Uno de cada tres jóvenes es manipulado por su pareja.

El 31,9%. dice que su pololo o polola controla sus salidas, horarios y apariencia. El 18,2% reconoce que le restringen tener sus propias amistades.



La VI Encuesta de la Juventud, encargada por el Instituto de la Juventud, Injuv, profundizó en la manera en que los adolescentes son víctimas y ejercen el control con sus parejas. El estudio mostró, por primera vez, este problema del que son víctimas y que ejercen los adolescentes entre 15 y 19 años en el pololeo.

Algunos datos: 31,9%. dice que su pareja controla sus salidas, horarios y apariencia. El 18,2% reconoce que le restringe o prohíbe a su pololo o polola tener sus propias amistades.

¿Por qué lo hacen? Una de las claves está en la intensidad. Los adolescentes pueden pololear días u horas, pero no se miden en el compromiso emocional.

Otra clave sería la edad. La adolescencia es una etapa de búsqueda de identidad en que los pares juegan un rol protagónico. Más aún si es la pareja: la persona que pone equilibrio en un período inestable y que los hace sentirse únicos. Y tener el control de la relación -o dejarse controlar- es una forma de no dejar escapar el vínculo.

Los datos del Injuv apuntan más alto a las mujeres: reconocen mayor vigilancia a la pareja (15,5% contra 12,2%) y restricción de las amistades (20,1% contra 15,8%). En el trabajo en terreno se han percataron que muchos jóvenes basan su relación en la desconfianza.

Prohibir amistades es el paso siguiente. Y aislar a la pareja es un escenario propicio para la manipulación: se pierden los círculos de apoyo para salir del problema.


La sicóloga Rosario Araya asegura que lo preocupante es que de la desconfianza a la violencia en una pareja no hay mucha distancia.

“Generalmente los pololeos en la adolescencia y juventud son muy intensos y se da mucho creer que mí pareja me pertenece. Como así se cuidan entre ellos, no es muy difícil verlos discutir en la calle o en el metro porque miraron para el lado o les llegó un mensaje de texto”.

Otro dato que agrega la experta es la desconfianza y la inseguridad propia de un individuo que se está definiendo y buscando un sentido de pertenencia en algún grupo y por lo mismo tratan de tener el control de la situación y vuelve a insistir en el peligro que puede significar ejercer el control sobre una persona a tan temprana edad.

De hecho, la violencia en el pololeo es más frecuente de lo que se cree. El 58% de los adolescentes en Chile admite que ha sufrido agresiones o que ha atacado a su pareja, revela un estudio del Centro de Estudios de Opinión Ciudadana de la U. de Talca, realizado el 2008. Maltratos que van desde descalificaciones, empujones, golpes y, en casos extremos, agresión sexual, de los cuales los padres suelen ser los últimos en enterarse.

La violencia íntima, es un problema que viven a diario muchas parejas jóvenes, quienes sin estar casados, experimentan ésta situación que no debería estar incluida dentro de sus prácticas.

Sin embargo, estudios cualitativos señalan que para los jóvenes, independiente del género, es el contexto el que determina si una conducta es considerada violenta.

El 50% de los jóvenes ha vivido algún tipo de violencia dentro del pololeo y casi el 30% de los femicidios ocurridos entre 2007 y 2008, afectó a mujeres que tenían entre 15 y 29 años.

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