El provocador discurso de Nibaldo Mosciatti al recibir el Premio Embotelladora Andina

Tema en 'Cementerio De Temas' iniciado por loboproletario35, 18 Oct 2010.

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  1. loboproletario35

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    El provocador discurso de Nibaldo Mosciatti al recibir el Premio Embotelladora Andina 2010

    Con cada palabra que leía Nibaldo Mosciatti, el rostro de la ministra de la Secretaría General de Gobierno, Ena von Baer, se descomponía cada vez más. Lo mismo le pasó a Juan Claro, presidente del directorio de Embotelladora Andina que la acompañaba en la testera, y a los militares, empresarios y autoridades invitados. Era la 31ª versión de una ceremonia formal y protocolar, la entrega del Premio de Periodismo Embotelladora Andina 2010, donde el periodista de Radio Bío Bío era el invitado de honor, el galardonado por su trayectoria. Pero el protocolo se esfumó apenas comenzó su discurso. Desde un comienzo, Mosciatti disparó contra la Universidad Católica, la Iglesia, la dictadura, los militares y los periodistas al servicio de las relaciones públicas y el poder. A éstos últimos los retrató desde “un rincón un poco humillante, como esas casuchas para los perros guardianes, que te guarece de la lluvia pero que incuba pulgas y garrapatas, pero allí nunca falta el tacho con comida”. El calibre de sus palabras provocó que la ministra Von Baer, quien habló a continuación, se saliera de libreto para replicarlo. Lea aquí el discurso completo de Nibaldo Mosciatti.

    Como el orden de los factores SÍ altera el producto, este discurso comienza así: ¡Familia!, Constanza y retoños, amigas y amigos, queridos auditores, añorados lectores, circunstanciales televidentes, jurado del premio, embotelladora del premio (siempre hay que ser bien educado), autoridades varias y vagas; autoridades en la vaguedad. O sea, en la distancia. Amablemente.
    Este texto consta de tres partes. A saber: agradecimientos, reflexiones sobre el oficio y, finalmente, piloto para un espacio de radio de trasnoche. Vamos, pues…
    1.- Agradecimientos:
    Quiero agradecer a mis maestros. A los que, primero, me enseñaron. Quiero agradecer a mis padres. El rigor de la Loli y la fantasía de Pocho. La perseverancia y pasión de ambos. El aprendizaje de ver pasar el río, de plantar algunos árboles. El vivir la vida sin ambición por el dinero, ni ínfulas sociales.
    En este oficio de periodista quisiera haber heredado una pizca del talento, la sensibilidad y la rebeldía de mi padre. Sin esas cualidades, el periodismo se convierte en otra cosa: en una simple reproducción de discursos, en un engranaje más de las máquinas de los poderes y los poderosos, en esa cosa amorfa, triste, gelatinosa, y, a veces, ruin y malvada, que son las relaciones públicas o todo tipo de comunicación que está al servicio de unos pocos en detrimento de la mayoría anónima.
    Quiero agradecer, andando ya el camino, a algunos profesores. De mi colegio: Lamiral, Varela, Tolosa, Fierro, Boutigieg, Pilon, Biancard. La añoranza de ese espacio de libertad cuando la libertad escaseaba.
    Y de la Universidad… allí, en verdad, gracias a pocos. Es más, si hablo largo terminaría a los garabatos y repudiando a muchos de esa Universidad Católica, la UC de aquella época, puta prístina de la dictadura, con sus sapos, sus silencios cómplices, sus injusticias mofletudamente bendecidas, bendecidas por sus monseñores y sus autoridades venenosas que no se arrugaban en tolerar, avalar y alentar la brutalidad para preservar el orden, que era un orden chiquitito, orden sólo de ellos.
    Doble mérito entonces para mis profesores de la Universidad a los que agradezco: Juan Domingo Marinello, Cacho Ortiz, Gustavo Martínez y los Óscares: Saavedra y el RIP González, lo que no es maldad, porque todos nos vamos a morir. Así es que RIP nomás.
    Y, en el oficio, más gracias. Gracias a algunos que me apuntalaron, mostrándome matices de dignidad: Salvador Schwartzmann, Jaime Moreno Laval, Mario Gómez López, Gabriela Tesmer.
    Los otros, los amigos que me enseñaron y que, por sobre todo, quiero: Andrés Braithwaite, el mejor editor de prensa escrita que haya conocido nunca; Pancho Mouat; los laberintos del pensamiento de Ajens; Pablo Azócar y el filo de su pluma; Rafael Otano y su erudición que te obliga a ubicarte donde siempre debe ubicarse un periodista, que es en la ignorancia; y Patricio Bañados, que me ha mostrado el valor de las convicciones y la decencia que debería imperar en este medio. Pero ustedes lo saben: NO impera.
    En cuanto al premio mismo, gracias al premio, que permite esta convocatoria. Así veo a gente que quiero. Premio gracioso y gaseoso. Tan gracioso que creí que era pitanza. Premio de fantasía y bebestible, para mí, que me ufano de haberme criado bebiendo agua de un pozo alimentado por una napa subterránea que desciende al río Bío Bío desde la cordillera de Nahuelbuta. Agua pura.
    Gracias, entonces, al jurado que me eligió. Gracias sinceras porque, por lo demás, no he postulado a premio alguno, lo que me indica que mi nombre les salió del corazón. O de la razón, lo que no sé si es mejor o peor, todavía.
    Y gracias a la empresa que da el premio. Premiar periodistas es labor samaritana. Mejor que el Hogar de Cristo o la Teletón, en la medida en que no se convoque, paradójicamente, a la prensa.
    Sugiero a la embotelladora que también se incluya, en galardones paralelos, a zapateros remendones, desmontadores de neumáticos en vulcanizaciones, panaderos, imprenteros, empastadores de libros, ebanistas y expertos en injertos de árboles frutales, para que se consolide la idea de que lo que se premia es el ejercicio de un oficio, el día a día de las letras, y no la ruma de certificados, con sus timbres y estampillas, ni la galería de cargos, ni, menos todavía, la trenza de contactos, pitutos, militancias, genuflexiones (para no usar imágenes obscenas) favores y deudas. Así debiera ser.
    En suma, muchas gracias. Gracias por mí, pero también gracias por La Radio. Este premio es, en gran parte, mayoritaria parte -seamos sinceros-, un premio a Radio Bío Bío. Un premio a un proyecto que nació en 1958, en Lota, con radio El Carbón. Un proyecto que mi padre no sólo ideó, parió, construyó, afianzó y encauzó, sino que es un proyecto que sigue siendo fiel –y esperamos no tropezar nunca en ello– a lo que mi padre quiso. Eso es lo que más se merece un premio: la idea de un medio de comunicación al servicio de la gente, sin cálculos, sin ideas de trampolín para lanzarse a otra piscina. Señoras y señoras, muchas gracias.
    2.- Reflexiones sobre el oficio:
    Lo primero es que trataré de evitar, probablemente, sin éxito, el peligro de todo discurso, que es terminar pontificando. Imagínense: yo de pontífice. Pondría mis condiciones eso sí: fin al celibato y, por supuesto, me negaría a usar esas polleras que usan los pontífices. Báculo sí usaría: más de alguno con que me cruzo merece un garrotazo, y los báculos papales y obispales, a veces pesados con tanto oro, deben ser buenísimos para tal efecto.
    Bien, no nos desviemos, aunque el tema provoque curiosidad malsana.
    Entonces: evitar pontificar. Porque el periodismo debiera estar lo más lejos posible de los pontífices: los de las religiones, la política, los negocios, la banca, el capital, la revolución, la involución, las dietas, las verdades reveladas, las ideologías, la numerología y tantos etcéteras. O sea, lejos de las certezas. El periodismo sólo se sostiene en su falta de certidumbres, en la duda permanente, en el escepticismo, en la incredulidad.
    Vivir poniendo en duda todo puede, es cierto, generar angustia. Pero si no se busca el poder, la certeza mayor que te da el poder y, por consiguiente, la posibilidad del abuso –porque eso es el poder: la posibilidad de abusar–; si no se busca esa certeza, se puede vivir de lo más bien.
    ¿Cómo vivir en el ejercicio de la duda? Aventuro una respuesta: haciéndolo desde la sensibilidad. Sensibilidad para entender al otro. Hacer el ejercicio de despojarse de lo propio –las ideas, los odios, las fijaciones– para intentar reconocer, conocer, entender lo ajeno.
    Hay, al menos, dos periodismos. Voy a dejar fuera a esa manga de serviles que, por opción (libero de culpa a los que no tuvieron alternativa), fueron útiles plumíferos de la dictadura. Siempre he sostenido que en dictadura, hacer periodismo es hacer oposición. Si yo pretendiera hacer periodismo en China, hoy, sería agente opositor (y qué bueno que el Premio Nobel de la Paz se haya otorgado a un disidente chino).
    Bueno, dejando de lado esto, repito que hay, al menos, dos periodismos: Uno, el que le habla a la gente, porque piensa en la gente y siente que está al servicio de ella. Otro, el periodismo que le habla a los poderes, porque vive en ese rincón restringido y cálido –pero nunca gratis– que los poderes guardan a ese periodismo. Es un rincón un poco humillante, como esas casuchas para los perros guardianes, que te guarece de la lluvia pero que incuba pulgas y garrapatas, pero allí nunca falta el tacho con comida. Sabe mal, pero alimenta. Y, en general, engorda.
    Lo que entiendo por periodismo es lo primero: el periodismo es un ejercicio de antipoder. Repartir, difundir, democratizar la información que, si es tenida en reserva por unos pocos, constituye poder. ¿No les suena acaso la figura de “uso de información privilegiada”?
    Mi convicción, entonces: lejos de los poderes, que el poder corrompe. Y a más poder o más dinero, más corrupción.
    De lo mucho que le debo a mis lecturas –en rigor no he hecho más que repetir cosas que he considerado inteligentes y por otros dichas–, le debo a Albert Camus la mejor definición de patriotismo. Si la bandada de sujetos vociferantes que se dicen patriotas se aproximara a esa definición, algo de eso que se sueña como humanismo sería factible. Escribió Camus, a propósito de la resistencia francesa a la ocupación nazi:
    “Fue asombroso que muchos hombres que entraron en la resistencia no fueran patriotas de profesión. Pero el patriotismo, en primer lugar, no es una profesión. Es una manera de amar a la patria que consiste en no quererla injusta y en decírselo”.
    Uno podría cambiar el término patria por humanidad y patriotismo por humanismo. Y uno podría considerar que ese ejercicio de humanismo es el buen periodismo.
    Para no subirse por el chorro, una advertencia: muchos periodistas estaban o están convencidos que el periodismo es la palanca o instrumento para generar un cambio social. Nica. O sea, no. Quienes piensan así exhiben, quizás sin darse cuenta, una arrogancia y un mesianismo temible. Allí no hay duda, ni cuestionamiento. Los cambios los hacen los pueblos, no el periodismo. Tratemos –termino igual como empecé–, tratemos de no pontificar.
    3.- Piloto para un espacio radial en el trasnoche. ¡Invito a que me acompañe (en saxo) Nano González!
    ¿Por qué te premian? ¿Porque ya eres suficientemente viejo? ¿Por qué ya lo que dices son puras boludeces y tus dichos perdieron filo, agudeza, desparpajo, y te repites como un viejo gagá que no dice nada nuevo ni nada que escandalice? ¿Por eso te premian, porque la lengua te la comieron los ratones? O, mejor dicho, ¿porque tu lengua se pudrió, de desprendió, añeja, agria, inútil?
    Sobrevuelas un pedazo de tierra, hermoso por lo demás (bueno, hermoso en lo que va quedando de hermoso, porque lo otro ya lo arrasaron) y te dicen: mira, esa es tu Patria. ¿Qué es eso? ¿Una Patria, La Patria, tu Patria? ¿Para despedazarla y repartirla? ¿Para prohibirla, censurarla, amordazarla? Será mejor, entonces, no tener Patria, y ahorrarnos uniformes, paradas militares, desfiles, aniversarios, profesionales ociosos de la guerra. No, no, no; mejor así: que los militares sigan siendo ociosos y que no ejerzan su trabajo. Digo: no a la guerra. Y agrego: mar para Bolivia, y con soberanía.
    En cada uno de nosotros habita ese lobo que ve a los otros como ovejas, y quiere devorárselas. Pero no nos engañemos, los lobos son los lobos de siempre. Se les reconoce por el hedor que van dejando sus meados. No trates de domesticar al lobo. Sácale lustre, aliméntalo con carne cruda y no lo retengas cuando llegue la hora de las dentelladas. ¿Se acuerdan de ese coro, auténtico, maravilloso, porque ponía en duda el orden que es, como todo orden, en el fondo, una prisión? El coro decía: ¡va a quedar la cagada, va a quedar la cagada, va a quedar la cagada…!
    Nosotros, asesinos. Esa cualidad última es la que se promueve. No veas al otro como un socio, olvídate del concepto de prójimo (salvo cuando vayas a ese teatro vacío que se llama iglesia). Gánate un espacio, desplazando a otro. Es una lógica asesina. Bienvenidos al carrusel de los depredadores. Nuestro futuro está escrito: feliz regreso al canibalismo.
    ¿Dónde están los que no están? Bueno, yo lo sé, porque así lo siento: en ningún lado, por algo no están. Chau, listo, se acabó… Pero están. En nuestros recuerdos, en la memoria. Me gustaría que estuviera aquí Galo Gómez. Galo Gómez hijo. Romántico y pendenciero, pero tan buen tipo que sus peleas eran pura bondad. Galito, ¿te mataste o te mataron? No, parece que fue la borrachera y el exceso de velocidad. Te mataste, entonces. Te echo de menos.
    Luciérnagas en la noche. Bajo los boldos, vuelan encantadas las luciérnagas de mi niñez y juventud. No las vi por años, casi décadas, hasta que una noche reaparecieron. Allí, en la orilla del Bío Bío. ¡Luciérnagas en la noche de nuevo! Como un mensaje que dijera: no todo está perdido, no todo es derrumbe. La sobrevivencia de las luciérnagas como metáfora de la supervivencia de lo hermoso, de los sueños, de que sigan existiendo luciérnagas para los futuros niños.
    Y sí… Quisiera volver a ser un niño. Vivir, aunque sin saber, que todas las posibilidades del mundo están abiertas y disponibles para mí. Eso es la niñez: la infinitud de rumbos, la ausencia, por el momento, de condicionamientos, directrices, guías. El primer día de colegio es el primer navajazo a esa infinitud. Quisiera volver a ser un niño, antes del colegio. Niño, niño. Puro horizonte, posibilidades infinitas. Quisiera ser niño. ¡Y sin premio!
    Muchas gracias.


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  2. j0rg3

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    Un resumencito?
     
  3. • ηιssα •

    • ηιssα • Usuario Maestro nvl. 6 ★ ★ ★ ★
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    cuál es el debate que quieres plantear ???

    :zippymmm:
     
  4. José Manuel Balmaceda

    José Manuel Balmaceda Usuario Maestro nvl. 6 ★ ★ ★ ★
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    eso compadre, un resumen, da paja leer un texto tan grande enfocado en un viejo que no tiene argumentos nuevos.
     
  5. Ermitaño

    Ermitaño Usuario Habitual nvl.3 ★
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    Vale. Desde la saturación con los '33', no he pescado la televisión y los medios de comunicación. Por ello, quizás ni me habría enterado.
    Gracias, por que solo es información, y no planteaste lineamientos, para un debate.

    Rspecto al discurso: ¡Bravo! hay que tener cojones para pegarse un discurso así. Sacó, y seguirá sacando ronchas, provocando escosor, pero tiene razón. Como versa un provervio chino:

    "Las palabras elegantes no son sinceras, y las palabras sinceras no son elegantes".

    Saludos

    Pd: No resumas nada. Está exelente el discurso, preciso. Es mas, si puedes, agrega las parcas palabras que debe haber vomitado nuestra ministra.
     
  6. Alvaro1107

    Alvaro1107 Usuario Casual nvl. 2
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    Resumén: Los medios de comunicación están controlados por la oligarquía y los periodistas son sus putas.
     
  7. Laegerie

    Laegerie Usuario Casual nvl. 2
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    pero cual es el debate???
     
  8. misguidance

    misguidance Usuario Casual nvl. 2
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    buen discurso, lo leí el sabado. me parece súper importante que alguien tenga las bolas de, desde dentro, atacar la pusilanimidad en la que ha caído el periodismo.
    he visto un par de debates acá sobre el tema y la iopinión es unámnime, todos están de acuerdo en que los medios de comunicación están manejados por intereses fácticos, que hay mucho que no se dice y que lo que ensucia a quiente paga el sueldo o se anula o se engalana, pa que pase piolita.

    esa es la señal más clara de la falta de libertad de la sociedad moderna, el monopolio de los medios de comunicación por parte de quienes controlan los amcrosistemas sociales. o sea, los encargados de criticar al sistema son controlados por el sistema. ja!, graciasssssss...

    el discurso de mosciatti es una opinión, así que se puede considerar como un lado del debate. ¿lo leíste?... el problema es que probablemente nadie esté en desacuerdo lo que dijo...

    ¿y este pajarraco que no es capaz de leer mil palabras le dispara a nibaldo mosciatti que es un "viejo sin argumentos nuevos"?

    hahahah, hay que ser muy care o raja, o muy.... en fin.
     
  9. loboproletario35

    loboproletario35 Usuario Nuevo nvl. 1
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    Eso es Ermitaño, Cuantos tienen los cojones para decir lo que piensan..

    Cuando los medios nos tienen saturado con los 33, y los 300 restantes comen mierda!!!, que pasa con el pago de sus años de servicios, ahora dicen que no hay plata, y que le pagaran el 11 cuotas, quien le pasa la cuenta al gobierno por no haber demandado el día 2, de esa forma los dueños de la mina no pudieran mover las platas y sus bienes, además,
    mientras las administración de hoy posaba para las cámaras, que paso con 1-. el royalty, 2-. el dólar en caída libre, ante esto la bencina debió bajar hasta los 480, resulta que se estanco, pasado el show, la bencina subió 9 pesos, 3-. Fallo de la suprema por acusación a un magistrado por tráfico de influencia 4-. Los graves problemas de ejecución de esta administración con los programas sociales zona de emergencia (terremoto), capacitación a nivel nacional, todos los programas sociales en su mayoría serán ejecutados al 50%, ¿¿adivinen quienes pierden??, se fue el año que paso con las reformas laborales, educación, vivienda etc..
    Quien tendrá los cojones para decir todo esto, en algún medio, la Toha, la mejor manera de apoyar a los trabajadores, y pedir mejoras en sus condiciones, es proponer el cambio en el concepto de empresa al código del trabajo, esto soluciona el 60% de los problemas reales de los trabajadores. El otro 40% reformado el sistema de educación y el voto binominal.

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  10. • ηιssα •

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  11. misguidance

    misguidance Usuario Casual nvl. 2
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    amén, hermana!
     
  12. rocco_000

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    Mi respeto pa ese narigón. Siempre ha sido un tipo frontal y directo. Tiene la decencia de decir lo que la mayoría pensamos de las empresas mediáticas.
    Ahora bien, me gustaría saber su explicación para presentar noticias junto a margarita handtke. Una "becada" con suculento estipendio por la N.E.D (national endowment for democracy) averigüe el que no lo sepa, quién está detrás de esta fachada, y las "operaciones" que ha financiado en Latinoamérica.
    ¿Esa opinante allegó recursos a la radio bío-bío- de donde los sacó-? ¿Cuál es la razón real para que una mujer con una dislexia galopante, tartamuda e inculta-de la peor incultura que existe, de la arrogante y pseudo versada- tenga micrófono en una radio que tiene la frase: somos independientes?
    Esa opinante mediática "trabajó" ¿ya no lo hace? para "relaciones públicas" de la casa blanca.
    El sistema de control social ha llegado hasta un refinamiento tal en la manipulación que es capaz de resistir; e incluso alentar la "amplitud y tolerancia".
    La razón es bastante simple: su poder es incuestionable, omnímodo, total.
     
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