Las Bolas Chinas

Este relato fue un regalo a una musa de portalnet.cl, ella le gusto, de todas formas esta inspirada en ella.

Las Bolas Chinas​

Todo comenzó en un día que tenías hora con tu ginecólogo, la típica visita de rutina; vas a la consulta de tu doctor y mientras estas en la sala de espera te pones a hojear una revista “Cosmopolitan”, lo mismo de siempre en la revista: farándula internacional, como tener a tu pareja feliz, recetas de cocina pero algo te llamo tu atención, llegas a la sección de consultas en especial de una pregunta hecha por una mujer de Ecuador; donde pregunta si usar bolas chinas permite ejercitar mejor la vagina. Llega tu hora, pasas al ginecólogo; claro ya es un hombre mayor es el típico doctor de origen alemán, alto, canoso, con lentes de marcos negros, manos enormes, un abuelo alemán de 1.80 metros y 150 kilos, claro lo debes ir a ver, si es además el ginecólogo de tu madre, hermanas, abuela y hasta primas. El doctor ya con voz cansada te dice que pases al biombo y te coloques la bata, mientras tu doctor atiende otros asuntos, mientras te cambias solo piensas en las bolas chinas, cómo te sentirías con ellas al interior de tu vagina; pero cuando el doctor te pregunta si estas lista, despiertas de tu sueño.
Mientras te acomodas, tu ginecólogo se coloca los guantes, mientras te habla diciéndote lo siguiente: “Javierita, tanto tiempo, como has crecido…………….uf aún me acuerdo cuando venias con tu madre……………pasando a otro tema, si estás bien, no hay problemas, solo que debes cuidarte como también se disciplinada con los anovulatorios………….has tenido complicaciones con los que te recete…………..ah ok, entonces continua con los recetados”; pero en realidad tu estas en otro mundo solo piensas en las bolas chinas. Te vas a mudar al biombo, mientras te vistes ves tu vagina y rápidamente te tocas tu clítoris, te produce placer, pero decides vestirte rápido.
Ya vestida, procedes a conversar con el doctor, el te pregunta sobre tu actividad sexual, si has tenido molestias con un largo discurso sobre los cuidados que debes tener en especial sobre tu higiene genital. Ante ese tema le preguntas al doctor: “Doctor en realidad le agradezco sus consejos, pero me salta una gran duda…….¿Es cierto que las bolas chinas ejercitan las paredes interiores de la vagina?”
El doctor te mira de reojo como diciendo “otra vez la misma pregunta”; el seriamente como todo alemán te explica y a la vez te muestra una ficha donde aparece una vagina con todas sus partes explicándote lo siguiente: “Javierita mire, las famosas bolas chinas hacen lo siguiente, contribuye a prevenir problemas de salud como la incontinencia urinaria o el vaginismo, además de mejorar la satisfacción sexual el uso de las bolas chinas acompañado de un gel específico ayudan fortalecer la musculatura pélvica y esto no sólo puede proporcionar una mayor satisfacción sexual a la pareja en sus relaciones, sino que también ayuda a atajar (o evitar) problemas como la incontinencia urinaria y los desgarros durante el parto. Las bolas chinas se introducen en la vagina como si fueran un tampón y se mantienen dentro mientras se realizan actividades cotidianas. El uso de las bolas chinas puede iniciarse con sesiones de 15 a 20 minutos al día durante unos tres días a la semana para después ampliarse a cuatro días a la semana y así hasta poder usarlas diariamente. Es importante que la usuaria esté en movimiento durante la sesión porque la vibración de las bolas chinas es precisamente lo que ayuda a ejercitar la zona pélvica, aunque no es aconsejable que hagas actividades bruscas, como correr, zumba, ejercicios bruscos, etc. No debes introducir en la vagina sin lubricar la zona, pues se pueden producir lesiones. La limpieza de las bolas chinas después del uso es igualmente importante. Así, puedes lavarlos con agua y jabón, pero también es aconsejable utilizar productos específicos que se comercializan para limpiar los juguetes eróticos, pues éstos permiten eliminar bacterias o gérmenes. Y no sólo hay que limpiar las bolas chinas en profundidad, sino que también hay que secarlas bien, preferiblemente con un paño de algodón, pues si se guardan mojadas pueden estropearse fácilmente. Te digo que dentro del colegio médico y en la asociación de ginecólogos no hay acuerdo en el uso, si vas a la Clínica UC no te lo van a recomendar, pero como soy tu doctor de cabecera Javierita, te digo que si los vas a usar debes ser responsable con su uso, ¿estamos de acuerdo?” Tú le respondes que si, que vas hacer responsable, pero le preguntas donde puedes comprar las bolas chinas, si solo las venden en los sex shop, tu doctor dice que también se pueden adquirir en las farmacias, pero si deseas ver en un sex shop, también sirve, pero que debes tener cuidado.
Ya fuera de la consulta de tu doctor, caminas por las calles de Santiago, el día es veraniego, hace calor, ves a la gente caminar cada uno en su mundo, pero a ti solo tienes una misión encontrar las famosas bolas chinas, llegas a un sex shop ubicado en pleno centro de Santiago, en calle Agustinas cerca del Ministerio de Vivienda en la Galería Arturo Prat, subes a un tercer piso e ingresas al sex shop, el cual está detrás de unos vidrios polarizados; pero al final entras y comienzas a ver una serie de juguetes sexuales; como consoladores, geles, bombas de vacío, lencería, afrodisiacos hasta que se te acerca un vendedor y te pregunta “buenas tardes señorita, en que te puedo ayudar”, le respondes si tienen bolas chinas, el vendedor te dice que sí, hay de todos los estilos: con espirales, grandes, pequeñas, siliconadas, metalizadas, de dos, tres, cuatro y hasta cinco bolas. Preguntas que podrías usar, dices ser primeriza en bolas chinas, el vendedor te recomienda primero en usar las de cuatro bolas, debido a su menor tamaño y en especial siliconadas; aceptas la recomendación, te pasan una caja de unas bolas chinas de color morado y además te venden un gel a base de agua. Sales con cara entre complicidad y éxtasis, corres en llegar a tu casa, pero decides de camino pasar a un baño del centro de Santiago en Paseo Ahumada, pagas y te metes al baño, está lleno, pero la curiosidad te mata, en el wc te sientas como si fueras a orinar, pero en verdad vas a colocarte las bolas chinas, miras el paquete y lees las instrucciones de cómo usarlo acordándote lo que decía tu doctor, ves las bolas, te ríes callada, pero analizas la situación, piensas como hacerlo y pasar desapercibida, pero decides hacerlo, colocas en las bolas chinas el gel y ya lubricada las cuatro bolas, comienzas a colocarlas dentro de tu vagina, la primera bola no te produce nada, la segunda cuando comienza a tocar tu clítoris sientes un pequeño cosquilleo, en la tercera bola al ingresar te produce una excitación nueva para ti, en la cuarta te fascina, te excita como si fuera el mejor de las penetraciones, pero se te escapa un quejido en el wc y las usuarias de los demás baños se quedan calladas y algunas se ríen, otras dicen “tellible finoli pu mija, corrase la paj’a en la casa, ten’i el pur’o quejido e’ cuica”, pero dejan todo de lado y sales del baño como si nada. Pero al subir las escaleras del baño público sientes como las bolas hacen efecto en ti, sientes como esas bolas comienzas a masajear y vibrar tu vagina, sales del baño pero al caminar continuas con esa sensación, te excita cada vez más, pero decides continuar tu camino, cada paso que das es un aumento en tu excitación, bajas a la Estación La Moneda para dirigirte a tu casa, cuando bajas las escaleras aumenta tu excitación lo sientes las ganas de gritar, pero te muerdes los labios y aguantas el grito, te afirmas de la baranda al terminar la escalera, una oficial femenina de Carabineros al verte afirmada te pregunta que te pasa, pero le miras y ella te ve la cara sonrojada con tus ojos brillantes, ella te mira fijamente pero mira tus piernas cuando ve un pequeño chorrillo de agua que corre debajo de tu falda, es el gel que está mezclado con tus fluidos vaginales, la oficial dice “señorita, tome este pañuelo desechable para que se limpie, le entiendo como mujer que pases por este accidente”; le dices gracias a la oficial y te secas los muslos mientras la oficial dice “¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡circulen, circulen, acá no hay nada que ver!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!”, hasta que llega un oficial masculino preguntando “Buenos días, buenas tardes mi Teniente Alcázar, ¿Qué le pasa a la señorita?, ¿Llamó un móvil?”, con un seco “¡NO!, no llame nada Cabo Quiroz, solo es rutina”; ya la vergüenza te carcomía, pero además te excitaba con las vibraciones de las bolas chinas, continuas tu camino, caminas y llegas al andén para tomar el metro pero para variar el andén está lleno, caluroso, los ventiladores con agua en vez de refrescar sofocan con lo lleno, ese aumento de temperatura más te excita, estar rodeada de gente te da un sentimiento de estar jugando con lo prohibido, tus pezones se comienzan a erectar, sube tu pulsaciones como si todo fuese ilegal como prohibido.
Subes al metro, está lleno, quedas al medio del vagón lleno, apretada, estas rodeado de una señora de edad y del típico oficinista con los audífonos en los oídos, cada movimiento del vagón estimula aún más las vibraciones de las bolas chinas, intentas de evadir la sensación escuchando en tu celular Portishead, justo suena “Roads” no logras concentrarte con la canción, cada nota, cada movimiento del vagón, cada apretón que te dan entre los pasajeros del vagón aumentan tu sensación de placer, solo quieres gritar, solo quieres desahogarte del placer que sientes por cada masaje de las bolas chinas, intentas de acordarte de la canción cuando dice “¿Cómo me puedo sentir tan mal? ¿Desde este momento, ¿Cómo me puedo sentir tan mal?” pero en vez de bajar el placer, aumenta tu sensación de placer, sientes un orgasmo en el metro, cierras los ojos, no quieres acordarte de nada, pero las vibraciones de las bolas chinas hacen acordarte tus experiencias de tu primera vez, la cita a ciegas, el consolador y tu primer squirting para finalizar con el postre, solo quieres gritar, pero al final te aguantas, todos en el vagón te miran con cara “de que le pasa a esta señorita”; no falta las personas que reclaman por estar todos apretados y el poco respeto al usuario del metro, pero en realidad no saben lo que tú estás viviendo.
Terminas tu periplo en el metro pero debes hacer el trasbordo en la micro, haces la cola, ya te estas acostumbrando a las vibraciones de las bolas chinas, subes a la micro y te diriges a tu hogar, te sientas en un asiento que da a la ventana, mientras te diriges a tu casa, el bus hace movimientos brusco como saltos por efectos de los “eventos” como de los lomos de toro, eso hace que sientas más excitación, pero te aguantas, ya comienzas a disimular todo.
Llegas al paradero cerca de tu casa, te bajas del bus para caminar las cuadras para llegar a tu hogar, cada paso que das es una vibración más fuerte de las bolas al interior de tu vagina, miras la hora y llevas más de una hora con ellas al interior de tu vagina, te asusta pero además te gusta estar abusando de las bolas chinas, sentir como vibran y masajean tu vagina; llegas a tu casa, no hay nadie, vas a tu pieza para sacarte las bolas.
Ya estando en tu pieza, comienzas a desnudarte, te sacas tu polera, ves que tus pezones están erectos hasta sudaron y sientes en tus pezones que a salido suero de tus pechos, algo nunca vivido por ti, los pezones están duros, tocas tus pechos y bajas tu mano derecha a tu vagina, la cual comienzas a tocar, sientes que esta húmeda donde tu clítoris esta erecto, lo tocas para sentir una electricidad que recorre tu cuerpo. Pero primero te sacas la falda, ya las sandalias están desparramadas, te acuestas para sacarte tu colaless, te lo sacas para abrir finalmente tus piernas, tu mano derecha pasa por tu vagina húmeda, sientes tus fluidos vaginales calientes, te comienzas a chupar los dedos saboreando tus fluidos vaginales, te tocas tus pezones y decides sacar tu consolador de la mesa velador. Le colocas el mismo gel que usaste para las bolas chinas, chupas tu consolador como si fuera un pene real, estas locamente excitada, solo gimes de placer, decides hacer una jugada nunca antes hecha por ti, enciendes tu consolador vibrador para colocártelo en tu culo, el movimiento te vuelve loca de placer sumado con el accionar de las bolas chinas.
Mientras te retuerces de placer por tu consolador en el culo, decides sacarte las bolas chinas, tomas el hilo para comenzar a sacarte suavemente las bolas, sale la primera bola, das un grito, cuando sacas la segunda te tocas con la mano que tienes libre un pezón, estas sudando, el placer es enorme, das un chillido como si fueras una gata en celo, cuando sale la tercera bola sigues chillando pero te tocas tu clítoris, comienzas a apretártelo y a pellizcarlo, con un movimiento hacia arriba, te sacas el consolador para empezar a chuparlo otra vez, mientras con la otra mano te sigues pellizcando tu vagina, el calor te es más excitante, tu corazón esta desbocado con tantas pulsaciones, ya solo falta una bola, dejas el consolador vibrado al lado, no quieres sacar la última bola, pero debes hacerlo, lo haces suavemente, te sacas la cuarta bola china, comienzas a decir “ayyyyyyyyyyyyyy, diossssssssssssssssssssss!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!, ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!!!!!!!!!!! Noooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Quiero un pico ahora!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!, quiero culear!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!” sacas la última bola, entonces decides chupar las cuatro bolas para saber que sabor tienen después de una hora, los comienzas a chupar una por una las bolas, sientes un sabor de tus fluidos, el gel y la silicona de dichas bolas.
Pero no conforme con eso comienzas con una de tus manos acariciar tu vagina, con la mezcla del gel y tus fluidos tu mano puede ingresar fácilmente en tu vagina, tres dedos ingresan a tu vagina, el placer que sientes es algo nuevo para ti, gimes, y ya dejas de chupar las bolas, tu mano comienza a entrar y salir de tu vulva, los dedos hacen su cometido, sientes que te vas a ir, entonces comienzas a agitar tu clítoris con tu mano, mueves tu mano como nunca, vuelves a gritar “ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy, meeeeeeeeeeeeeeeee voyyyyyyyyyyyyyyyy!!!!!!!!!!!!!!!” tu espalda se arquea, tus pies también se arquean, tus piernas comienzan a ponerse rígidas pero aun sigues con ellas abiertas, tus senos enormes están sudados y tus pezones erectos, pero justo llega el momento del final, das el grito final diciendo
“mieerrrrrrrrrrrrrrrdaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!, ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!” para lanzar un chorro enorme de tu vagina, has tenido una eyaculación, enorme, terminas tu primera experiencia con las bolas chinas, jadeas suavemente, cierras tus piernas y comienzas a escuchar Portishead la canción All Mine, tu mirada se pierde en el techo, para cantar suavemente, con una mezcla entre éxtasis, placer y haber hecho algo prohibido, desde fuera de tu pieza se escucha la canción mezclada con tu voz.

 

Gracias por el apoyo querida musa inspiradora.