El tráfico de drogas adquirió en los últimos tiempos formatos impensados. El reconocido caso de la Operación Viñas Blancas, donde se descubrió un cargamento de cocaína en estado líquido dentro de botellas de vino, dejó en claro que la mafia busca maneras de reinventarse para continuar con el turbio negocio. Más que nunca, las mulas (personas que acarrean estupefacientes), eran indispensables. Esta modalidad de los pequeños traficantes busca víctimas desesperadas con el cuento de que así podrán cubrir sus operaciones, explicó a este medio Claudio Izaguirre, titular de la Asociación Antidrogas de la República Argentina. El especialista afirmó que, generalmente, el caso se da al revés: Son los pequeños traficantes los que buscan a los obesos para ofrecerles el negocio a cambio del crédito para sus intervenciones quirúrgicas. Así, podrían tener acceso a listas de pacientes que se encuentran a la espera de los tratamientos. Los grandes narcos no necesitan de esta gente porque en un cuerpo humano no pueden cargarse más de cuatro kilos y eso es poco. Pero cuando lo hacen, les abren la piel y les insertan capsulas repletas de droga, finalizó Izaguirre. Fuente: 24con