Quiéreme , ahora o nunca.

Nuestros besos se tornaron cada vez más intenso, recorriendo nuestros cuerpos despacio y viviendo el momento cada segundo.


Dylan puso sus manos firmes y fuerte en mis glúteos, acariciándolos y apretándolos de vez en cuando. Mientras yo solo acariciaba su cuello despacio con mis dedos. Se separo de mi boca para besar mi cuello despacio, haciendo que mi cuerpo se estremeciera de placer.


Mi respiración se volvió agitada, mi corazón se aceleró demasiado sintiendo que tenía taquicardia. Dylan mordió mi cuello haciendo que soltara un leve gemido.


Me apretó contra su cuerpo despacio, sintiendo su erección a través de sus pantalones.


- Dylan. – Susurre mientras buscaba su boca.


Atrape su boca con la mía, besándolo con frenesí. Nuestras lenguas juguetearon un rato, nos mordíamos los labios con delicadeza, nos tocábamos como si fuera el fin del mundo.


Dylan comenzó a caminar hacia la mesa del comedor, donde me sentó en ella acariciando mis piernas a través de mis pantalones de jeans.

Me miro a los ojos con deseo, lujuria y con necesidad de tenerme.


- ¿Estas segura? – Me pregunto mientras seguía acariciando despacio mis piernas haciendo que me dieran escalofríos.


- No lo sé. – Rei nerviosa.


- ¿Por qué no lo averiguamos? – Me dijo lujurioso.


Me quite la polera rápidamente quedando solo en brasier, el no desvió la mirada de mis ojos intentando decirme algo importante que aún no podía descifrar.