La madura caliente de Tinder

Tema en 'Relatos Eróticos' iniciado por Palomoo, 27 May 2021.

  1. Palomoo

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    Historia de hace unos 4años atrás. Cómo he dicho en algunos relatos, aunque tenga pareja, siempre estoy buscando algo más. En esos años estaba trabajando en un banco y gracias a los horarios y convenios me permitia ir al gimnasio y estar en una selección de rugby y como saben en un banco lo que importa es la apariencia (si piensan... En un banco no verán a una persona gorda morbida o alguien feo, asi que por esa razón cuidaba bastante mi apariencia fisica.

    Por esa razón, tenia bastante éxito con las mujeres y al tener perfiles en apps de citas (Badoo y Tinder) era frecuente tener encuentros, asi que aprovechaba de conocer mujeres y aumentar mi kilometraje.

    Y dicho esto, volvamos al tema... Estaba en Tinder y de pronto hago mach con una mujer mayor... Segun su descripción, tenia 55años y estaba relativamente cerca de mi casa (según mi gps, estaba a menos de un kilómetro) asi que de inmediato comencé a conversar con ella y para mi ventaja, me responde de manera inmediata. A los pocos minutos, ya estábamos hablando por whatsapp y la conversación se generó muy fácilmente. Nos contamos cosas de la vida y resultaba que vivíamos a 3 cuadras de distancia, por lo cual me daban ganas de conocerla de inmediato, pero ese dia ya era tarde para salir, asi que acordamos de vernos el dia siguiente temprano en el Mall Plaza Vespucio (me importaba juntarme con ella temprano, ya que hay poca gente a esa hora (y no me iba a arriesgar que me vieran con una mujer mayor que mi madre), asi que acordamos de juntarnos por el sector de Froilan Roa (ya que transita menos gente por allí) a las 10am.

    Y llegó ese sábado, en donde me vesti con un jeans y una polera ajustada y sin mangas (ya que en ese entonces al hacer muchos ejercicios tenia unos brazos muy marcados y con musculos) y puntual a las 10 de la mañana estaba por el boulevar con Froilan Roa. Y de pronto llega caminando una mujer que a la distancia se veía de unos 55 a 60 años. Era una mujer de baja estatura (aprox.1.55 mts), bastante gordita, con unas tetas muy grandes, con lentes y pelo teñido. Se notaba que tenía una buena situación económica, ya que tenia varios anillos, además de su vestimenta y su cartera (también olia muy bien, tenia aroma a mi perfume preferido de Armani que se detecta de inmediato que es verdadero o falso) Asi que apenas que nos vimos nos dimos un abrazo muy apretado y sin mucho preámbulo me dice:

    - Guau.. que brazos tan fuertes y formados tienes

    - Gracias, igual me preocupo de ejercicios. Y bueno... que hacemos? O nos quedaremos aquí?

    Obvio que en ese momento no me interesaba quedarme allí parado con una vieja, me interesaba llevármela a un lugar a solas, aunque era mayor… sus tetas me tenían bastante prendido, hasta que me dice:

    - Gabriel, vamos a mi auto y podríamos dar una vuelta por allí.

    - Y a donde podríamos ir?- le pregunté haciéndome el weon, aunque era obvio que quería ir a un motel, pero esperaba que ella me lo propusiera.

    - Vamos a dar una vuelta y allí vamos armando el panorama.

    - Ok, yo ando en mi auto

    - Yo también en el mio, si quieres vamos en el mio (creo que le dio desconfianza irse en el mio)

    - Ya, vamos en el tuyo

    Sin más que decir, nos fuimos caminando a los estacionamientos que están al costado de Falabella y yo pensaba que tendría un auto como un Baleno, un Kia Rio o un auto similar, cuando de pronto la vieja saca la llave de su cartera y se prenden las luces de alarma de un BMW Suv (y del año) y quedé plop y allí confirmé que efectivamente la vieja era de plata. Luego me subí al auto y salimos del Mall y nos metimos a la autopista Vespucio Sur con dirección norte. Alli la vieja conducia a más de 100 y de pronto me dice:

    - Vamos al mirador que esta en Quebrada de Macul, ya que en La Florida no hay parques para estar tranquilos?

    - Ok, vamos…

    En pocos minutos nos encontrábamos subiendo por avenida Grecia y luego llegamos al final y de allí toma esa calle rumbo a ese parque y se estaciona al frente de la entrada del citado lugar y nos quedamos mirando la ciudad y de pronto me dice;

    - Tienes lindos brazos

    - Gracias.

    Alli doblé mis brazos y que viera mis musculos y le dije:

    - Toca si quieres

    -Guau... que duritos tus brazos.

    - Si. Es que hago ejercicios y practico rugby

    Ella comenzó a recorrer mis bíceps y observaba tus gestos y veía su deseo de poseerme. Me tocó el bíceps izquierdo, luego el derecho y luego le tome su mano derecha y se la llevé a mis pectorales y ella no paraba de recorrer mi cuerpo y me dice:

    - Me gusta tu cuerpo bebé.

    - Y tú me gustas Marcela

    - Ja ja, ja… No te creo

    - Si Marcela… me encantas y me tienes en llamas.

    Me quité el cinturón de seguridad, me acerqué a ella, le tome ambas manos y se la lleve a mi entrepiernas para que sintiera lo duro que me tenia.

    - Gabriel… lo tienes duro… Puedes ser mi hijo!!!

    - A mí me encantan las mujeres maduras

    - Sí, puede ser, pero no creo que yo provoque algo en ti

    - ¿Y si te digo que si… . no te enojas?

    - Como me voy a enojar… pero no te creo

    - Bueno, es verdad, mira

    Me acomodé nuevamente en el asiento, bajé el cierre del jeans, tomé la mano de ella y se la puse sobre el bóxer y luego sutilmente saqué mi pene erecto y puse su mano izquierda sobre mi herramienta y comenzó a deslizarla suavemente de arriba abajo. Pasaron unos minutos masturbándome y me acerqué a ella y a sus labios, en donde comienzo a besarla y ella me responde el beso con todo. Nuestras lenguas se abrazaban, mientras no dejaba de masturbarme y mis manos manoseaban sus tetas. Pasaron varios minutos, hasta que dice:

    - No lo puedo creer… tu eres un joven muy buen mozo y simpático, seguro tiene a muchas mujeres por ahí, mucho mas atractivas que yo

    - Es verdad… digamos que tienes algo muy interesante

    - Supongo que sé a lo que te refieres, (dándose ella misma una mirada a su grandes pechos, de una forma muy coqueta )y en donde desabrochó unos botones a la altura de sus tetas, mostrandomelas con el sostén y yo impacientemente le llevo mis manos y sacó una teta al aire y le veo sus pezón que estaba erecto y duro, hasta que rompi el silencio y le dije.

    - Vamos por ahí y aprovechamos esta mañana que esta ideal para regalonear

    - Ja ja que loco, ¿lo dices enserio. Es que no te puedo creer

    - Lo digo completamente en serio, ¿Qué dices?- mientras yo le decía eso, ella me apretaba el pene de una manera demasiado caliente

    - No sé, ¿de verdad lo estás diciendo? y donde iríamos?

    - A un motel

    - Asi de directo?, eres muy rápido

    - Estamos aquí a la entrada de un parque, tu estas con tus tetas al aire, yo con mi pene erecto… entonces porque no mejor estar en otra parte a solas.

    - Te confieso que no me eres indiferente para nada, pero no soy esa clase de mujer de ir a acostarse con un desconocido, menos a mi edad

    - ¿Entonces es un no?- Al decirle eso me separé un poco de ella y guardé mi pene en el pantalón… Aunque estaba seguro que diría que si, no quería esperar su respuesta y asi la forzaría a un si

    - Si, es un no

    - Ok, no me puedes culpar por intentarlo, disculpa si te ofendí. Comencé a ordenar mi ropa e hice como si me bajaba de su auto

    - Gabriel.. ¿Qué haces?

    - Me voy, fue un gusto haberte conocido… Aquí me pido un Uber o bajo hasta Grecia y me tomo una micro.

    - No, como se te ocurre, no te vayas. Me siento muy alagada que un joven como tú, se fije en alguien como yo

    - Para que te voy a mentir, me pase rollos contigo, hice correr mi imaginación (comencé a actuar haciéndome el víctima, pero sabia que ella me buscaría)

    - Mira tú, que imaginativo… reconozco que tú también me gustaste, pero llegar a eso... no se es una locura

    - ¿Y nunca haces locuras?

    - Si, pero no de ese tipo… aparte que ni te conozco

    - Vamos, hagamos una locura, ¿Qué dices?

    - No sé, me da miedo

    - ¿A que te haga algo?

    - No sé

    - Dime que si

    - No sé ¿Y donde iríamos?- allí noté que estaba accediendo.

    - Tu déjamelo a mi (pensaba en ir a uno de Vicuña Mackena, pero de pronto me acordé de uno en La Reina

    - Uff no puedo creer esto, realmente es una locura

    - Vamos, las locuras son parte de la vida o ¿no te dan ganas de comerme?- allí lleve tus manos a mi pecho y le rocé mi pene sobre el jeans

    - Ganas me sobran, pero…

    - Vamos… Somos adultos…. Es algo solo entre tú y yo

    - ¿Estas seguro?

    - Completamente….

    - Bueno… me da vergüenza… pero bueno vamos

    Ya con mi objetivo logrado (de convencer a Marcela a que accediera a ir a un motel), puse waze y que nos indicara ir a un motel cercano y a los minutos llegamos a uno bastante conocido en La Reina. Al llegar ella pidió la habitación más cara y nos entregaron una VIP, la cual la canceló con su tarjeta Negra (de un banco privado bastante selecto), allí ella estacionó el auto en el estacionamiento de la habitación y arriba de su auto, la veterana de reía de nerviosismo al verse con un joven desconocido, en un motel en lo alto de la ciudad.

    Apenas nos bajamos del auto, entramos a la habitación que era gigante, muy elegante, sobriamente adornada, con una cama King al medio y al costado un jacuzzi gigante. Al llegar a la entrada se quedó contemplando la habitación y yo me puse detrás de ella lentamente y la abrace y comencé a tocar cuerpo sobre su blusa y de a poco me acercaba a sus pechos. Ella algo nerviosa, se dejó llevar y echo su gran cuerpo hacia atrás buscando el contacto de mi cuerpo. Comencé a besar su cuello, mientras mis manos la acariciaban sin perar y deteniéndome en sus grandes pechos agarrándoselos por sobre la ropa. Ella estaba muy tranquila y se dejaba tocar, respirando pausadamente.

    Asi en la entrada de la pieza, muy lentamente empecé a desabotonar su blusa y veía como ella se dejaba desnudar por este desconocido. Sin la blusa veo el gran volumen de sus pechos, atrapados en un gigantesco sostén con pushup que le daban forma a sus grandes tetas. Mis manos no abarcaban la totalidad de sus tetas y mi pene luchaba por salir de su encierro, mientras yo continuaba con mis besos en su cuello, trabajándola, causándole sensaciones que hace mucho tiempo esta mujer no experimentaba. De unos minutos, le desabrocho con facilidad su sostén y sus tetas salen libres. Eran enormes, blancas, deliciosas. De pezones rozados, grandotes y puntiagudos. Eran mucho más grande de lo que yo había imaginado y visto con ropa y se las apreté una y otra vez, tomándolas sobre mis manos, como calculando cuanto podrían pesar cada una. Me decía, que par de tetas tenia la vieja.

    Ella se da vuelta y por primera vez nos besamos en el motel. Siento su lengua dentro mi boca y sus enormes tetas sobre mi pecho. Mientras mis manos le agarraban el culo, atrayéndola hacia mi. Comienza a levantar mi polera, mientras yo le ayudo desabrochándome los pantalones . Veo a través del espejo, el tremendo culo que tenia la veterana, realmente grande, acorde a todo su cuerpo y que en pocos minutos más , estaría a mi completa disposición. Le desabroche sus pantalones y quise bajárselo, pero el gran tamaño de sus nalgas, impedían que bajaran fácilmente, por lo que ella misma tuvo que ayudar a bajárselo.

    Llevaba unos calzones gigantescos, para nada sexys de color beige, que duraron solo un poco, cuando se los baje, dejando su peludo sexo a mi vista. Terminamos por sacarnos toda la ropa, quedando de pie, completamente desnudos nos besábamos apasionadamente, tocándonos por todos lados, hasta que nos tendimos en la cama, acariciando nuestros cuerpos sintiendo le pasión que se generaba entre esos dos desconocidos.

    Como he dicho en mis relatos anteriores, siempre me habían gustado las mujeres de pechos grandes y esta mujer, los tenía. Realmente unas tetas deliciosas, enormes, blandas, las que chupe una y otra vez, con grandes pezones rosados, que fueron un manjar para mis labios. Metiendo la cabeza entre estas, apretándolas contra mi cara, me sentía que estaba en el cielo de las tetas.

    No aguante mucho, de manera hábil recogí mi jeans y en el bolsillo trasero saqué un condón y cuando quede bajo ella, sin ningún preámbulo, me lo coloqué y le metí toda mi herramienta en su jugosa concha. Ella se quejó al sentir todo mi pene en su cuerpo y se la metía una y otra vez, haciendo salir de ella grandes gemidos, mientras me chocaban sus grandes tetas en la cara.

    Ella no paraba de moverse y desesperadamente subía y bajaba enterrándose mi pico hasta el fondo, mientras yo aguantaba cada embestida el peso de esta mujer. Pero no quería que la veterana acabara muy rápido, ya que había pagado por 12 horas la habitación del motel y tenía que aprovecharla al máximo, por lo que me salí debajo de ella y la coloque en cuatro patas sobre la cama y empecé a perforarla bruscamente, mientras ella gritaba de placer. Me pedía que se la metiera más y más adentro. Con todas mis fuerzas le di por detrás una y otra vez, haciéndola gemir de placer.

    Mientras me la follaba, me miraba en el espejo de la pared, admirando mi cuerpo junto con el suyo… no podía creer que mi cuerpo de gimnasio estuviera con un cuerpo como el de ella. Estuve sus buenos minutos, en donde le agarré sus grandes caderas y se las chocaba contra mi pelvis una y otra vez y sus gemidos no cesaban.

    No sé cuánto tiempo le di a la veterana, pero fue mucho, ya que ambos no parábamos de transpirar. Cuando le pido que cambiemos de posición, me confesó que había acabado y que le diera por favor unos minutos para recuperarse. Nos acostamos desnudos uno al lado del otro, riéndonos de la locura que habíamos hecho. Ella llamó a recepción para que nos trajeran algo para comer, lo cual llegó al par de minutos y luego nos tendimos en la cama (recuperando fuerzas)

    Me fume un cigarro, mientras ella me masturbaba suavemente, admirando mi pene que seguía duro e imponente que tan bien se estaba portando hasta el momento. En un movimiento, mi ocasional amante baja un poco su cabeza, quedando a pocos centímetros de mi pico y me pregunta

    - Se puede?

    A lo que cual no respondi de manera verbal, pero con mi mano en su cabeza, obligué a hacerlo.

    La cabeza de la veterana subía y bajaba mamándome el pene muy suavemente, mientras yo admiraba a través del espejo el enorme culo blanco que me estaba comiendo. Después de un rato le hice pasar las piernas por sobre mi cabeza, quedando en un 69, con su sexo peludo en mi boca, el que chupe una y otra vez, causándole nuevamente una gran excitación, notando nuevamente sus gemidos de placer, al punto de tener que dejar de chuparme para poder quejarse y asi llegó a otro orgasmo más.

    En esos momentos, mi cabeza estaba perdida entre todas sus carnes, a veces incluso hasta faltándome el aire, debiendo separarme para respirar. Se notaba que para ella, eso era algo extremo, y que gozaba de sobre manera. Mientras le acariciaba el culo, jugando con sus nalgas, la veterana se quejaba mas y mas. Se movía de un lado a otro tratando de sacar su sexo de mi boca, ya que el placer era mucho para ella , pero yo, afirmándole fuertemente el culo y aumentaba mi trabajo oral.

    Al cabo de varios minutos (y otro orgasmo, en donde ya estaba cansado de tenerla sobre mi) me dice ya desesperada que por favor parara y le dié que tomara otro condón, el cual me lo puso muy rápido y con facilidad me montó y se movia muy rápido y no pudo aguantarse más, acabando escandalosamente, gritando de placer, echando su cuerpo hacia atrás y al verla asi… fue mi climax… haciéndome correr de manera fuerte… en donde sentía que mi leche se salía por la parte baja del tronco de mi pene y que se deslizaba por mis bolas.

    Ella cayó rendida sobre mi, haciéndome sentir todo su peso, muerta de placer y allí tuve que salirme, ya que realmente me costaba respirar (además que estaba muy agotado). Me dijo que jamás había tenido una sesión de sexo tan intensa como esta y que realmente la había matado.

    Nos quedamos un buen rato tendidos en la cama, cuando de pronto suena su celular y era su hija y que le preguntaba en donde estaba y allí Marcela me dice que debía juntarse con una hija a almorzar, asi que nos duchamos (quedé con las ganas del jacuzzi), nos dimos una dosis de amor allí, nos vestimos y nos fuimos de ese motel el cual habíamos estado solo tres horas y acordamos de vernos pronto. Y allí me fue a dejar al Vespucio, en donde recogi mi auto y me fui a casa.

    Y a los días después, volvimos a vernos, pero esta vez, por toda la noche.
     
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  2. criss10

    criss10 Usuario Habitual nvl.3 ★
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    Genial!!¡
     
  3. Palomoo

    Palomoo Usuario Habitual nvl.3 ★
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    Gracias compa
     
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  4. Sígueme y te sigo

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    Excelente relato compadre. A mis cortos 34 años he estado con un par de maduritas normales y nada que decir. Mujeres de 45 a 55 años son el nectar del sexo, saben que quieren y como les gusta, otro nivel.

    Si alguna madura se motiva al inbox xd
     
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  5. gatitatetona25

    gatitatetona25 Usuario Nuevo nvl. 1
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    Exquisito mmmm rico un mino joven caliente con una mujer mayor mmmm rico
     
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