[15-12-2014] Jugadores y técnicos eligieron al mejor jugador del torneo : Jaime Valdés

En la población Cóndores de Chile, en la comuna de El Bosque, los niños sueñan con ser Jaime Valdés. Aquí se crió el ídolo de Colo Colo, el mejor jugador del Apertura 2014 según la votación de sus pares.



En el corazón de la comuna santiaguina de El Bosque, en un estrecho recodo que desemboca en la calle Claudio Arrau, cuatro niños juegan a la pelota bajo el sol. Son las cinco de la tarde, pero la imagen que proyectan resulta tan cotidiana que podría tratarse de cualquier hora, de cualquier día, de cualquier época. Y es que en ese mismo lugar, en ese punto exacto del pasaje Los Tamarindos, otros niños jugaban hacen veinte años a lo mismo. El nombre de uno de ellos era Jaime Valdés, mejor del Torneo Apertura 2014 según la encuesta realizada por La Tercera a jugadores y técnicos del fútbol chileno.


"En este pasaje antes había hartos niños chicos. Jugábamos todos juntos y todos querían al Jaime en su equipo, porque era el mejor, porque era muy bueno pa’ la pelota", relata Mariela Sandoval, dueña de una botillería situada al fondo mismo del pasaje y amiga de la infancia del volante de Colo Colo.


Una sola cuadra más allá, en una esquina de la calle San Florencio donde solían juntarse para jugar Jaime y sus amigos, sigue en pie la Carnicería Vidal. Su dueña, que deja momentáneamente de atender a los clientes para salir al exterior y señalar con el dedo los terrenos adquiridos recientemente por el futbolista para construir una casa, rememora el momento en que vio por vez primera al joven Valdés ingresando en el local de la mano de su madre: "Cuando yo empecé a trabajar aquí, él tenía siete años y solía venir a comprar todos los días con su familia. Era muy pequeñito, muy delgadito, de ahí que le acabaran llamando Pajarito", explica. "Acá todos lo conocen. Es raro que no estén ahora mismo por aquí los otros muchachos del grupo".

Humildad


Criado en el seno de una familia con pocos recursos, Jaime, el mediano de cinco hermanos, no tuvo una infancia sencilla. El fútbol fue desde el principio su verdadera pasión, su única vía de escape y su mejor alternativa. Ingresó a varios clubes de barrio, en donde comenzó a forjarse como jugador. Terminó por dar el salto al fútbol profesional gracias a Palestino.


Linda, dueña de un negocio que aún sigue activo en el barrio, y vecina en aquella época del jugador, recuerda todavía el enorme sacrificio de la madre del mediocampista, Ivonne, para sacar adelante a todos sus hijos: "Dentro de lo humilde que era el barrio, ellos eran de los más pobres, pero consiguieron mejorar poco a poco haciendo un gran esfuerzo. Recuerdo un día que vinieron a buscar al Jaime a casa. No había ido a entrenar porque tenía los zapatos rotos", confiesa.


Una realidad difícil que cambiaría tras su paso por el conjunto árabe. Allí el Pájaro consiguió consagrarse sobre el pasto de las canchas chilenas y alzar el vuelo más tarde, para aterrizar en la Serie A italiana, donde maduró como futbolista.


Corría el año 1999 cuando Jaime Valdés abandonó definitivamente su “nido” de la población Cóndores de Chile, su casa, un lugar al que, sin embargo, nunca ha dejado de volver. "Los días lunes que tiene libre, que él no entrena, viene para acá. Lo hace todas las semanas. Dos días atrás estaba con nosotros aquí en la feria navideña, compartiendo con otros amigos", desvela Jhonny Hernández, ex compañero de Valdés en el extinto club de barrio los Diablos Rojos y su íntimo amigo. Antes de apuntar las claves que, en su opinión, hacen que la relación del mediocampista con el escenario que le vio crecer no se haya deteriorado nunca, Jhonny recalca: "Para él significa mucho este barrio, porque aquí todas las personas lo ayudaron. Todos lo hemos ayudado con lo poco que hemos tenido, le hemos podido dar una manito, y ahora que él tiró para arriba, está muy agradecido", señala.


Toda la villa, de hecho, apoyó a Valdés en uno de los momentos más difíciles de su vida. El día en que por defensa propia, él (en forma pasiva, según la sentencia de Tribunales), familiares y amigos participaron en la muerte de un delincuente que atacó a uno de sus cercanos. Un episodio que Pajarito ya dejó atrás, porque hace 15 años que ya abandonó la comuna. Allí siguen viviendo algunos de sus hermanos, a los que visita periódicamente y a los que ha cedido un terreno para construir una casa.


Es en esas visitas en las que, en opinión de quienes lo conocen bien, el volante de 33 años se muestra tal y como ha sido siempre. "Él procede de una familia súper modesta, en la que todos salieron adelante gracias a él y al esfuerzo de la mamá, pero cuando lo ves te das cuenta de que sigue igual", asegura Mariela.


Sentimiento albo


Paseando por las calles mal pavimentadas de la calle San Florencio, no cuesta comprender la admiración que los vecinos profesan al deportista. Muros y postes de la luz, teñidos de blanco y negro, parecen haber convertido este modesto vecindario del sector sur de Santiago en un auténtico museo viviente colocolino."Jaime es un orgullo para todos los vecinos, para todos. Por eso ahora mismo todos aquí son del Colo y ya no queda nadie de la U", asegura sonriendo la dueña de la Botillería Cris, que confiesa tener sólo buenos recuerdos de su infancia con el volante.


Pero no es, en realidad, al conjunto albo a quien rinden su tributo los habitantes de la población al mostrar orgullosos sus poleras, sino a su vecino más ilustre y a lo que representa, especialmente para los más pequeños: "Para todos los niños es como un ejemplo. Todos lo conocen y se dan cuenta de cómo ha tirado para arriba. Por eso quieren ser igual que él", manifiesta Jhonny Hernández, quien reconoce que su compañero está cumpliendo actualmente en las filas de El Cacique el sueño de toda una vida: "Él es colocolino desde pequeño. Recuerdo que antes de viajar a Italia nos decía que algún día iba a llegar a jugar a Colo Colo y que iba a triunfar en Colo Colo. Y que de ahí iba a terminar en Palestino, que es el club donde nació. Eso es lo que él quiere", certifica.


Se cumpla o no tal vaticinio, lo único que parece por el momento del todo claro es que los vecinos de Cóndores de Chile seguirán siempre de cerca los altos vuelos del Pajarito. Un futbolista distinto y un ser humano humilde. Un héroe de carne y hueso empeñado en demostrar a los más pequeños que al Estadio Monumental también se puede acceder a través del pasaje Los Tamarindos.




Fuente : Latercera.com