Bueno compañeros portalianos, creo que me he dado muchos lujos en este foro, pero no creo que tenga la misma influencia en otro foro. Si les parece os dejo este mi más suble aporte. Johnny Capitulo 1: Soy un Criminales, Soy Hombre de Negocio Como siempre en mis viajes de negocios, pasando desde la morgue del hospital de Novra (Un pueblo minero) hasta las instalaciones escondidas de Alberto (Amigo y experto en computación). Cada día es diferente en cierta medida, unos son tranquilos, otros de festividades, otros de luto como también otros muy agitados. En este viaje fue todo muy normal salvo por los malditos ladrones de los parquímetros, deseo con tantas ganas sacarles las corneas, por qué al parecer tienen muy buena vista; a mi llegada donde Alberto, le pedí que actualizáramos la pagina web que poseo para agregar ciertas cosillas que había dejado de encargo en la morgue. Alberto como siempre, mientras agregaba objetos a la lista me hablaba de páginas web muy escondidas y casi en el anonimato como la mía. Me sugirió que me hiciera socio de una de ellas, pero por el momento no me interesaba, no obstante sonaba interesante. Al finalizar la actualización de los objetos en venta, me salto una duda, que únicamente Alberto sabría responderme. Era sobre la contratación de más seguridad, o sea sicarios y mercenarios, los cuales serian obedientes a mi, a pesar de lo que hiciera, porque esta claro que mientras les pague no habrá ningún problema a menos que me vendieran a otro hombre de negocios como yo, lo cual seria muy malo para ellos, dado a que cuento con otro tipo de influencias para darles búsqueda, atraparlos, grabarlos mientras los torturan y luego vender todo ese material a muy buen precio. Alberto quien es mi mano derecha, mi amigo, mi hermano político, mi compadre, el único al cual puedo confiarle mí vida, es al único a quien le puedo pedir este tipo favores, y tal como lo pensaba, me dijo que sí. Emprendió el viaje por la web, busco y buscó hasta dar con lo que necesitaba. Me pidió unas semanas para tener más información y darme la mejor opción. Mi junta con él se terminaba, pero como siempre le invité a la noche a unas copas en el bar del Ucraniano. Me fui a continuar con mis negocios. Tenia una junta con unos japoneses que me pidieron tres niños de cómo unos cinco a siete años y dos niñas de diez a trece años. A mi no me importa lo que quieran hacer con ellos y ellas, solo me importaba que me pagaran. Al subirme a mi automóvil llame por teléfono a Manolo, Pepe y a Byron (Mis matones. Siempre conmigo en cosas de negocios turbios) para que me acompañaran a la casa de Michael (El secuestrador. Al cual le pago para que haga lo suyo). Pase a buscarles al condominio en el que vivían. A pesar de ser gánsteres, tenían sus trabajos como abogados muy prestigiados en el pueblo. Me fui con Manolo y los otros dos se fueron en otro automóvil para hacernos respaldo en caso de cualquier cosa. Mientras avanzábamos le comunicaba a mi copiloto qué debíamos hacer el trabajo lo más rápido posible, porque había otro desgraciado que quería quitarme al cliente. Manolo sacó desde su pantalón un teléfono móvil e hizo una llamada a un tal Cristian, al cual le decía que cuando llegáramos a la calle Caletilla le esperara con el paquete. Nada raro para éste, porque lo conozco y se que llama por cocaína o armas de guerra, todo un personaje. Llegamos a la casa de Michael (Vive en un sector periférico del pueblo muy cerca del campo), le llamé y él salió inmediatamente. Quise ser formal y le saludé, le pregunte que tal su trabajo original (Él es Policía) y su familia, como siempre con su acento campestre me respondió que todo estaba bien en la jefatura, y que su familia estaba bien. Me pidió qué entrara en su humilde hogar. Su casa no es una casa que fuese pagada por un sueldo del estado, mas parece mansión, gracias a todas las transacciones turbias qué hace, a demás de todo el lavado de dinero que hace con las tiendas que tiene a nombre de Mónica, su esposa, la cual es una scort muy fina (Nada sexo, sólo compañía, según ella) quien maneja los dineros del pobre Michael. Al entrar salude a Mónica, quien estaba muy contenta de verme, también salude a la pequeña Isidora, siempre alegre. Continúe mi travesía al sótano junto con Michael, abrió la rejilla de la puerta que escondía a los infantes enclaustrados. Entramos y me enseño a los niños y a las niñas, quede espantado, le di una bofetada y le dije cómo tenia a esas pobres criaturas en tan mal estado. Le pedí que subiéramos para hablar, y por supuesto me obedeció. Cerramos el claustro y avanzamos a la cocina donde estaba Mónica y la niña, me acerque a la esposa de éste y le dije que se llevara a la niña a su habitación y la encerrara, luego que volviera porque teníamos que hablar, ella accedió y miró con cara de odio a Michael, el por su parte hizo un gesto de desinterés, lo cual fue sinónimo de una bofetada de parte mía una vez más. Al volver la mujer les pedí que se sentaran en el sillón mientras que yo me senté en el sofá. Les dije con mucha calma un sermón de lo moral e inmoral, comencé con Mónica, a quien le dije una madre no puede tratar de mala manera a unos pobre niñitos a pesar de que los han secuestrado. Continúe con Michael, a quien le dije qué si los japoneses no querían comprar a los niños, vendría por la pequeña Isidora para renegociarla por la falta de niños en buen estado. Ambos acataron mis órdenes. Les pedí que bañaran a los niños, que los vistieran lo mejor que se pudiera y que los subieran a la camioneta robada que le había pedido a Michael. Pero cómo siempre éste gordo bastardo arruino una vez más mis planes, no había camioneta. Me levante y les pedí que hicieran todo rápido, pero sin antes acercarme a Michael y bofetearlo. Salí del refugio putrefacto del policía y acudí a Byron, le pregunte si traía armas, él me respondió positivamente, continúe con Pepe y le pregunte lo mismo, él me pidió que viera el maletero de su automóvil. Lo abrió y vi con mucha felicidad armas de asalto rápido. Obvio de Pepe, siempre preparado para cualquier cosa, además de ser un ferviente devoto del apocalipsis zombie. Pasaron unos minutos y nada, me puse tenso. Prendí un cigarrillo mientras revisaba el mail en mí teléfono móvil. Habían mails de muchas personas, entre ellos uno de los japoneses que decía Esperamos que no nos falles Johnny, sería una pena que se te adelantara alguien . Con ese mensaje tan profundo, entre a preocuparme. Michael no salía aún, y mis nervios empezaron a colapsar. Saqué mi pistola y entré a la casa de Michael, me puse en el estar y grité ¡Tienes solamente treinta segundos para que llegues con esos mocosos aquí! De la nada llego Mónica con las niñas y los niños. Le pregunte que pasaba con Michael, ella me respondió muy acongojada, casi llorando, que él se estaba auto flagelando como castigo por faltar a la palabra. Eso me pareció impresionante, pero aún así estaba en mi obligación de hablar con él. Le pregunté a Mónica donde se escondía ese puerco infame, ella me dijo que en el baño. Me basto sólo eso para ir en búsqueda del bastardo. Entré en el baño y Michael estaba arrodillado azotándose la espalda con una especie de látigo con púas (Muy sadomasoquista) mientras se echaba agua de una botella con una cruz. Lo pateé y luego le pise la cara, me saque el cigarrillo de la boca y le dije muy tranquilamente Escúchame gordo maricón, si me vuelves a fallar llamare a unos amigos que les encantaría penetrar a tu hija hasta por los ojos. Esto no es una advertencia, sólo es un memorándum para que no vuelvas a dejarme mal con mis trabajadores, maldito so hijo de puta Apague mi cigarrillo en su brazo izquierdo, él gritaba como el puerco que es. Me regrese al estar y le dije a Mónica que fuera sacar a su esposo del submundo en el que se estaba metiendo, porque eso de auto flagelarse quedo en el pasado, además de que era una muy mala imagen para su hija. Me acerque a los niños y les dije que se tomaran de las manos y me siguieran, ellos accedieron y caminamos hasta mi automóvil, les pedí que entraran y se acomodaran a gusto. Le dije a Manolo que disimulara y que mirara entre ojos a donde estaba la arboleada, él accedió, miro y me preguntó que quería que hiciera, pues fue claro no bastaron palabras, fue donde Pepe y le pidió el rifle. Nos subimos a nuestros automóviles y Manolo disparo. Byron y Pepe fueron por el cuerpo de un fisgón que estaba fotografiando nuestros negocios. Nos dirigimos a la población La Torre, donde quedaba la calle Caletilla. Llegamos y Manolo se bajo y se metió en un edificio maltrecho, de muy mala pinta, esperamos solo tres minutos y volvió con un bolso. No quise decir nada y continuamos nuestro viaje para encontrarnos con los japoneses. Llegamos a aeropuerto hechizo, muy bien escondido entre unas colinas casi impenetrables, el camino desde ahí solo era a pie, y debíamos llevar a los niños con nosotros. Les dije a Pepe y a Byron que se camuflaran entre el estero y la arboleada, por la visión que tenían y todo eso. Avanzábamos y una de las niñas decía que tenía hambre, les entregue unos chocolates a cada uno y los mire con una tristeza que sabía que se pasaría con el dinero qué me entregarían. No podía dejar de compadecerme de tan pequeña criatura, sabía que una vez que yo se los entregará los japoneses harían lo que se les pasara por la mente con el grupito de niños. Tenía claro que los violarán, degradarán, torturarán, les harán tener sexo con animales tanto vivos como muertos, les harán usar juguetes sexuales, los asesinarán, luego los volverán a violar muertos y todo será grabado y fotografiado para su comercialización en el submundo del cual soy parte. Pero eso ya no estaba bajo mi jurisdicción, yo sólo cumplo con mi labor de Hombre de Negocios. Estaba muy claro qué si los japoneses no aceptaban mi propuesta me asesinarían e igual se llevarían a los niños, y pues por eso tenía que estar alerta. Avanzamos por un camino horrible hasta que llegamos a la zona del negocio (Un terreno de unos tres kilómetros por unos cien metros con un helicóptero). Vi a tres hombre muy bien vestidos, como si vinieran a trabajar a una gran empresa. Me acerque rápidamente y se me acerco a la vez un hombrecito de no mas de un metro cincuenta y cinco, quien me dijo con su español tan mal hablado ¿Deberás tu de ser Johnny? Quise responder pero el continuo sin dejarme hablar Yo soy el traductor de mis clientes. Quiero ver la mercancía ahora Hice un gesto con mi mano derecha para que Manolo fuera se acercara con los niños. Los japoneses se acercaron rápidamente a cotizar como estaba la merca. Uno de esos hombrecillos hablaba mientras que su traductor nos explicaba lo inentendible del otro Mi cliente quiere saber que si los niños están en perfectas condiciones, y también quiere saber si han sido penetrados antes Quede impresionado con la mierda que hablaban estos tipos, qué tuve que detener el ultraje que se llevaba a cabo con los niños y le dije al traductor ¡Eh! Cabrón, dile a tus clientes que se detengan y que muestren el dinero para poder creer que esta venta se llevara a cabo El japonés le hablo a sus compatriotas y saco una especie de comunicador inalámbrico en el cual apretó un botón, e hizo que otro hombre pequeño se bajara del helicóptero con dos maletines. El hombre llego y hablo algo con su jefe (O creo que era su jefe), luego se me acerco y me entrego los maletines, el traductor hablo Johnny ahí están los quinientos mil dólares. Cien mil dólares por cada uno Abrí una maleta y habían tres corridas de billetes, en la otra sólo dos corridas de billetes. Estaba todo muy bien, cancelamos el trato y antes de irnos de ahí me acerque a la niña que me que tenía hambre y le dije al oído Cuando alguien te quiera hacer algo, golpéalo, si tienen armas quítaselas y no dudes en usarla contra ellos, se que saldrás de esto y me buscaras para asesinarme. Te juro que esperare ese día Así nos alejamos del lugar y nos devolvimos al automóvil. Mire a Manolo y le dije ¿Viste de donde es el helicóptero? Él me respondió fascinado Sí, es de lo bastardos de la alcaldía de Neptaera. Esto lo sabrá Joaquín No pude quedarme en silencio y le dije muy lentamente de comienzo y fui normalizando la velocidad de mi hablar Escúchame muy bien. Tú no dirás nada de nada, lo sucedido esta tarde, nunca paso. Si se te ocurre hablar esto con alguien y especialmente con Joaquín, yo mismo con mis propias manos te sacare los riñones, el hígado y las corneas, además de hacerte comer tu propio intestino grueso. ¿Estamos? Agachó la cabeza y respondió que sí. Era obvio, tengo todo bajo control, jamás nadie puede hacer transacciones como las mías en mi territorio, para eso tienen otros lugares. Volví a hablar para hacerle entender el porque lo del helicóptero Escucha, y escúchame bien. Estos so hijos de puta de Neptara tienen algo entre manos, es de seguro que nos debieron haber grabado y fotografiado, lo cual es peligroso y tú lo sabes muy bien. Pues entonces no me queda más que hacer las llamadas correspondientes e ir con todos mis trabajadores a asesinar a todos esos japoneses además de pedirles a mis crackers que analicen todo el material subido a la internet en las última hora, además de destruir todo lo subido, no me importa la mierda que sea, todo debe ser destruido. Las he cagado con estos putos japoneses Me sentí timado, ultrajado por unos cabrones pederastas. Llame a Byron y a Pepe, les dije que llamaran a sus tropas, porque se iba a hacer una carnicería esa tarde. Nos devolvimos rápidamente a Novra, y todos los soldados estaban esperando las ordenes de su dictador (O sea yo). Les ordene salir de inmediato del pueblo e ir en dirección a Neptara, cerrar todas las salidas y asesinar si era necesario. Emprendimos nuestro viaje rápidamente. Llegamos en menos de veinticinco minutos al pueblo de Neptara. Yo y mis soldados de confianza nos fuimos a la alcaldía y entramos violentamente. Los guardias sabían quienes éramos, y por eso nadie hacía nada. Nos dirigimos al salón del alcalde. A nuestra entrada estaba el alcalde y los japoneses riendo a carcajadas. Esa imagen era suficiente para mí. Les disparé en la cabeza a tres de los cuatro japoneses, luego me acerque violentamente contra el traductor, lo tome del cuello con la mano y lo golpeé contra el escritorio del alcalde y le grite ¡¿Donde están los niños maldito pervertido so hijo de la grandísima perra?! El japonés se orino e intento hablar lo mejor que podía, el alcalde intento callarlo pero Pepe lo empujo y le dijo que no hablara, el japonés hablo Los niños los tiene el alcalde, eran para él. Se lo juro eran para él no para nosotros, se lo juro Corrí mi pulgar del índice de la mano que tenía afirmado al japonés y le disparé. El alcalde intento huir, pero Pepe lo golpeo y lo dejo tirado en el piso. Lo amarramos y Manolo le preguntó donde estaban los niños, él alcalde les dijo que en su casa. Lo raptamos y salimos de la alcaldía. Hice llamado a todas las tropas que si veían policías los asesinaran sin duda alguna, y si alguien se entrometía también se le diera muerte. Con la orden lista ya se sabía que sucedería. Nos fuimos a la casa del alcalde, mientras Byron y Manolo buscaban a los niños yo llamé a Joaquín Lo tengo, y no te preocupes te lo llevare vivo El respondió muy feliz Muy bien, ahora veremos a quien lo juzgaran por negociar con personas Terminé la llamada y llegaron mis soldados. Salimos de inmediato a Novra. Le pedí a Pepe que diera la orden de volver al resto de los soldados. Volvimos a nuestro pueblo y le pedí a Byron, Manolo y Pepe que estuvieran alerta, porque la guerra estaba por comenzar, y además que debíamos saber muy bien quienes nos rodean. Al dejar la orden me fui de inmediato donde Joaquín. Llegue donde el y le entregue a Marcelo el alcalde de Neptara. Él muy alegre me recibió de muy buena manera y me hiso pasar a su casa. A mi entrar deje al alcalde tirado en el suelo, cuando en eso escucho que cierran la puerta. Miré atrás de mí, y vi al bastardo de Michael. No me parecía raro, pero en el contexto sí era raro. Pedí una explicación y Joaquín me dijo ¿Por qué no mueres y ya? Seria lo mejor que podría pasarle al pueblo Me sentí atado a mi propio final, pero sabía que debía salir de ahí. Le dispare a Michael en la cabeza y luego a Joaquín en el pecho, degollé a Marcelo y salí de esa casa. Me subí a mi automóvil y me dirigí directamente a la casa de Alberto. Llegue y golpeé su puerta muchas veces, no escuchaba nada. Dispare a la chapa de la puerta y la pateé. Me adentre y vi horrorizado el cuerpo sin cabeza de mi amigo y una nota que decía Estas muerto maldito bastardo Tú amigo fue primero, pronto serás tú, un escalofrió recorrió mi espalda lentamente, y supe que era mi obligación huir lo más lejos posible. Me fui en el automóvil de Alberto para pasar disimulado. Me aleje lo más que pude del pueblo, hasta llegar a la ciudad. Me dirigí al puerto y aborde un barco que iba hacia Kroplatxiathat. Cuando llegué a mi destino, sabía que debía asesinar o ser asesinado ¡¿Qué?! Pero que mierda Todo fue un puto sueño (Ruido del despertador) ¡Puta madre tengo que entregar las corneas a los Meneses! Primera parte de mi opera prima (seguido de Mente Retorcida). Espero la disfruteis. Viernes 15 de Junio Capitulo 2: Mueres y te Violan, Vives y te Respetan PD: Hagan un subforo para subir este tipo de material
Mijos si les da paja leerlo altiro, les dejo el link de descarga http://www.mediafire.com/?gvywk3c7mxd81d2 Recuerden que el proximo viernes se viene Capitulo 2: Mueres y te Violan, Vives y te Respetan. Enjoy
ajjaja no me espere el final xD! . buena historia y te apollo en lo del subforo para este tipo de material
