Me gusta el terreno hostil, los insultos, las patadas, las piedras, los escupos, que ojalá todo el estadio me odie y cante en mi contra, en ese escenario es donde sale todo lo genial en mí.
En la adolescencia me compraba todo el discurso comunista, que el pueblo unido y la wea y la wea, escuchaba Sol y lluvia, Inti illimani, los Miserables... hasta que crecí y conocí a varios "compañeros/as" y me decepcioné, porque les gusta la plata más que a ninguno, además son de una hediondez.