Después de cumplir 30 años en prisión, el pasado 22 de julio fue puesto en libertad condicional. Posteriormente recibió los resultados del examen y sus abogados reclamaron el fin de las exigencias correspondientes a su situación de condicional. En octubre de 2010 fue liberado de tales obligaciones y en diciembre se completaron las pruebas. La evidencia sostuvo que tanto Dupree como su amigo Massingill, quien fuera también condenado por el hecho, eran inocentes de los crímenes. El hecho que originó la condena se remonta a más de 31 años atrás, al 23 de noviembre de 1979. En ese entonces, dos hombres abordaron a una mujer de 26 años y a su amigo y los obligaron, a punta de pistola, a conducir por la autopista mientras robaban sus pertenencias. Luego ordenaron al hombre que deje el vehículo y se dirigieron hacia un estacionamiento cercano, en donde los dos delincuentes violaron a la mujer. Una semana después, mientras Dupree, de sólo 19 años, y su amigo Anthony Massingill se dirigían a una fiesta, fueron detenidos por la policía a más de tres kilómetros de donde comenzó el crimen. Luego de encontrarle un arma a Massingill, la Policía los arrestó. Al día siguiente, la mujer víctima del ataque escogió las fotos de Dupree y Massingill como los responsables de su calvario. Sin embargo, tuvo dificultades en la correcta identificación y confundió a uno y otro en varias oportunidades. Las dudas también surgieron cuando su acompañante, y también víctima de robo, no reconoció a los atacantes de entre las fotos que le enseñaron. De todas formas, una vez en el juicio, ambas querellas apuntaron unánimemente contra Dupree y Massingill. Cornellius Dupree sostuvo su inocencia a lo largo de todo el juicio y se defendió arguyendo sufrir una identificación errónea. Tanto él como su amigo fueron encontrados culpables de robo agravado por el uso de arma mortal en 1980. Los abogados acusadores decidieron levantar los cargos por violación, ya que no implicaría una condena mayor. Treinta años después, las pruebas de ADN fueron requeridas por la organización The Innocence Project, que representa a Dupree y otros presos indebidamente encarcelados. El Estado aceptó cotejar sus datos genéticos con aquellos que fueron recogidos en la revisación médica de la víctima luego de la violación. Dallas es uno de los pocos condados de los Estados Unidos que conserva información genética de casos que sucedieron hace décadas. Sin embargo, la legislación del estado de Texas no se encuentra adaptada a los avances tecnológicos y continúa priorizando el reconocimiento ocular para demostrar culpabilidad o inocencia. Fuente: infobae
