El beso de Judas

Tema en 'Cementerio De Temas' iniciado por hecap, 5 Feb 2009.

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  1. hecap

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    El beso de Judas

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    "El beso de Judas" - Anónimo del Siglo XII


    Segun los Evangelios, en el año 33 de la era cristiana, Judas Iscariote delató a Jesús de Nazaret en el Huerto de Getsemaní mediante un beso. Este momento ha sido representado en diversas manifestaciones artísticas, mientras el beso ha simbolizado tradicionalmente a la traición.


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    Ilustración de 1860


    En las obras de arte se representa a Judas dando un beso a Jesús en la cara, cuando lo cierto es que el beso tendría que ser en la mano, pues era costumbre besar a los maestros en la mano.


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    "El Beso de Judas" - Gustave Doré


    En el Evangelio de Judas se da otra versión de la historia, según la cual fue Jesús quien pidio a Judas que le traicionara: “Tú los superarás a todos ellos. Porque tú sacrificarás el hombre que me cubre (...). La estrella que indica el camino es tu estrella" (n. 56-57).

    En la Biblia


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    "El Beso de Judas" - Giotto di Bondone (1304)



    Cita :
    San Mateo, Capt. 23

    47 Todavía estaba hablando, cuando llegó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo numeroso con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. 48 El que le iba a entregar les había dado esta señal: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es; prendedle.» 49 Y al instante se acercó a Jesús y le dijo: «¡Salve, Rabbí!», y le dio un beso.



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    Cita :
    San Marcos Capt. 14

    43 Todavía estaba hablando, cuando de pronto se presenta Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes, de los escribas y de los ancianos. 44 El que le iba a entregar les había dado esta contraseña: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es, prendedle y llevadle con cautela.» 45 Nada más llegar, se acerca a él y le dice: «Rabbí», y le dio un beso.



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    Cita :
    San Lucas Capt. 22

    47 Todavía estaba hablando, cuando se presentó un grupo; el llamado Judas, uno de los Doce, iba el primero, y se acercó a Jesús para darle un beso. 48 Jesús le dijo: «¡Judas, con un beso entregas al Hijo del hombre!»



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    06 de Abril de 2006


    Judas no fue el traidor que vendió a Jesús por unas monedas, sino el discípulo privilegiado al que encarga la misión más difícil, sacrificarlo, según un documento llamado "El Evangelio de Judas".


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    Se trata de un papiro de 26 páginas que fue encontrado en Egipto en 1978 y que ha rodado desde entonces por los círculos de anticuarios, pero cuyo contenido y edad se desconocían.

    Los análisis de carbono 14, la tinta, el estilo de escritura y el contenido han hecho llegar a la conclusión de que se trata de un texto escrito alrededor del año 300.

    El códice contiene la única copia del Evangelio de Judas, en una traducción al copto del original en griego.


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    Por ello, Terry Garcia, vicepresidente ejecutivo de National Geographic, lo calificó en una rueda de prensa como uno de los tres textos antiguos más importantes descubiertos en el último siglo, junto con los manuscritos del Mar Muerto y los de Nag Hammadi (Egipto) .

    Se conocía de la existencia del Evangelio de Judas por una referencia hecha por el obispo Irineo de Lyon en el año 180 en su "Tratado Contra la Herejía".

    Pero hasta ahora nadie sabía lo que decía. Su mensaje transforma totalmente la figura de Judas Iscariote, que es el prototipo de la traición y la mentira en la Cristiandad.

    El libro comienza así: El relato secreto de la revelación que Jesús hizo en conversaciones con Judas Iscariote durante una semana antes de que celebrasen la Pascua.


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    En él se pinta a Judas como el único discípulo que conoce la identidad verdadera de Jesús, según George Wurst, profesor de la Universidad de Augsburg, en Alemania.

    No lo traicionó, sino sólo hizo lo que Jesús le pidió, afirmó Craig Evans, profesor de Nuevo Testamento de Acadia Divinity College, en Canadá. Así, Jesús dice a Judas en el libro: "Tú superarás a todos ellos. Tú sacrificarás al hombre que me recubre".

    El texto se encuadra en la tradición de los cristianos gnósticos, que enfatizaban la importancia del conocimiento: gnosis, en griego.

    No se trata del concepto actual de conocimiento, sino de un conocimiento espiritual, de lo divino dentro del ser humano, que permite a la esencia de la persona escapar de la prisión del cuerpo y elevarse al espacio celestial.

    Por ello, Judas, al entregar a Jesús a la muerte, facilita su salida del cuerpo y la liberación de la divinidad que llevaba dentro, según explicó Wurst.

    No es la primera vez que se ha lanzado la hipótesis de que Judas actuó por indicación de su maestro al venderlo con un beso, como refleja la película "La última tentación de Cristo".

    Sin embargo, se trata del primer documento antiguo que defiende esta visión.


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    ¿Es plausible lo que dice? Evans recuerda que en dos ocasiones Jesús pidió cosas en privado a dos de sus discípulos, según el Nuevo Testamento, y se pregunta si su entrega a las autoridades judías por parte de Judas no sería una tercera.

    Es posible que el Evangelio de Judas fuera preservado en la memoria y que los otros discípulos no lo supieran, dijo.

    Elaine Pagels, profesora de la Universidad de Princeton (EU), destaca que los cuatro Evangelios aceptados por el canon cristiano relatan los actos públicos de Jesús, pero no conversaciones privadas.

    Sin embargo, no es de esperar que se lea el Evangelio de Judas desde el púlpito en la Semana Santa.

    El padre Donald Senior, presidente de la Unión Católica de Teología de EU, dijo que este texto no se ancla en ninguna tradición histórica.

    A su juicio, usa los personajes de los libros canónicos, pero es una expresión de una teología específica, la gnóstica, en su concepción del cuerpo humano y la creación, que son muy diferentes a la de los Evangelios aceptados por la Iglesia Católica.


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    Quién lo escribió es otro misterio. En ningún lugar se dice que fuera Judas, pero eso no debería hacer dudar de su veracidad, pues la autoría de los Evangelios del Nuevo Testamento tampoco está asegurada.

    La mayoría de los textos son escritos en nombre de alguien más famoso, como lo es un discípulo de Jesús, según Marvin Meyer, profesor de la Universidad Chapman, en California.

    Pocos hay tan famosos como Judas.


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    El Evangelio Prohibido de Judas.(National Geographic - 2006)

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    Borges y el beso de Judas

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    La historia y la teología están conmovidas por la aparición de papiros encontrados en Egipto, que datan de 1.700 años atrás. En ellos, se inscribe como texto el ahora llamado Evangelio de Judas. El arte y la literatura trazan las líneas del universo. Anticipan y prenuncian los avatares de la realidad.

    Borges, en sus tres versiones de Judas, convoca a pensar en Judas no como el mero traidor de Cristo, sino cumpliendo un destino trágico e irrevocable a los designios de la divinidad: "Judas hizo sólo lo que Jesús le pidió que hiciera".

    El escritor utiliza el profundo estudio de Nils Runeberg, para configurar un Judas Iscariote que "para salvarnos pudo elegir cualquiera de los destinos que traman la perpleja red de la historia: pudo ser Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un infinito destino: fue Judas".


    Jorge Luis Borges imaginaba a Judas "besando a Jesús (si es verdad que lo besó), y sintiendo que en ese momento era un traidor, que ser traidor era su destino, y le era leal a ese destino aciago". Una vez más, Borges intentaba descifrar el laberinto.


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    Tres versiones de Judas (Cuento).

    Jorge Luis Borges



    There seemed a certainity in degradation.
    -T. E. Lawrence: Seven Pillars of Wisdom, ciii​



    Cita :
    En el Asia Menor o en Alejandría, en el segundo siglo de nuestra fe, cuando Basílides publicaba que el cosmos era una temeraria o malvada improvisación de ángeles deficientes, Niels Runeberg hubiera dirigido, con singular pasión intelectual, uno de los coventículos gnósticos. Dante le hubiera destinado, tal vez, un sepulcro de fuego; su nombre aumentaría los catálogos de heresiarcas menores, entre Satornilo y Carpócrates; algún fragmento de sus prédicas, exonerado de injurias, perduraría en el apócrifo Liber adversus omnes haereses o habría perecido cuando el incendio de una biblioteca monástica devoró el último ejemplar del Syntagma. En cambio, Dios le deparó el siglo veinte y la ciudad universitaria de Lund. Ahí, en 1904, publicó la primera edición de Kristus och Judas; ahí, en 1909, su libro capital Den hemlige Frälsaren. (Del último hay versión alemana, ejecutada en 1912 por Emili Schering; se llama Der heimliche Heiland.)

    Antes de ensayar un examen de los precitados trabajos, urge repetir que Nils Runeberg, miembro de la Unión Evangélica Nacional, era hondamente religioso. En un cenáculo de París o aun en Buenos Aires, un literato podría muy bien redescubir las tesis de Runeberg; esas tesis, propuestas en un cenáculo, serían ligeros ejercicios inútiles de la negligencia o de la blasfemia. Para Runeberg, fueron la clave que descifra un misterio central de la teología; fueron materia de meditación y análisis, de controversia histórica y filológica, de soberbia, de júbilo y de terror. Justificaron y desbarataron su vida. Quienes recorran este artículo, deben asimismo considerar que no registra sino las conclusiones de Runeberg, no su dialéctica y sus pruebas. Alguien observará que la conclusión precedió sin duda a las “pruebas”. ¿Quién se resigna a buscar pruebas de algo no creído por él o cuya prédica no le importa?

    La primera edición de Kristus och Judas lleva este categórico epígrafe, cuyo sentido, años después, monstruosamente dilataría el propio Nils Runeberg: No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas (De Quincey, 1857). Precedido por algún alemán, De Quincey especuló que Judas entregó a Jesucristo para forzarlo a declarar su divinidad y a encender una vasta rebelión contra el yugo de Roma; Runeberg sugiere una vindicación de índole metafísica. Hábilmente, empieza por destacar la superfluidad del acto de Judas. Observa (como Robertson) que para identificar a un maestro que diariamente predicaba en la sinagoga y que obraba milagros ante concursos de miles de hombres, no se requiere la traición de un apóstol. Ello, sin embargo, ocurrió. Suponer un error en la Escritura es intolerable; no menos tolerable es admitir un hecho casual en el más precioso acontecimiento de la historia del mundo. Ergo, la traición de Judas no fue casual; fue un hecho prefijado que tiene su lugar misterioso en la economía de la redención. Prosigue Runeberg: El Verbo, cuando fue hecho carne, pasó de la ubicuidad al espacio, de la eternidad a la historia, de la dicha sin límites a la mutación y a la carne; para corresponder a tal sacrificio, era necesario que un hombre, en representación de todos los hombres, hiciera un sacrificio condigno. Judas Iscariote fue ese hombre. Judas, único entre los apóstoles, intuyó la secreta divinidad y el terrible propósito de Jesús. El Verbo se había rebajado a mortal; Judas, discípulo del Verbo, podía rebajarse a delator (el peor delito que la infamia soporta) y ser huésped del fuego que no se apaga. El orden inferior es un espejo del orden superior; las formas de la tierra corresponden a las formas del cielo; las manchas de la piel son un mapa de las incorruptibles constelaciones; Judas refleja de algún modo a Jesús. De ahí los treinta dineros y el beso; de ahí la muerte voluntaria, para merecer aun más la Reprobación. Así dilucidó Nils Runeberg el enigma de Judas.

    Los teólogos de todas las confesiones lo refutaron. Lars Peter Engström lo acusó de ignorar, o de preterir, la unión hipostática; Axel Borelius, de renovar la herejía de los docetas, que negaron la humanidad de Jesús; el acerado obispo de Lund, de contradecir el tercer versículo del capítulo 22 del Evangelio de San Lucas.

    Estos variados anatemas influyeron en Runeberg, que parcialmente reescribió el reprobado libro y modificó su doctrina. Abandonó a sus adversarios el terreno teológico y propuso oblicuas razones de orden moral. Admitió que Jesús, «que disponía de los considerables recursos que la Omnipotencia puede ofrecer», no necesitaba de un hombre para redimir a todos los hombres. Rebatió, luego, a quienes afirman que nada sabemos del inexplicable traidor; sabemos, dijo, que fue uno de los apóstoles, uno de los elegidos para anunciar el reino de los cielos, para sanar enfermos, para limpiar leprosos, para resucitar muertos y para echar fuera demonios (Mateo 10: 7-8; Lucas 9: 1). Un varón a quien ha distinguido así el Redentor merece de nosotros la mejor interpretación de sus actos. Imputar su crimen a la codicia (como lo han hecho algunos, alegando a Juan 12: 6) es resignarse al móvil más torpe. Nils Runeberg propone el móvil contrario: un hiperbólico y hasta ilimitado ascetismo. El asceta, para mayor gloria de Dios, envilece y mortifica la carne; Judas hizo lo propio con el espíritu. Renunció al honor, al bien, a la paz, al reino de los cielos, como otros, menos heroicamente, al placer1. Premeditó con lucidez terrible sus culpas. En el adulterio suelen participar la ternura y la abnegación; en el homicidio, el coraje; en las profanaciones y la blasfemia, cierto fulgor satánico. Judas eligió aquellas culpas no visitadas por ninguna virtud: el abuso de confianza (Juan 12: 6) y la delación. Obró con gigantesca humildad, se creyó indigno de ser bueno. Pablo ha escrito: El que se gloria, gloríese en el Señor (I Corintios 1: 31); Judas buscó el Infierno, porque la dicha del Señor le bastaba. Pensó que la felicidad, como el bien, es un atributo divino y que no deben usurparlo los hombres2.

    Muchos han descubierto, post factum, que en los justificables comienzos de Runeberg está su extravagante fin y que Den hemlige Frälsaren es una mera perversión o exasperación de Kristus och Judas. A fines de 1907, Runeberg terminó y revisó el texto manuscrito; casi dos años transcurrieron sin que lo entregara a la imprenta. En octubre de 1909, el libro apareció con un prólogo (tibio hasta lo enigmático) del hebraísta dinamarqués Erik Erfjord y con este pérfido epígrafe: En el mundo estaba y el mundo fue hecho por él, y el mundo no lo conoció (Juan 1: 10). El argumento general no es complejo, si bien la conclusión es monstruosa. Dios, arguye Nils Runeberg, se rebajó a ser hombre para la redención del género humano; cabe conjeturar que fue perfecto el sacrificio obrado por él, no invalidado o atenuado por omisiones. Limitar lo que padeció a la agonía de una tarde en la cruz es blasfematorio3. Afirmar que fue hombre y que fue incapaz de pecado encierra contradicción; los atributos de impeccabilitas y de humanitas no son compatibles. Kemnitz admite que el Redentor pudo sentir fatiga, frío, turbación, hambre y sed; también cabe admitir que pudo pecar y perderse. El famoso texto Brotará como raíz de tierra sedienta; no hay buen parecer en él, ni hermosura; despreciado y el último de los hombres; varón de dolores, experimentado en quebrantos (Isaías 53: 2-3), es para muchos una previsión del crucificado, en la hora de su muerte; para algunos (verbigracia, Hans Lassen Martensen), una refutación de la hermosura que el consenso vulgar atribuye a Cristo; para Runeberg, la puntual profecía no de un momento sino de todo el atroz porvenir, en el tiempo y en la eternidad, del Verbo hecho carne. Dios totalmente se hizo hombre hasta la infamia, hombre hasta la reprobación y el abismo. Para salvarnos, pudo elegir cualquiera de los destinos que traman la perpleja red de la historia; pudo ser Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un ínfimo destino: fue Judas.

    En vano propusieron esa revelación las librerías de Estocolmo y de Lund. Los incrédulos la consideraron, a priori, un insípido y laborioso juego teológico; los teólogos la desdeñaron. Runeberg intuyó en esa indiferencia ecuménica una casi milagrosa confirmación. Dios ordenaba esa indiferencia; Dios no quería que se propalara en la tierra Su terrible secreto. Runeberg comprendió que no era llegada la hora: Sintió que estaban convergiendo sobre él antiguas maldiciones divinas; recordó a Elías y a Moisés, que en la montaña se taparon la cara para no ver a Dios; a Isaías, que se aterró cuando sus ojos vieron a Aquel cuya gloria llena la tierra; a Saúl, cuyos ojos quedaron ciegos en el camino de Damasco; al rabino Simeón ben Azaí, que vio el Paraíso y murió; al famoso hechicero Juan de Viterbo, que enloqueció cuando pudo ver a la Trinidad; a los Midrashim, que abominan de los impíos que pronuncian el Shem Hamephorash, el Secreto Nombre de Dios. ¿No era él, acaso, culpable de ese crimen oscuro? ¿No sería ésa la blasfemia contra el Espíritu, la que no será perdonada (Mateo 12: 31)? Valerio Sorano murió por haber divulgado el oculto nombre de Roma; ¿qué infinito castigo sería el suyo, por haber descubierto y divulgado el horrible nombre de Dios?

    Ebrio de insomnio y de vertiginosa dialéctica, Nils Runeberg erró por las calles de Malmö, rogando a voces que le fuera deparada la gracia de compartir con el Redentor el Infierno.

    Murió de la rotura de un aneurisma, el primero de marzo de 1912. Los heresiólogos tal vez lo recordarán; agregó al concepto del Hijo, que parecía agotado, las complejidades del mal y del infortunio.


    1. Borelius interroga con burla: ¿Por qué no renunció a renunciar? ¿Por qué no a renunciar a renunciar?
    2. Euclydes da Cunha, en un libro ignorado por Runeberg, anota que para el heresiarca de Canudos, Antonio Conselheiro, la virtud «era una casi impiedad». El lector argentino recordará pasajes análogos en la obra de Almafuerte. Runeberg publicó, en la hoja simbólica Sju insegel, un asiduo poema descriptivo, El agua secreta; las primeras estrofas narran los hechos de un tumultuoso día; las últimas, el hallazgo de un estanque glacial; el poeta sugiere que la perduración de esa agua silenciosa corrige nuestra inútil vio-lencia y de algún modo la permite y la absuelve. El poema concluye así: El agua de la selva es feliz; podemos ser malvados y dolorosos.
    3. Maurice Abramowicz observa: “Jésus, d'aprés ce scandinave, a toujours le beau rôle; ses déboires, grâce à la science des typographes, jouissent d'une réputabon polyglotte; sa résidence de trente-trois ans parmi les humains ne fut en somme, qu'une villégiature”. Erfjord, en el tercer apéndice de la Christelige Dogmatik refuta ese pasaje. Anota que la crucifixión de Dios no ha cesado, porque lo acontecido una sola vez en el tiempo se repite sin tregua en la eternidad. Judas, ahora, sigue cobrando las monedas de plata; sigue besando a Jesucristo; sigue arrojando las monedas de plata en el templo; sigue anudando el lazo de la cuerda en el campo de sangre. (Erlord, para justificar esa afirmación, invoca el último capítulo del primer tomo de la Vindicación de la eternidad, de Jaromir Hladík).

    FIN





     
  2. the hurricane

    the hurricane Usuario Nuevo nvl. 1
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    buena la info pero lei la mitad no mas XD me da pajita leerla.vale man
     
  3. Cabernet Subidon

    Cabernet Subidon Invitado

    conclusion tanto como judas y jesus eran gays.-
     
  4. Super.Naca

    Super.Naca Usuario Casual nvl. 2
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    ...xD
     
  5. bestiallica

    bestiallica Usuario Nuevo nvl. 1
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    me pasó exactamente lo mismo xD

    +1
     
  6. toto_forever

    toto_forever Usuario Habitual nvl.3 ★
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    mmm buta muy larga la info y no me interesa
    se agradese
     
  7. --[Rovealbo]--

    --[Rovealbo]-- Usuario Nuevo nvl. 1
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    harto larga la info se agradece
     
  8. solo22

    solo22 Usuario Nuevo nvl. 1
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    te tiene bien cagao la pasta base sako wea
     
  9. derast

    derast Usuario Nuevo nvl. 1
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    puta yo hace un tiempo ke vi el documental y esta bno wm...aunke no creo en toa esta shit de la religion....la wea demuestra una ves mas ke la iglesia catolica se metio toos los documentos en el orto pa makiniar la opinion de la gente y usarla en favor de elllos pa controlar toa la wea po....vale por la info man se agradece
     
  10. yulius69

    yulius69 Usuario Casual nvl. 2
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    Jajajaja el wn con mal humor...wena talla cavernet..y la info extensa pero wena..Saludos
     
  11. astarotxxx

    astarotxxx Usuario Casual nvl. 2
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    Jajajajajaj... se tiraban los pelitos del hoyo pa dentro (y no es chiste).

    Oye loco... Muy largo el post ....Deberias por lo menos leer lo que estas posteando y en ves de copiar y pegar, RESUMIR!!

    Y lo otro,... por ahi hay un foro de religión que es donde creo que deberia estar este mensaje.
     
  12. Nostradamus2012

    Nostradamus2012 Usuario Casual nvl. 2
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    me dió paja =
    pero wena la info:vaca:
     
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