Más de alguna vez habrás escuchado de algún "chascarro" infantil donde un niño choca con un ventanal demasiado limpio. Un video muestra a un perrito extremadamente precavido, sin ninguna intención de que le ocurriera algo así. A pesar de que el ventanal se encuentra abierto, el can se niega a entrar a la casa, mientras realiza los clásicos movimientos de un perrito ansioso por ingresar al hogar. La única solución que encontraron sus dueños para que el can entrara de una vez por todas, fue fingir que abrían una puerta imaginaria, para que su mascota consiguiera atravesar esa "barera invisible" que tanto parecía molestarle.
