Extranjeros en Chile: De refuerzo a fiasco, sólo un paso

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En la última década han llegado muchos jugadores al fútbol chileno y han corrido distinta suerte. Si bien hay casos exitosos como Walter Montillo, Darío Conca o Lucas Barríos, también hay varios que pasaron con más pena que gloria por el balompié nacional.

El libro ‘Nuevas Cosas del Fútbol’, de Francisco Mouat, en el capítulo “Breve diccionario del fútbol veraniego”, tiene una definición de la palabra refuerzo: “Palabra mágica de uso indiscriminado para designar al jugador nuevo que llega a un club. Están los de mayor jerarquía que, en general, vienen acompañados del rótulo ‘verdadero aporte’, los del montón y los desconocidos”.

Estos últimos no son pocos. Han venido al fútbol chileno y se han ido sin pena ni gloria, aunque dejando un legado: el de la anécdota, el chiste y el insulto. Si alguien se pierde un gol hecho en una partido con los amigos, de inmediato recibe gritos de "buena carucha", o también un "grande Gilberto Palacios".

Son los extranjeros que llegaron como esperanza y terminaron siendo un fiasco. Bueno es repasarlos, porque no son pocos; más desde 2008, cuando en el fútbol chileno se permiten siete jugadores foráneos por equipo.

MALOS, FEOS Y CAROS

Hay que equivocarse en muchos aspectos para traer un jugador con estas características y eso bien lo saben los equipos grandes. En Universidad Católica, por ejemplo, fallaron con tres jugadores de una en 2004. Rubén Capria hizo poco y nada en su paso por San Carlos de Apoquindo, pese a ser un hombre con historia en Argentina. Luego fue campeón con el Newell’s de Américo Gallego.

Junto al ‘Mago’ llegó también Darío Husaín y el larguirucho delantero uruguayo Sebastián Taborda, quien inexplicablemente después estuvo en el Deportivo de La Coruña. Ninguno dejó un grato recuerdo en la hinchada 'cruzada', pues no rindieron y cobraban un alto sueldo.

En 2008 llegaron Nicolás Gianni y Jeremías Caggiano. El primero debía hacer olvidar a Darío Bottinelli; el segundo era el añorado '9' que traería los goles que partieron con el 'Polo' Quinteros y Esteban Fuertes. Pero los dos fueron un fiasco.

Luego, en 2009, y bajo la dirección técnica de Marco Antonio Figueroa, llegó Damián Luna, quien no rindió y se fue peleado con el ‘Fantasma’. Actualmente juega en Nueva Chicago en el ascenso del fútbol argentino.

Colo Colo también ha vivido el mismo desliz con algunas incorporaciones. Sin ir más lejos, en el semestre pasado llegó Claudio Graf y su rendimiento fue inversamente proporcional al sueldo que cobraba cada mes en la tienda alba. Se fue con apenas dos goles convertidos a jugar a Gimnasia y Esgrima de La Plata.

En 2005 la dirigencia alba fichó al espigado delantero colombiano Jorge Serna. Su nivel era alto sólo en la estatura, ya que su rendimiento dejó mucho que desear y sólo marcó un gol en su estadía en el Monumental. Fue a Unión Española mediante, cómo no, golpe de cabeza. Hoy es el goleador del Envigado, club que milita en la primera división del fútbol ‘cafetero’.

Más mal negocio resultó ser el defensor paraguayo Nelson Cabrera. Colo Colo compró el pase del zaguero en un millón de dólares y traía un jugador de selección. Al cabo de un tiempo demostró ser de decepción. Hoy juega cedido en el Cluj de Rumania, donde también milita el ex La Serena Emmanuel Culio.

A la ‘U’ también han llegado jugadores que, a priori, son refuerzos, pero terminan muy lejos de eso. En 2007 arribó un seleccionado uruguayo, de buena pegada y buena técnica llamado Javier Delgado. Eso sí, la otra parte de la realidad del charrúa decía que tenía 35 años, estaba mal física y futbolísticamente y había entrado en el declive de su carrera. Jugó poco, pues nunca convenció a Arturo Salah y el cartel con el que llegó quedó rápidamente olvidado. Hoy juega junto con el colombiano Hamilton Ricard y el libio Luis de Agustini en Deportes Concepción.

APUESTA FIJA A PERDEDOR

También hubo jugadores desconocidos que llegaron a jugar por los grandes sin grandes pergaminos y se fueron sin rendir. No podía ser de otra manera.

Con la partida de Giovanni Hernández y el fichaje de Macnelly Torres ya cerrado pero esperando a que se incorporara seis meses después, Colo Colo contrató un paco de colombianos para el primer semestre de 2008: Carlos ‘Caliche’ Salazar y John Jairo Castillo.

‘Caliche’ debutó con un gol ante Universidad de Concepción, pero su juego nunca aportó. Por su parte, el ‘Tigrillo’ se quedó sólo en las ganas y salió rápidamente cedido a Everton de Viña del Mar. Salazar estaba negociando hace pocos días su incorporación al Real Salt Lake City de la MLS, mientras que Castillo juega en el Itagüi, de la segunda categoría del balompié colombiano.

En los albos es imposible olvidar al cuarteto de argentinos que llegó a Colo Colo de la mano de Ricardo Dabrowsky en 2004. El zaguero Darío Cajaravilla venía desde Aldosivi a solidificar la última línea de los albos, pero resultó extremadamente lento como para rendir óptimamente, por lo que volvió al club de Mar del Plata, donde hoy es titular indiscutido.

Marcelo Verón, quien registraba pasos goleadores por Honduras y el Ceuta del ascenso español, de refuerzo sólo tenía el apellido. Un ejemplo de lo que era ocurrió en 2004, cuando en la previa del clásico ante Católica, dijo que cumpliría un "sueño" al ser marcado por Rafael Olarra… También estuvo Germán Real, quien a pesar de convertir 8 goles , salió sin que ningún hincha pidiese su renovación. En la actualidad juega para el Central Norte, del Torneo Argentino A.

El último es el ícono del jugador no-refuerzo de la década. La referencia es para Adrián ‘Carucha’ Fernández, un futbolista que además de no colmar las pocas expectativas cifradas en él, era tribunero. De hecho, su apodo se utiliza para burlarse de algunos futbolistas que no tengan un buen accionar, como fue el caso de Claudio Bieler.

Actualmente ‘Carucha’ juega en el Chernomorets Burgas de Bulgaria y tuvo pasos por Bolivia, Suiza y Emiratos Árabes Unidos. Bien dicen que a nadie le falta Dios.

Católica también ha tenido esas extrañas apuestas por futbolistas desconocidos que, a priori, tienen todas las de perder. Les pasó con el dúo guaraní conformado por el atacante Gilberto Palacios y el defensor Ángel Martínez. El delantero se mostró lento, excedido de peso y con serias problemas de definición, transformándose en otro emblema de los extranjeros "paquetes". Mientras que por el lado del zaguero las cosas no fueron tan diferentes. Salieron rápidamente y con viento fresco de las dependencias 'cruzadas'.

Y en la 'U', imposible no analizar lo del técnico Salvador Capitano, que llegó recomendado por Sergio Vargas. Un fracaso. Y junto a él arribó un enganche argentino cuyo nombre irá, inexorablemente, al ostracismo. José Luis García, provenientedel equipo filial del Necaxa mexicano.

Su estadía en el elenco azul no fue grata, pues pese a que llevaba el ‘10’ en su camiseta, nunca demostró el nivel que un equipo grande exige. Fue tan bajo su cometido que en el partido más aceptable que hizo -ante Cobresal en el Salvador- terminó errando un lanzamiento penal. Después de la ‘U’ jugó en Costa Rica y Rumania y actualmente lo hace para el Almirante Brown que dirige Blas Giunta.

Y en 2009, con Sergio Markarián, apareció Hugo Notario para reemplazar a Raúl Estévez. Salvo un pase gol ante Católica, su paso por la 'U' sirve para calificar con su nombre a cada jugador malo que aparece.

MEMORIA SELECTIVA

Una de las características de la memoria es que es selectiva. Es decir, uno recuerda lo que quiere. Y, cómo no, hay jugadores que no hicieron suficiente mérito como para trascender en el tiempo.

El delantero haitiano Brunel Fucien, quien en 2005 llegó a Cobreloa para jugar la Copa Libertadores por el elenco que, en ese entonces, dirigía Nelson Acosta. Poco y nada más se puede decir de él, pues se fue de la tienda naranja sin haber podido jugar un solo minuto.

En el mismo año estuvo el ecuatoriano Abdalah Bucaram en Unión San Felipe. Nunca logró convencer a ‘Clavito’ Godoy de su nivel y terminó siendo más conocido por ser el hijo del entonces Presidente de Ecuador más que por su capacidad con la pelota en los pies.

En 2009 llegó a La Serena el delantero nigeriano Udojoh Ekele. Hizo sólo un gol en su estadía en la Región de Coquimbo y fue limpiado en un santiamén por Víctor Hugo Castañeda. Casos similares vivieron los argentinos Cristián Barros y Juan José Longhini, y el paraguayo Ronald Villalba.

Estos son sólo algunos de los futbolistas que han pasado por el fútbol chileno sin conseguir un buen rendimiento. Una cosa es muy clara. Ellos no fueron los primeros que no tuvieron éxito en el balompié nacional. Y, definitivamente, no serán los últimos.

Fuente: Reportaje hecho por http://www.prensafutbol.cl/


PD: FELICES FIESTAS PATRIAS PORTALIANOS.