La escoba está en la ciudad che de Neuquén, donde un perico que había sido enterrado apareció vivito y coleando al día siguiente. Arturo Montecinos, de 46 pepas, había discutido con su mujer el 2 de diciembre pasado. Achacado se fue de la casa montado en su auto a un lugar desconocido. Pasó un día, luego otro y la familia ya en pánico denunció su desaparición. La policía comenzó la búsqueda hasta que su vehículo fue hallado abandonado y un cadáver, cuyo rostro estaba irreconocible, a un lado del camino. Los restos fueron identificados como los de Montecinos por su esposa, debido a cicatrices en los brazos. Antes de los resultados de una muestra de ADN, el cuerpo fue entregado y sepultado. Pero al día siguiente el mecánico regresó. "Todavía no puedo creer que me hayan velado y hasta me da vergüenza salir a la calle". fuente:lacuarta.cl