A una milla de Miya

Tema en 'Rincon Literatura' iniciado por Kaeleme, 18 Ene 2018.

  1. Kaeleme

    Kaeleme Usuario Habitual nvl.3 ★
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    Sabía de sus intenciones y aún así quiso seguir en aquello. Algo había en esa amistad que la conjugaba como algo especial. Cuando su amigo le pidió que cerrase los ojos, Miya dudó de lo que pasaría.

    ¿Se atrevería a besarle? Era el cuestionamiento que cruzó su mente, pero una rápida mirada a los ojos de su acompañante disiparon todo manto de duda.
    Sus ojos carecían de libido y en ellos se reflejaba la más sincera consideración, una petición libre de un deseo sexual.

    Miya accedió y cerró sus ojos, acto seguido su amigo le tomó la mano mientras le decía: "no abras los ojos por nada, sólo escucha y déjate llevar por tus pensamientos"
    Miya apretó firme sus párpados y se dejó envolver por las palabras de su amigo, éste hablaba en tono suave y pausado, recalcando palabras claves para la relajación de su amiga.

    "Imagina que hace un calor infernal, como el que hacía hoy en la tarde, un calor húmedo que te incomoda, para librarte de esa sensación llegas a tu casa y te tiendes en el sillón mientras te desvistes, luego estando desnuda te recuestas sobre este..."

    Miya titubeó un momento por el calibre que estaba tomando la historia, pero la mano de su amigo acarició la suya dejando de lado toda barrera que le hubiese provocado el contenido de la historia.

    "... te relajas en el sillón, tendida sientes el aire refrescar tu espalda, tus piernas y tus glúteos, una vez disipado el calor, la calma llena tu cuerpo. Sin embargo, sientes un roce en tu cuello, son mis manos que buscan tu cuerpo, mis yemas tocan sutilmente tu cuerpo mientras van recorriendo tu figura. Las yemas dan paso a las manos y con cálidos movimientos, sientes el calor que mi cuerpo te traspasa. Tus piernas, muslos y trasero no son obstáculos para mis manos, y el calor en tu interior aumenta lentamente..."

    Miya sentía cada una de las palabras de su amigo, sentía sus manos recorrer su espalda y como ese calor embriagaba su cuerpo. Con la mano que tenía tomada su amigo, Miya se aferró fuertemente.

    "... mis manos dan paso a mis labios y estos recorren cada una de tus curvas, llegan a esos lugares que están prohibidos y despiertan en ti la necesidad de sentirlos. Abro poco a poco y dejo que sientas mi lengua en tu humedad, que tu pelvis acaricie mis mejillas y que mis manos cojan tus caderas..."

    Miya estaba excitada, el relato de su amigo había prendido un deseo que nunca pensó a imaginar de él. Tenía ganas de que su relato se volviese realidad y abriendo los ojos lo miró al rostro.

    Su amigo estaba mirándola, pero sus ojos carecían de brillo, es como si hubiese visto a un títere colgado de sus cuerdas abandonado por su maestro. Miya no comprendió esa mirada y quiso besarle para que ese relato se volviese realidad, pero él la apartó poniendo sus manos entre ellos, movió la cabeza negando la situación y luego se levantó para marcharse.

    ¿Por qué, porqué no quieres si yo sé que me deseas? Preguntó Miya entre un tono acongojado y furioso.

    Su amigo le volvió la mirada vacía y se explicó:
    "La mente que es incapaz de imaginar lo posible no es digna de excitación... lo siento" Y acto seguido se marchó.

    Miya se quedó contemplando el caminar desanimado de su amigo, para luego regresar a sus cabales y darse cuenta de lo que había perdido.

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  2. Head.Banger

    Head.Banger Usuario Casual nvl. 2
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    Qué buen ritmo tiene, bien escrito, con algunos vacíos pero que son absolútamente trabajables.
    Bonita historia, bonita floritura de matices en los contrapuestos, en las analogías.
    Acá hay algo.
     
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