[HU]El mausoleo del Primer Emperador y el Ejército de terracota

Limites era lo que menos tenían los emperadores de China, cuando ideaban la morada que los alojarían después de su muerte, dando rienda suelta a su fantasía y megalomanía. Los arquitectos y artistas de la corte estaban a cargo de cumplir sus osados deseos, haciendo palpable cualquier requerimiento. Es en este contexto en el que encontramos el Mausoleo del Primer Emperador, Qin Shi Huangdi, fallecido el 210 a.C. y enterrado en Lintong, a unos 35 kilómetros al oeste de Xi’an. Dentro de él, se encuentra el milenario Ejército de Terracota.

Crónicas de la época afirman que fueron necesarios casi 40 años para su realización. La sepultura monumental se encuentra bajo un túmulo de unos 50 metros de altura rodeado de un doble recinto amurallado, cuyo perímetro exterior es de unos 6.300 metros y cuyo contenido sigue siendo un misterio.

Sima Qian, el gran historiador del siglo I a.C., algo más de un siglo después de la muerte del emperador Qin Shi contaba que en el inmenso palacio subterráneo, construido por más de 700.000 hombre condenados a trabajos forzados, el techo de la sala principal reproducía fielmente la bóveda celeste, mientras que el Imperio estaba representado sobre el pavimento. Los ríos que discurrían hacia el mar mediante mecanismos, contenían mercurio en lugar de agua. Tal vez los inmensos tesoros depositados en el mausoleo fueron depredados pocos años después de la muerte del emperador, cuando su dinastía fue destronada y la capital, Xianyang fue destruida por tropas rebeldes.

En marzo de 1974, después de 22 siglos, a 1.225 metros de la colina donde posteriormente fue localizado el mausoleo del Primer Emperador, unos campesinos que estaban excavando un pozo sacaron a la luz la cabeza de un guerrero de terracota. Las investigaciones realizadas por un grupo de arqueólogos que acudieron inmediatamente al lugar confirmaron la hipótesis de que allí estaba enterrado el legendario ejército colocado en defensa del Primer Emperador sepultado en el inmenso mausoleo, cuya posición fue fácil localizar a partir de allí. Hasta el presente se han abierto cuatro fosas. La no.1 corresponde a la fortuitamente descubierta por los campesinos del lugar, mientras que la 2 y la 3 fueron halladas en 1976 y en 1977 gracias a una serie de prospecciones. En 1995 se descubrió la existencia de una cuarta fosa que se revelo vacía. Los arqueólogos consideran que se encuentran enterradas unas 8.000 estatuas y hasta ahora se han recuperado algo más de 1.300. Al área sobre la que se extienden las cuatro fosas cubre una superficie de más de 20.000 metros cuadrados. También se ha demostrado la presencia de fosas para sacrificios de acompañamiento distribuidas sobre un área muy extensa que supera los 50 kilómetros cuadrados y sobre los que hoy se encuentran al menos una docena de pueblos. Algunas de ellas contenían los esqueletos de numerosos caballos, pájaros, animales salvajes. También se han encontrado utensilios de distintos tipos, numerosas estatuillas de asistentes y criados y dos suntuosas cuadrigas de bronce pintado, tal vez preparadas para transportar al soberano a la mítica tierra de los Inmortales.

Las estatuas están realizadas con sumo realismo y una gran minuciosidad en los detalles. Solemnes y marciales en el porte como es propio de los miembros de un ejército imperial, los guerreros son de altura mayor respecto a la estatura humana: los ejemplares de pie alcanzan los dos metros, mientras que los arqueros arrodillados miden 1, 20 metros y su peso oscila en torno a los 150 kilos. Las facciones del rostro, la mirada, los peinados y otros muchos detalles de la cabeza y el cuerpo son tan perfectos que permiten intuir la pertenencia étnica de los distintos soldados, de hecho, cada estatua reproduce rasgos diversos, y también los equipamientos militares y los arreos de los caballos reflejan fielmente la realidad. Las estatuas estaban originalmente pintadas de distintos colores, hoy solo son visibles algunos vestigios de los pigmentos utilizados. La realización del ejercito de terracota requirió un esfuerzo enorme: se ha calculado que en su construcción participaron al menos 85 maestros (su nombre aparece inciso en las estatuas), cada uno ayudado por 18 asistentes, con un total de mas de 1.500 artesanos. Las prospecciones llevadas a cabo, la colocación de las fosas y la disposición de los guerreros recuperados hasta ahora indican con claridad que las estatuas han sido dispuestas siguiendo principios de táctica militar vigentes durante el final del periodo Zhou –inicio del periodo preimperial-. La fosa no.1, la mayor de las cuatro, de planta rectangular, tiene una superficie de 14.260 metro cuadrados. Hasta ahora han salido a la luz 1.087 guerreros, 32 caballos y los restos de 8 carros de madera, pero se estima que en conjunto estén sepultados mas de 6.000 guerreros, 1.600 caballos y 40 carros pesados componiendo legiones de infantería provistas de todo lo necesario para el combate y formadas en compactas filas. El núcleo central esta constituido por nueve columnas distanciadas entre si, constituidas por cuatro filas de soldados de infantería, y por dos columnas laterales formadas por una única fila. La cabeza del ejército esta formada por 210 arqueros dispuestos en apretadas hileras, tres filas de lanceros y carros de combate de madera con tiro de cuatro, cada uno con un auriga y dos soldados. La formación esta protegida a ambos lados por una columna de hombres dirigidos hacia el exterior. La retaguardia esta constituida por tres hileras compactas de guerreros, la ultima de las cuales da la espalda a la formación. De la fosa no.2, de menores dimensiones, se han recuperado hasta ahora unos setenta ballesteros a pie y arrodillados, numerosos jinetes, una cincuentena de caballos y los restos de varios carros de madera. Se estima que en conjunto están enterrados 1.300 guerreros, 450 caballos y 89 carros de combate. La disposición de los soldados de esta fosa sigue un esquema mas compacto que refleja la fuerza de choque de las secciones de caballería, protegidas por los arqueros. La fosa no.3, la mas pequeña con una superficie de 500 metros cuadrados se encuentra a unos 25 metros de la fosa no.1. Se cree que en ella estaba representado el cuartel general del ejército. Se han recuperado 68 guerreros entre oficiales y asistentes, desarmados y dispuestos sin una formación determinada, cuatro caballos y restos de un carro. La presencia de numerosos huesos de animales hace suponer que los comandantes llevasen a cabo sacrificios propiciatorios antes de una batalla. La fosa no.4, de una superficie de 4.608 metros cuadrados, es un completo misterio, ya que el yacimiento fue encontrado vacio. Esta fosa habría debido contener el cuerpo central del ejército, representando las secciones dispuestas en las fosas 1 y 2, respectivamente el ala derecha y el ala izquierda del ejército, mientras que la fosa 3 albergaba a los altos mandos. Toda la legión para la que se había preparado la fosa no.4 habría debido estar compuesta por soldados de carne y hueso, probablemente los reclusos que habían trabajado en la construcción del mausoleo, destinados a ser inmolados en el lugar según una antiquísima usanza entonces todavía no abandonada. Sin embargo, el historiados Sima Qian nos proporciona datos que avalarían esta hipótesis y a la vez explicar por qué no se produjo el sacrificio en masa: uno de los consejeros del Augusto Emperador le habría sugerido no inmolar a aquellos hombres para enviarlos a combatir contra las poblaciones que se habían sublevado contra la autoridad central. De esta forma los soldados habrían defendido a su emperador en el campo de batalla en lugar de estar a su disposición para las glorias de una vida ultraterrena.

El hallazgo del imponente ejército del Primer Enterrador de China, considerado por muchos como el descubrimiento arqueológico más importante del siglo XX, ha despertado el asombro y la admiración del mundo entero. El área sobre la que se extienden el mausoleo y el ejército de terracota se halla bajo la tutela de la UNESCO e idealmente forma parte del patrimonio de la humanidad.


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