Desconocidos

Salí a caminar para despejar mi mente sin darme cuenta camine por más de 2 horas, llegue a un sitio eriazo que se encontraba junto a una playa privada me acerque al lugar a lo lejos pude divisar a una mujer sentada en la arena no había nadie más en aquel lugar, estaba vestida con una falda de color rojo que le cubría hasta las rodillas, arriba tenia una polera blanca transparente y unas chalas celestes, en ese momento desee ser el sol, esa gran estrella amarilla que ilumina para poder broncear su cuerpo hasta las partes más intimas y ocultas de su ser, me acerque decidido a tocar su cuerpo dorarlo con mi calor hasta sumergirme en su humanidad y compenetrarme lentamente como los rayos del Sol, a medida que me iba acercando me ponía nervioso me temblaban las piernas, tiritaban mis manos, sentía un hormigueo en él estomago era la primera vez que me ponía así en mucho tiempo por una mujer, estaba a 3 metros de distancia de ella suficiente como para notar un pequeño brillo en el centro de su mejilla derecha, me acerque y mirando el horizonte le dije.

H- hola, bonita puesta de sol no le parece.
Con un movimiento rápido se limpio la mejilla, quitando ese hermoso brillo de su cara la mire y note que tenía una lágrima en la mejilla izquierda.
M- si es una puesta muy linda es calmada, salvaje, alegre y triste al mismo tiempo.
Con esa descripción de la tarde me dejo impresionado.
H- Puedo sentarme
M- Si claro si no te aburre acompañar a una mujer con melancolía.
H- Para nada, es más yo también estoy triste.

Al voltear mi cabeza para ver su rostro quede estupefacto con su belleza, debí controlar todo mi ser. Que lo único que quiso en ese momento fue acariciar cada centímetro de su cuerpo, humedecido con un suave y excitante sudor que se mezclaba con sus lagrimas para recorrer su cara hasta llegar a su cuello, me miro sin decir una palabra permanecimos en silencio por varios minutos, no era un silencio desesperante si no de paz y armonía.
Su mirada era como un grito de auxilio que decía -sálvenme de este destino que me agobia-.
Fue tan rápido y lento a la vez, vi como se acercaba sus labios, rojos como si en su boca tuviese un volcán a punto de hacer erupción y arrasar con todo lo que estuviese en su camino y yo me encontraba en su camino, nos besamos de una forma romántica y lujuriosa, que fue interrumpido por ella.

M- Perdona no quise ser tan patuda.
H- No hay nada que perdonar porque yo también te bese.
M- Como te llamas.
H- Hay cosas que es mejor no saberlas, la magia esta en el misterio de lo
Prohibido y lo desconocido, sin ataduras libres como las gaviotas que
Vuelan sobre el mar.
M- Tienes razón es mejor así, bésame.

Volví a acercar mis labios a los de ella para sentir el fuego de su boca, mientras nos besábamos ella se recostaba en la arena, ya no pude controlarme y mis manos empezaron a recorrer su cuerpo por encima de su ropa, inesperadamente ella también comenzó a acariciarme, sentí un escalofrío que cubrió todo mi cuerpo llenándome de alegría, después de acariciarnos mutuamente se levanto me tomo de las manos y me dijo.

M- Quiero que mires el lugar que esta detrás de ti.

Volteé mi cabeza y vi un pequeño bosque, que dividía a la playa de la ciudad, era la frontera entre las fantasías y la realidad, un lugar que irradiaba magia que daba refugio a los amantes que necesitaban escapar de sus pesadillas de la monotonía, un lugar perfecto para entregarse a la persona amada.

M- Quiero sentir tu sudor como una gota fría recorriendo mi cuerpo, que tus húmedos labios exploren todo mi ser.
H- Yo también quiero que tus frágiles manos viajen por todo mi cuerpo.
M- Hazme temblar de placer.Vamos adentro del bosque hagámoslo entre la hierba.
Me acerque a su cuerpo, comencé a quitarle la ropa lentamente, desabroche su falda, se la baje hasta las rodillas, ella termino de sacarse la falda, debajo traía un coqueto colales de encaje negro, que se quito despacio le saque su polera para mi sorpresa no uso brassier ese día, cuando quedo desnuda empezó a desnudarme, desabrocho mi camisa, quito mis pantalones y mi bóxer, al despojarnos de nuestras vestiduras nos entregamos al mas hermoso acto de amor y lujuria que el mundo haya conocido.
Acariciamos nuestros cuerpos, rasguño mi espalda, mordió mis orejas, pellizco mis nalgas, me estaba volviendo loco, pase mi lengua por sus suaves y tiernos pechos, apreté sus nalgas, cuando probé el dulce néctar que brotaba de su sexo ella soltó un gran suspiro de placer, así estuvimos largos minutos devorándonos a besos.

M- Espera, quiero sentirte dentro de mí.
H- Estas segura.
M- Aunque parezca loco si, nunca había estado tan segura de algo.

Me coloque encima, ella paso sus piernas por mi espalda acerque mi sexo al de ella introduciéndome en su ser, sentí como nos derretíamos nos estábamos convirtiendo en una sola persona, éramos una mezcla de todo sudor, amor, pasión, lujuria, es como si saliéramos del planeta que podíamos tocar las estrellas, teníamos una perfecta armonía de nuestros sentidos sabíamos lo que queríamos sin preguntar, solo lo hacíamos, me toco de maneras inexplicables, por mi parte deguste todo su cuerpo, no deje centímetro de su cuerpo sin ser acariciado por mis manos, después de varios minutos nuestros cuerpos comenzaron a temblar sentí como su sexo presionaba al mío, cuando retiraba mi sexo ella me detuvo.

M- Espera.
H- Que.
M- Quiero que termines dentro de mí, quiero sentir tu ardiente esencia para
No olvidarte nunca más.

Llego un momento en el que no aguantamos más nuestros cuerpos comenzaron a temblar, sentí como tu sexo presionaba al mío y abrazados alcanzamos lo más hermoso que dos personas que se aman pueden obtener en la vida, un clímax perfecto, conocimos el verdadero significado de dar y recibir amor, nos recostamos en el pasto uno al lado de otro tomados de las manos todo era un silencio, solo se escuchaba el silbido del cálido viento rozando nuestros cuerpos, se incorporo luego de unos minutos de descanso su dulce voz sonó junto al viento.

M- Ven sígueme.
H- A donde.
M- A la playa, quiero refrescarme.
H- Vas a ir desnuda.
M- Si quiero sentir como el agua recorre hasta los lugares más íntimos de
Mi cuerpo.
H- Entonces vamos, siempre he querido hacer el amor en el mar.

Caminamos de la mano por la blanca y caliente arena había una temperatura agradable el sol se estaba ocultando y ya se podía ver la luna se notaba que seria una noche estrellada con luna llena.
Llegamos a la orilla me soltó la mano, acto seguido se sentó en la arena lo suficientemente cerca del mar como para que el agua llegara a su sexo, inclino su cabeza hacia atrás apoyo sus manos en la arena, separo sus piernas yo parado a su lado solo observaba, una pequeña ola reventó en la orilla impactando su sexo, el golpe del agua le provoco un suspiro de placer, con sus manos apretó un puñado de arena, con cada ola ella soltaba cada vez más quejidos y mas fuertes estaba a punto de tener un orgasmo, antes de que acabara me acerque y me senté a su espalda, paso sus manos por detrás de mi apoyándose en mi estomago, coloque mis manos en sus duros y puntiagudos pechos se los acaricie, le bese el cuello y la espalda, baje mi mano derecha a su entrepierna para explorar y conocer su sexo la toque bastante tiempo, después de varios minutos de caricias comenzó a ponerse tensa y respirar agitadamente, supe que estaba por alcanzar el clímax, a los pocos segundos dio un grito de placer que coincidió con el reventar de una ola en su sexo, cuando se relajo apoyo todo su cuerpo en mi, así nos quedamos por largo tiempo tranquilos observamos el ocaso del día, conversamos muchas cosas sobre todo del amor mientras hablábamos podía ver como subían y bajaban sus pechos producto de su respiración que se fue haciendo más lenta y tranquila, hasta que se acomodo de lado sobre mi cuerpo, la abrace por largos minutos y sin querer nos quedamos dormidos cuando desperté, ya era de noche la luna llena iluminaba el lugar, no hacia frió, todavía se sentía el aire calido del ambiente, no corría viento, el cielo estaba despejado, se apreciaban las estrellas con total claridad, todo era perfecto se podía oír el tronar de las olas al reventar, el canto de las gaviotas jugando en el mar, me levante de forma que ella no se despertara la deje durmiendo en la orilla y me dirigí al bosque, busque ramas secas las junte en un agujero que había en el suelo tome mi encendedor y prendí una fogata, reuní nuestras ropas, las acomode de manera que quedara una cama, recorrí el pequeño paraíso en busca de frutas y encontré : duraznos, naranjas y manzanas, volví al mini campamento apile las frutas cerca de la improvisada cama y regrese a la orilla de la playa a buscar a mi amada que seguía dormida.
Me arrodille a su lado la tome en brazos, de manera inconsciente paso sus manos por mi cuello, la acosté en la cama y me senté al frente de ella la luz que proyectaba la fogata iluminaba todo su cuerpo de musa, su pelo negro largo que llegaba a su cintura, sus ojos grandes de color café, labios rojos como el magma capaz de derretir hasta las rocas, con su sonrisa podía hipnotizar a cualquier hombre, su cuello largo y tan hermoso que ni drácula se negaría a morder aunque le significara la muerte, sus pechos parecían duraznos maduros y jugosos, el vientre plano y dorado por el sol asemejaba un desierto en donde sabes que si entras te pierdes, pero que no puedes resistir adentrarte un poco más abajo el oasis que te salva la vida o te puede hundir aun más bajo ese triangulo de vegetación se esconde un templo de amor y placer, el tesoro más preciado para el hombre, un tesoro que no todos saben valorar como yo, para finalizar piernas largas bien contorneadas fuertes y frágiles como el marfil.
No podía creer que me encontraba en ese lugar mirando tanta belleza reunida en una sola mujer era más de lo que yo creí llegar a ver. Mientras comía un durazno se me ocurrió una idea, tome el durazno más jugoso y lo estruje sobre su bronceada piel, no deje ni un centímetro de su cuerpo sin jugo, ella todavía dormía cuando comencé a recorrer sus pechos, estomago, mi lengua exploro todo su ser, me detuve a probar el juguito de durazno que se había mezclado con su esencia femenina en su sexo, estaba maravillado por la escena que presenciaba la luz de la fogata se reflejaba en su cuerpo haciéndola brillar, cuando se despertó se vio empapada con jugo y saliva me miro a los ojos, hablándome.

M- ¿Qué hora es?
H- Las 3 de la madrugada.
M- Es tardísimo.
H- Quieres irte a tu casa.
M- No, quiero disfrutar más esta hermosa noche.
H- ¿Qué quieres hacer?
M- El amor, antes de partir
H- ¿A que hora partiras?
M- No te preocupes por eso, no sera luego.
Y tomandolo de la mano lo sento en el suelo, con un movimiento lento, ella se sento sobre las piernas de su amado,
Se volvieron a fundir en un acto de amor y sexo, ella era la que llevaba el ritmo de la relacion, con suaves movimientos, arriba y abajo luego adelante y atrás, asi estuvieron hasta que acabaron al mismo tiempo, exhaustos por lo acontecido se acostaron y durmieron, se sentian en el paraíso no se daban cuenta de que habian hecho el amor sin conocerse mayormente,
pero eso no les impidio entregarse en cuerpo y alma a esta pasion, sin limites y sin darse cuenta de lo que se les avecinaba despertaron.