretas no tengo. Hace rato dejé de soñar como cuando uno es más niño. Yo dejé de tener esperanzas, de tener sueños. Las mías son metas bien a corto plazo. No me proyecto en ninguna cosa a más de 5 años. Tú me preguntái qué quiero hacer yo y por ahora es concretar el lanzamiento de mi disco en el Cariola y hacer dos videos que tengo en carpeta. Y para eso necesito lucas. Y para tener las lucas, necesito que mis conciertos de ahora vayan bien.

Volviendo a lo anterior, son hartos los que desde la llamada música urbana traspasaron la barrera a públicos mayores: Shamanes, Movimiento Original, Bubaseta.​

Acá estamos hablando de rap.

Pero los orígenes no son lejanos, ¿o no?​

Pero Shamanes es dancehall, pop, radio Carolina. Movimiento Original es reggae, le mete algo de rap y también radio no sé cuánto. Y Bubaseta o King Kong Click hace rato está dejando el rap por el reggae.

Pero todos salieron de donde mismo.​

Ahí volvemos a la pregunta anterior entonces.

A eso apuntaba con manejar una carrera justamente.​

Te entiendo, tienen sus carreras, les va muy bien a los tres, pero no son raperos.

¿Y el rapero de nacimiento debe permanecer en esta unidad original que decíamos entonces?​

Estái mezclando cosas, hermano. Tenemos un origen común, y llega el momento en que uno se quiere profesionalizar y cómo decías hay un límite que uno verá si lo pasa o no. Cuando te enfrentas a ese límite, dices “vendo el culo o no lo vendo”. Vendes el culo y dejas de hacer lo que hacías porque cachaste que con esta otra imagen vas a llegar a más gente.


Si me preguntabas qué quiero hacer, eso es lo que yo no quiero hacer. Y lo que me parece correcto. No se trata de ser purista ni ser tan estricto. Pero me parece que si tú vienes haciendo un tipo de música y te va bien con eso y cambias para que te vaya mejor, además de traicionar a todos los hueones que te venían siguiendo, te traicionas a ti mismo, a tu música, tu arte, todo. Te vuelves un vendido. ¡Esa es la palabra! Porque es distinto vender tu música a venderte tú.

Te entiendo perfecto. Y me suena a pelea súper conocida, con la que por ejemplo los rockeros también se van a sentir muy identificados. Salvo que los números que está alcanzando el rap chileno, en tocatas, en Internet o lo que sea son valores altísimos comparado con el resto de la música chilena. Tú quieres vivir un poco más tranquilo. OK, ¿por dónde va a ir eso? ¿Cómo piensas dar ese paso que te falta?​

Sí, está bien lo que dices, buena pregunta. Pienso que ese paso no implica abandonar mis raíces. Puede ser un manejo comunicacional distinto. O un video especial que abra ciertas puertas. Confío en mi música, creo que es buena. Sé que tengo falencias en muchas cosas como músico, pero tengo hueás buenas y las trato de potenciar. Y mis cosas buenas son las que quiero que la gente me identifique.


Deja pensar un ejemplo… Que DJ Méndez diga “dale duro papi” o algo por el estilo. Yo sé que si hago algo tipo “dale duro papi”, probablemente me escuche mucha gente. Pero no es así como quiero que me conozcan.

Menos mal que no será así. Pero volvamos a eso de sumar ritmos o estilos a la música que haces. ¿No te entra tampoco en el ánimo por experimentar quizás?​

Estoy de acuerdo que la música como cualquier arte debe ser libre de reglas. Cada uno debe incluso probar cosas nuevas. Por otro lado, me gusta que la música siga sonando como siempre ha sonado. Es una dicotomía, una lucha interna que quizás nunca se resuelva. Me gusta experimentar dentro de ciertos márgenes, hasta que me sigue gustando. Me gusta hacer rap. Me gusta mucho más que escuchar rap. Casi no escucho rap la verdad.

¿Por qué?​

Hace rato que no sale algo que me vuele la cabeza. Y además que uno no puede seguir escuchando toda la vida los clásicos de siempre. Entonces no…

¿Y chileno tampoco hay algo que se te haya cruzado? ¿No te llaman la atención Jonás Sanche, o Portavoz?​

Jonás es como un fenómeno. Yo lo conocí hace 15 años, cuando era una joven promesa, después era promesa a secas y ahora ya es presente. Portavoz también es un fenómeno. Todos ocupan el lugar que se merecen, y en el rap creo que el éxito o la figuración es bien justa, es bien meritocrática la cosa. La norma es que cada uno está donde tiene que estar.

¿Y tú dónde sientes que estás en ese mapa? Al menos el resto de tus colegas te pone siempre arriba.​

Yo soy muy modesto, muy humilde (risas). No sé si molesta más la modestia que la arrogancia. Creo que toda la modestia es falsa, el verdadero modesto no dice nada. No sé, yo igual estoy consciente de mi lugar, pero en Chile no puedes decir esas cosas porque quedas mal. Creo que estoy en una posición alta como tú dices. Puta, qué pudor hablar esa hueá (risas).

Se entiende. Pasa que en este tipo de conversaciones, al empezar a describir una escena con palabras, parece un ejercicio justo partir por casa y saber qué lugar ocupas tú en este caso.​

Eso es hacer trampa (risas). No, si entre nosotros nos vamos a entender de lo más bien, pero la gente que lee saca sus propias conclusiones.

Sí, la gente saca sus conclusiones, aunque quizás los tiempos hacen que con más información disponible ya no sea tan incierto lo que se concluya. ¿Crees que, dentro de todo, el público cada vez está más atento y sabe cuándo lo tratan de hacer tonto?​

En Chile creo que no. Hay varios que están inflados hay muchos que son cuenteros y que venden una imagen que no es. Hay que considerar que el público rapero es de mucho niño, entre los 13 y 23 creo. Entonces es fácil meterles el dedo en la boca. Y por eso en el pop se hacen proyectos como Justin Bieber, porque es el público más fácil de convencer.

A propósito de público joven, ¿te parece importante el vocabulario en la música?​

Me parece importante, sí, muchísimo. El chileno en general habla mal, eso se sabe. A mí mismo me cuesta elaborar discursos a veces. Y la música, como cualquier medio de expresión estamos construyendo realidad. El artista tiene una responsabilidad de lo que entrega a esta realidad. En la tele los periodistas hablan mal, en mi casa no reímos de eso: a veces aparecen palabras y se ponen de moda, duran un tiempo y se van. Por lo menos en ese sentido. Uno tiene un compromiso por el arte. Sí me preocupo del vocabulario, me molesta que hablen mal en las canciones, porque es la única manera que lo que tú estás diciendo sea bien entendido y no que se hagan interpretaciones erróneas.

Fuente: mutis.cl​