(ULTIMO MINUTO) Apareció el "señor de la corbata azul"!

Mediante una carta de agradecimiento, Manuel Salas se puso en contacto con Carla Lira, la mujer a quien ayudó a contener a su hijo con autismo en Iquique, luego que otro chofer se negara a ayudarla. "Su hijito me conmovió", dice parte del mensaje.



El señor de la corbata azul. No había otra referencia. Todos querían saber quién era, cómo se llamaba ese héroe anónimo que había ayudado a una mujer en la calle. Ella estaba bajando de un colectivo y tuvo que dejar a su hijo con autismo sentado en el suelo para bajar la silla de rueda de la maletera del colectivo. El chofer no la había querido ayudar. Y mientras el niño se desvanecía en las calles de Iquique, el señor de la corbata azul llegó a socorrerla.

Hoy apareció. Su nombre es Manuel Salas y le escribió una carta a Carla Lira, la mujer a la que había socorrido y que ella le agradeció a través de una carta al diario La Estrella de Iquique, pues no tenía otra manera de contactarlo.

"Cuando la vi a usted con su hijito en el suelo y sacando algo del auto de mi colega, solo vi el desamparo de su hijo, sin ofenderla, desamparo por ver que nadie hacía nada", le escribió.

Agrega que al ver la desesperación de su hijo quien lloraba al cielo y agitaba las manos, Manuel se sentó al lado del pequeño, quien solo miró la corbata y se la sacó para entregársela, mientras su madre sacaba la silla del maletero del colectivo.

"Luego la vi a usted tratando de abrir la silla mirándome extraño, tratando de explicarme algo, y si le dije que no me dijera nada no fue para no escucharla. Claro que no, señora mía. Tal vez tenía que yo explicarle a usted y pedirle disculpas por la crueldad de la gente por no dar una mano a un ser indefenso, por ver a una madre como usted luchando con la intolerancia de todos nosotros. Yo tenía que pedirle disculpas a usted, mi señora", explica el colectivero.

Asimismo confesó que él tiene un niño vecino con una enfermedad parecida, por lo que el pequeño lo conmovió profundamente.

"Hacer algo por alguien hace bien. Pucha que se siente bien uno. Ojalá todos lo hagan y pucha que van a hacer felices y no andar tan amurrados en la vida. Yo buscaré el momento de comunicarme con usted, pero dejémoslo así por ahora y no llore más. Cuando pase algo así piense qué pobre es ese ser humano. Un abrazo grande a su hijo... y nos veremos en algún recorrido, téngalo por seguro", termina la carta.

SOYCHILE.CL