(HU) Mala suerte

Tema en 'Historia' iniciado por Ron...Travolta, 26 Ene 2015.

  1. Ron...Travolta

    Ron...Travolta Usuario Habitual nvl.3 ★
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    ¿Les ha pasado que hay momentos de tanta mala racha en sus vidas que parecería una coincidencia que nos sucedan tantas cosas a propósito?

    Hay épocas especiales en que se me han acumulado todos los problemas posibles, familiares, sentimentales, financieros y de toda índole, en que he acabado maldiciendo a mi mala suerte. Bueno, he aprendido que todo es pasajero, que siempre hay una solución, y ahora trato de tomármelo todo con calma.

    Siempre nos quejamos de nuestra mala suerte, pero sintámonos afortunados de no estar en los zapatos de personas a las que si les fue muy mal. Voy a contarles la historia de uno de ellos, de Enemon Kawaguki.


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    Enemon tenía 40 años, una bonita familia, practicaba deportes y era unalto ejecutivo de la Mitsubishi en Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial. La mañana del 6 de Agosto de 1945, alrededor de las 8 a.m. estaba en su despacho. Se aproximaba un avión B-29, pero las sirenas de la ciudad no dieron la alarma porque parecía ser un avión de reconocimiento como tantos aviones aliados que sobrevolaron la ciudad desde la semana pasada. Los obreros de la fábrica, por si acaso, se dirigieron a los refugios y él, ocupado en su trabajo, se demoró un instante antes de seguirles.

    Lo primero que sintió fue un intenso resplandor y después quedó inconsciente. El infernal calor, de 3.000 C°, convirtió instantáneamente en carbón a miles de seres humanos. Miles más les sobrevivieron unos pocos segundos, para luego ser golpeados por escombros o sepultados por edificios caídos. Muchos se lanzaron a ríos que habían hervido. Murieron unas 200.000 personas, la mitad de la población de la ciudad y desaparecieron aproximadamente 60.000 edificaciones.


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    Hiroshima después de la bomba atómica

    Al despertar, estaba desnudo -su ropa había ardido- y con quemaduras en todo el cuerpo. Tenía dos heridas, una en la cabeza, debida a un golpe con un hierro, y otra en la espalda. La fábrica estaba desierta y en llamas ya que estaba a 5 km de la zona cero. Sordo y aturdido, Enemon se alejó de la fábrica y del centro de Hiroshima desde el cual soplaba un desagradable aire caliente que dificultaba la respiración. Corrió hacia el mar y luego hacia el río que rodeaba la fábrica. Estuvo bastante tiempo en el agua y subió a una colina desde donde pudo ver la desolación causada por la bomba atómica. Exhausto, se quedó dormido.



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    Despertó tipo cinco de la tarde. Las heridas y las quemaduras le dolían, pero el aire fresco parecía calmarlas. Caminó semi desnudo por las afueras de la ciudad y siguiendo las vías del tren encontró un vagón. Ya había anochecido y tenía frío, así que entró en el vagón, se acurrucó en el interior y volvió a dormirse. Despertó dos días después. Estaba a bordo de un tren con médicos y enfermeras que habían atendido sus heridas. El tren avanzaba y avanzaba y parecía no detenerse nunca. Al final, la mañana del 9 de Agosto, el tren se detuvo y Enemon Kawaguki bajó del vagón junto a otros compañeros de viaje convalecientes y empezó a caminar hacia el centro de la ciudad.

    Parecían estar en una hermosa ciudad alejada de la guerra y sus horrores. Sin embargo, a los pocos minutos oyeron el sonido de un solitario B-29 acercándose desde el mar. Kawaguki ya lo presentía, se lanzó a una cuneta y se quedó acostado boca abajo. Los otros caminantes que pasaban por su lado le miraban sorprendidos creyendo que se había vuelto loco. Estaban a unos 4 kilómetros del centro de la explosión, en
    Nagasaki. Vio el resplandor, la oleada de calor y la destrucción. Esta vez no perdió el conocimiento y pudo ver el hongo nuclear y cómo los que estaban a su alrededor estallaban literalmente en llamas.



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    Kawaguki nunca se recuperó psicológicamente de su doble experiencia atómica. Tras recuperarse de las heridas sufridas por las dos explosiones se jubiló y se dedicó a vagar sin rumbo por el país. Incapaz de concentrarse, vigilaba temeroso y constantemente el cielo por si volvía a ver aparecer un solitario B-29. Llegó a delirar que los bombarderos lo perseguían a el.

    Después de 12 años, en 1957, Kawaguki moría en un hospital de
    Nagasaki. Finalmente, su cuerpo no fue capaz de soportar la radiación recibida. Quedó archivado como el caso clínico 163.641, el hombre que sobrevivió a dos bombas atómicas.

    Por eso, de ahora en adelante, si alguna vez creemos que la suerte nos ha abandonado, sería bueno que pensemos en Enemon Kawaguki. Hay archivos del
    Museo de la Paz en Hiroshima que incluyen a este señor, como uno de los ocho afortunados japoneses en haber sobrevivido a las dos bombas atómicas. Yo me pregunto...¿afortunados?




     
  2. βânglash™

    βânglash™ Usuario baneado
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    Cuatico , gracias por la info!
     
  3. iL Duce

    iL Duce Usuario Nuevo nvl. 1
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    Siempre espero a que publiquen estas historia de guerra. Gracias!!