Era un consumidor habitual de locales de comida rápida, pero prefería uno en general. Estaba más cerca de su trabajo y siempre lo atendía una hermosa señorita. Una morena de un metro sesenta, ojos negros y cabello ondulado, su piel se veía muy lisa, en comparación con las espinillas de los demás. Su sonrisa siempre era agradable aun cuando sus ojos mostraran pena. Dentro de todo el universo de la comida rápida, él siempre prefería ese local. Hoy en la mañana lo vi llegar, con la seguridad de la atención casi personalizada que le daban, fue rápido al mesón (rápido a la velocidad del gordo claro está)y se topó con un chico espinilludo. Rascándose la nariz le pide al gordo su pedido. Un whopper doble con todo es lo que escuché, el chico, usando todo lo aprendido en sus cursos de capacitación, incentiva al gordo a agrandar su combo. Era evidente que la rutina sagrada del tipo no iba a cambiar. Rotundo NO para el muchacho. Antes que el chico pidiera que le hicieran el pedido al gordo, éste le indicó que lo quería con extra mayonesa. Con cara de vendedor a la fuerza, el espinilludo muchacho, asintió con la cabeza la petición del gordo. Balbuceando pide la extra-mayonesa en tono de disconformidad. El gordo paga, el chico le da su boleta y se retira a esperar su manjar. Cinco, diez y doce minutos y aún no pasaba. El gordo alterado pide que lo atiendan. El pedido estaba listo, sólo que no se lo habían entregado. Refunfuñando el gordo se va a sentar para comer su whopper, cuando nota que no trae extra mayonesa. Indignado se levanta, vuelve a reclamar al mesón y le pide al espinilludo que le de la extra mayonesa que había pedido. El espinilludo toma el whopper del gordo, lo lleva a la cocina y le dice al cocinero: échale la extra mayo a ese guatón culiao Ignorando que su comentario fue escuchado por más de una persona en el local, el chico vuelve a entregarle el pedido al gordo. Molesto hasta más no poder, el gordo exige hablar con el encargado del local por la mala atención. Deja el reclamo y vuelve a su mesa. Revisa su whopper y estaba rebozado de mayonesa con un desagradable escupitajo. Fue la gota que rebalsó el vaso, nadie podía detener al gordo. Se pasó sobre el mesón, tomó al espinilludo y lo llevó a la cocina, eso sin antes dejar noqueado a cuanto pelafustan se interpusiese en su camino con tremendos golpes de antebrazo. El espinilludo se esforzaba por salir de las garras de aquel oso quien tomó la espátula de la mayonesa y se le metió llena el muchacho, debe haberle hecho comer unas 7 cucharadas enteras antes que vomitara. Tomó la cabeza del espinilludo y la puso en la plancha. El muchacho gritaba del dolor, la gente llamaba a los carabineros para que hicieran algo, el olor a carne quemándose era sorprendente. El chico gritaba por su ojo, al parecer se lo estaba quemando, pero el gordo no paraba su furia. De pronto se sintió un gran golpe. Los más curiosos se acercaron a observar y vieron al gordo tendido en el suelo mientras el espinilludo lloraba por su cara desfigurada. Cuando llegó la ambulancia, el gordo ya estaba muerto, un ataque al corazón terminó con el día de furia del guatón. Atte Klm
Sí xD En muy pocas de mis "historias de suicidas" los protagonistas son suicidas en sí, pero cometen actos que los llevan a la muerte. Actos involuntarios o a conciencia, el asunto es que sus hechos, por lo general, terminan en muerte. Es como la típica excusa que se dice cuando se le recalca a una persona que fumar te puede matar "de algo hay que morirse ¿no?" es lo que suelen decir. Mis historias son como aquella frase. Atte Klm
Me parece que podrias estar en la revista en una seccion pequeña porque tus cuentos son cortitos y entretenidos. Gracias !
Jjajjajajajaja, gordo asqueroso de verdad me dio asco leer la descripción que diste de él, Jjajajjajaa objetivo logrado. Me gusto más que la del "weon del metro", pues, esté final me parecio menos predecible x). saludos.