Las hinchadas son algo parecido a una amante; siempre espera, siempre acepta los términos y reprocha aunque sea ignorada. En este breve espacio analizaré a los fanáticos del fútbol, secuencias de superclásico y dejaré instalada una duda: ¿por qué la derrota llega justo en este tipo de partidos? todo desde una mirada objetiva y con fundamentos vividos. Las barras, los cánticos, los lienzos y el "aguante" han existido siempre: la pasión por el fútbol, especialmente en sudamerica, tiene catalizadores desde todos los puntos posibles. Pero, seamos mas exactos, recreemos algunos pasajes en Chile. El hincha, el verdadero hincha, extrae el sudor días antes, vivir un partido tan trascendental como: Universidad de Chile V/s Colo-Colo, Boca V/s River, etc. Es sinónimo de nervios y ansiedad: el partido en si importa poco, la manera de jugar a veces pasa desapercibida, lo que verdaderamente importa, lo que realmente se lleva todos los aplausos, los elogios y portadas del diario es el marcador; muchas veces hemos visto a entrenadores o jugadores de un club vanagloriarse de sus rendimientos en partidos previos a un superclásico. Esto, claramente, motiva al hincha. Pero, para evidenciar lo que digo, repasemos un poco de historia. Colo-Colo, año 2012. Con Luis Perez como DT enfrentaba a la poderosa Universidad de Chile de aquel torneo, ganador de la Copa Sudamericana. En el partido de ida de la semifinal del torneo de apertura, Colo-Colo se impuso con un justo 2-0, recordando que ese partido fue realizado sin público por incidentes de hinchas en jornadas pasadas. El hincha Colocolino, con un marcador favorable y con medio pasaje hacia la final, revive su pasión y su esperanza hacia los jugadores, olvida el bajo rendimiento del equipo, se desentiende de todo ya que vencer al archirrival, cualesquiera sean las condiciones, provoca una catarsis en el hincha que sólo puede ser destruida por una contradicción: que nuestro enemigo nos venza. Y como ya es sabido, la "U" ganó por 4-0 en el partido de vuelta, instalándose en la final de aquel torneo venciendo a O'higgins en una polémica final. El segundo hecho es mas reciente; Universidad de Chile, de la mano de Martín Lasarte, emprenden un torneo de Apertura (2014) increíble. Anotando una media de 3 goles por partido, llegando invictos, punteros y con el mejor rendimiento del torneo al superclásico. Colo-Colo, por su parte, había tenido breves tropiezos, entre ellos una derrota ante el Capo de Provincia: lo que acá se genera es una brecha increíble entre ambas hinchadas. Por una parte los azules, los hinchas azules, llegan con la seguridad, con la confianza y tranquilidad de que su equipo jugará como lo viene haciendo, en cambio el hincha colocolino, ante este tipo de partido también se juega la vida, argumentando un triunfo albo con mas fidelidad que confianza. Los hechos de este partido, ya todos lo saben, un triunfo con situaciones polémicas, pero, como ya lo dije anteriormente, el marcador no puede ser objetado. Yo sostengo que el principal motivo de decaimiento de los equipos en partidos como éstos no son la falta de apoyo, ni los huevos y tampoco la suerte: lo que acarrea un mal rendimiento en un partido puntual es la altura del cabecilla, es la solidez y consistencia que tiene un entrenador al borde la cancha. No gana el DT con mas gritos, tampoco el mas ponderado, gana el que alguna vez tuvo amor por los colores y sabe cuanto duele perder ante el archirival.
Buena columna pero los clasicos, igual que muchas circunstancias en la vida se dan por una serie de factores, existe un rival que llega en peor situación pero pude salvar la temporada, el arbitraje, la ausencia de piezas claves, en fin, quien habre el marcador, todo influye en un clasico, la historia no juega, pero no negaras que un clasico no es clasico sin cobros polemicos, cuasigoles y expulsados, es la salsa del postre, sin ella no sabe igual.
