Mis Relatos 03: Dos jovencitos del café y mi blusa amarilla (1 foto)

Mis Relatos: Dos jovencitos del café y mi blusa amarilla

Hola a todos mis calientes admiradores, muchos me han pedido más relatos de mis experiencias, tengo bastantes, pero toma tiempo. El relato anterior contaba mi aventura con dos hombres mayores, esta vez es con dos jóvenes. Como se dan cuenta, en edad no hay restricciones. La libertad de elegir y de probar en el sexo debiera ser consagrada como derecho universal. Acá les va el relato.

Esta historia fue a mediados de febrero, cuando Santiago está vacío y se puede andar más tranquila por las calles y no tan acelerada. Ya saben que vivo en Providencia, a unas 3-4 cuadras de Plaza Lyon. Un jueves como siempre después del trabajo, cerca de las 4 de la tarde, me fui a tomar un café y un rico pastelito, sentada en la terraza disfrutaba, y de repente aparecen dos jovencitos que se sentaron en una mesa casi al lado mío.

Yo de inmediato me fije en uno de ellos, de piel mate bronceada y pelo castaño oscuro, alto y creo de 1,85 o más, muy bien cuidado, afeitadito y cabello corto. El otro chico, quizás un poco más bajo, se veía menor, más moreno y también cuidado y el cabello más largo. Ambos se notaban bronceados, así que asumí que venían de vacaciones hacia poco. Ambos de ben físico, se notaba que hacían deportes.

Al poco rato, yo note que me miraban mucho. Debe ser porque siempre sonrío y saludo a todos, no ando como idiota enojada por mi vida. Debo confesar que al comienzo solo vitrineaba y los miraba de tan lindos y simpáticos que se veían, después ya las ansias y mis pasiones comenzaron a asomarse y verlos ahí, tan lindos y con tantas ganas de hacer cositas.

Bueno, los saludé y les sonreí. Les pregunte medio en broma: ¿y ustedes no trabajan o estudian? Me dijeron: “estudiamos, pero estamos de vacaciones”. Ellos, casi al unísono, ¿me preguntaron y qué onda usted? Yo les dije trabajo, pero mis horarios son bien locos para el promedio, ya me iba a mi casa, trabajé desde las 6:30 de la mañana y ya son las 4 de la tarde y lista para descansar. Se rieron y dijeron, que bien ahora a disfrutar la tarde con su marido y la familia. Yo me reí y les dije, no, para nada; disfruto solita ya que no tengo marido ni tengo hijos. Ellos abrieron los ojos, ya que además se los dije con una mirara picaresca.

Les dije que vivía cerca de acá, pero que tenía que irme. Me dijeron para que, si recién comenzamos a conocerla además se ve una mujer muy interesante y agradable. Yo me deshice en gracias, y les dije ustedes son muy lindos y también agradables. De ahí, se movieron a mi mesita, de esas chicas que apenas caben 3 tacitas de café y con suerte unas servilletas. Entre conversa y conversa, supe que el alto, el primero se llama Sebastián y el otro se llama Mauricio (nombres reales, porque les prometí que algún día escribiría sobre ellos).

Me preguntaron por qué yo estaba sola. Les conté que estaba separada hacia 12 años y que no me interesaba emparejarme. Vivía mi vida tranquila, sin atados ni restricciones, en nada. Mauricio me miro y pregunto: ¿Sin restricciones de nada? Yo le dije, sin restricciones de absolutamente nada, disfruto mi vida y mi libertad. Ellos sin novia o polola, lo que me dijeron y también super libres. Ahí, la cosa se prendió, y yo les dije ya chicos me tengo que ir, con la esperanza me dijeran algo rico. Los dos me dijeron, no se preocupe Sole, la acompañamos, no tenemos nada que hacer. Yo les dije, yo tampoco. Salimos del café y llegando a la cuadra donde vivo, les dije, ya lindos gracias por venir a dejarme. Ellos dijeron, “oh, que penita”. Porqué les pregunté, y yo solita me respondí: ¡ah! Entiendo, ustedes estaban aburridos y ahora entretenidos, ¿no? Obviamente afirmaron con la cabeza. Y qué tal si hacemos algo, sigamos conversando en mi departamento, tengo bebidas heladas y no hace tanto calor como de locos. ¿Qué creen que dijeron?

Subimos y como siempre, yo mas coqueta que nunca. Les dije de una saben, me gustan los dos y son muy lindos, ahí supe que Sebastián (el alto) tenía 21 y Mauricio (el más bajo) tenía casi 19. Yo les dije, acabo de cumplir 47 y, ¿no será mucho dos chiquillos con una veterana? Ellos dijeron, para nada, no es ni se ve como veterana, todo lo contrario, se ve muy atractiva, así bajita y sensual. Me senté en el sofá y los invité a sentarse a mi lado, corrieron.

De a poco en la conversa, Mauricio, el más patudo, me tomo la pierna y me miro y me dio un beso, tanteando el terreno. Yo me dejé y le sonreí. Yo, como siempre, de falda y tacones, y ese día una blusa de color amarillo, la misma de la foto. En eso, mientras nos besábamos con Mauricio, siento un abrazo por detrás de Sebastián y comienza a olerme el cuello, la nuca y siento su respiración. Yo, no aguante más y les dije, que ricos, que lindos, que osados.

En esa posición, me gire a Sebastián y otro beso y Mauricio comenzaba a tocarme encima de mi ropa, mi falda ya iba a medio muslo, mas arriba, sus manos también ya me apretaban la cintura, y las manos de Sebastián se vinieron a mis tetitas, tratando de meterse por debajo de la blusa, reconozco que le ayude un poco al desabrochar los primeros botones de mi blusa amarilla. Yo, ya entusiasmada, los manoseaba por todos lados, sintiendo sus cuerpos apretados y delgados (mi debilidad).

Sebastián por fin, me desabrocho la blusa totalmente y me tocaba las tetas encima de mi sostén, yo misma lo destrabé y me lo quité quedando mis tetitas al aire. Mis tetitas no son grandes, pero no enanitas, siempre duras y pendientes, pezones marcados, rosado oscuro), comenzó a jugar con mis pezones ya duros hacia rato. Mientras Mauricio me tenía la falda ya en mi cadera, y jugueteaba encima de mi calzón chiquito, yo sentía sus dedos apretarme y masajearme encima este, me abrió las piernas y me hizo poner mis pies en el borde del sillón.


Ahí estaba yo de nuevo gozando o comenzando a gozar mi vida, sin blusa ni sostén siendo acariciada, y ahora besada por Sebastián, Mauricio luchando por quitarme el calzón y yo recibiéndolos en mi boca y piel. Me acomode para quitarme el calzón y Mauricio se arrodillo y comenzó a besarme los muslos, las rodillas, y se iba peligrosamente a mi conchita, yo abrí mis piernas más en señal de aprobación y el se lanzo a besarme la conchita depilada, mojada desde hace rato, sentí su lengua y sus labios devorármela, morderla, tirarla, metía más y más la lengua, mis piernas encima ahora de su hombro. Esa sensación de piernas abiertas mientras te comen la conchita y te meten la lengua es una maravilla. Mientras Sebastián me chupaba la cara, el cuello y me succionaba los pezones, uno tras otro, ya los tenía durísimo, rojos de tanta chupada y mordida. Agarre el pene de Sebastián en mis manos, yo quede impresionada pues era grande y gruesa, muy venosa, super venosa y glande rojo y muy cabezón. Me lo comí rico hasta la raíz, me encantan estos penes marcados y bien delineados, nada de chuecos y negros o desproporcionados. Quería probar el de Mauricio también, así que le dije, cámbiense.

Sebastián se fue a comerme la conchita, pero también mi culo se lo devoro, lo mojo, lo lamio y lo beso, de mi culo a mi conchita y a la vuelta, sentí sus dedos en mi conchita y uno en mi culo. Mientras, Mauricio se había desnudado todo y se acomodó en el sofá para que yo lo manoseara. Hice mas que eso, como pude me agache y acomode y agarre su verga, más morena pero también de rica y gruesa como Sebastián. También bien marcada, larga y gruesa, más morena pero casi recta, Yo pensaba, en la que me metí, como salgo de esta, dos jovencitos dotados, me van a matar. Me acordé de los héroes de la patria y dije, no debo ser buene chilena y patriota y grite en silencia: ¡Viva Chile!

Sebastián en mi concha y culo, y yo usando mi boca en la verga de Mauricio, se abrió de piernas y me pidió lamerle los huevos y más, me comí sus huevos y su culo, que maravilla, sin pelitos. En eso, Sebastián me dice, acomódese Sole, me puse en cuatro y comiendo a Mauricio, toda su verga en mi boca, comienzo a sentir el glande de Sebastián en mi conchita y le digo, dele, amor, no sea tímido. Como me gusta a mi después de calentarme, Sebastián me la puso entera de una, yo no grité, bueno si pero no salió sonido alguno ya que tenía la boca ocupada. Me devoraba la gruesa verga morena de Mauricio y mis manos en sus bolas y culo, mientras Sebastián me penetraba toda con su verga. Me tenían entre dos vergas, dos penes hermosos, gruesos y grandes. Hace dos horas ni me lo imaginaba lo que tenían debajo de los jeans estos dos.

Seguimos así por un buen rato, Sebastian entraba y salía de mi cada vez con más ganas y yo hacía lo mismo con el pene de Mauro. Ellos solitos, entonces se cambiaron cuando les dije: “Mauro culéame ahora tú”. En un segundo lo tenía ensartado hasta el fondo y en la boca Sebastián me culeaba de lo lindo. Ahí, Sebastián se puso super caliente y me afirmaba la cabeza con sus dos manos y me empujaba su verga adentro, tuve que pararlo un poco. Pero no hubo caso, Seba me culeaba la boca con fuerza y agresividad, que rico. Mauricio seguía metiéndome y sacando su verga en mi concha. Así me tuvieron por largos minutos, yo jadeaba, gemía, gritaba y me movían para adelante y detrás. Comenzaron ya casi a temblar, ya llevábamos casi una hora desde que nos sentamos en el sillón, y les dije paren quiero algo más. Me senté en el sofá y los dos parados me culearon la boca, y yo ansiosa me los mamé uno tras el otro. Una verga en mi boca, a los segundos la otra, a veces los dos glandes dentro, mientras me tiraban el cabello, se agachaban y apretaban mis tetas, les chupaba las bolas, el pene y todo. Yo más y más rápido, hasta que en un temblor Mauricio se vino en mi boca y cara, me chorreo casi completamente, al ratito Sebastián también acabó en mi cara. Mis dos jovencitos, mis dos nenitos acabando fuerte en mi cara. Me bañaron de semen, su leche me cayó en la boca, cara pelo y corría por mi cuello hasta las tetas. Los mire y ellos solitos me pararon y comenzaron a besarme para recoger y lamer todo, sentía como se tomaban su propia leche de mi piel, su semen en sus caras y manos, yo lamiéndolos más y más, me dejaron limpiecita, recogían el semen y me lo dejaban en la boca.

Ya cuando me limpiaron comenzaron a besarme uno después el otro y de repente, para mi sorpresa, se besaron entre ellos. Ahí me volví loca, los apretes y los besé más, los tres basándonos, tocándonos. Sentir dos hombres así de lindos y calientes tocarse y besarse entre ellos, es parte de mis gustos y mi libertad. Ellos ya sin pudor me tocaban y se tocaban entre ellos. Nos fuimos a mi cama y nos acostamos a tocarnos en todos lados, tetas, mi conchita, sus tetillas, sus penes, huevos y todo, los tres cuando cada rincón de piel de los otros, revolcándonos para no dejar que chupar o tocar. Luego, Mauricio se recuesta de espalda, y me hace montarme en su pene grande y grueso, sentí su verga entrando en mi concha. Sebastián, seguía besándonos y tocarnos, se separó y comenzó a lamerme el culo por detrás, mientras Mauricio me culeaba. Sentía la lengua de Sebastián y noté que se perdía y me di cuenta de que bajaba al pene de Mauricio y a sus bolas. Ahí tenia estos dos jovencitos, uno atravesándome y el otro lamiéndome y lamiéndolo mientras me culeaban. De repente, Sebastián me levanta un poco y la verga de Mauricio se sale y el la agarra y la chupa hasta el fondo, se la metía y sacaba y además me lamia mi culo y mi concha, volvía a ponérmela en la concha. Varias veces hicieron eso, yo sentía y veía todo, y más me calentaba. Ese precioso jovencito de 1,85 mamándole la verga a su amiguito. Los dos me apretaban por todas partes, me besaban y escupían.

Yo, más caliente que piedra del desierto de Atacama. Le digo, casi le grito a Sebastián, amor, métemela. Él dijo por dónde, yo le miré y le dije por donde crees, tontito. Puso su glande en mi ano y empujo y empujo y empujo, de repente le dije: mas fuerte, dale, me gusta así. Y de una me atravesó hasta el pecho, como otros siempre lo hacen. Ahí los tres, yo montando a Mauricio y Sebastian atravesándome por mi ano hasta el cuello. Entre los dos me apretaban y abrazaban, el dolor en mi culo era de otro mundo, pero soy muy heroica, yo seguía y seguía, dos vergas, dos penes grandes atravesándome. Sebastián, que estaba detrás, me levanta la espalda, y me aprieta las tetas desde atrás, me lame el cuello y comienza a tirarme del pelo (Yo pensaba: ¿y este como supe que esto me gusta?), me tironeaba y mi cabeza doblada hacia atrás, mientras Mauricio también me apretaba las tetas, me las cacheteaba y apretaba los pezones. Todo mientras mis dos nenes seguían culiandome hasta el fondo en mi concha y mi culo, yo me movía más y más, gritaba más y más. De nuevo, se cambiaron y ahora Sebastian abajo y yo montándolo, mientras Mauricio me culeaba el culo. Doble penetración, que rico.

En eso estábamos y comenzamos todos a jadear, a movernos más y más y de repente comencé a correrme, una corrida tras otras mientras mis nenes me atravesaban toda. Yo como loca, casi saltando encima, apretándome, presionándolos, y gritando de placer. Me corrí creo 3 veces, me moje entera, me corrían mis jugos por los entre los pliegues, sus penes entraban y salían ahora mas fácilmente, yo lubricada entera. Mauricio me destrozaba el culo, su verga más gruesa causaba estragos, pero era rico. De repente, se sale de mi culo, y me dice en mi cuello por atrás, quieres más duro mami, ¿quiere algo más rico y poderoso mami? Yo gritaba sí, quiero más.

Apenas dije esto, siento que el glande de Mauricio empieza a presionar mi conchita, ocupada ya por Sebastián. Yo montada, cabalgando a Sebastián y Mauricio presionando por entrar, yo con mis ojos blanco, 4 dedos de Seba en mi boca, babeaba entera, me corría la saliva y el pasaba su mano por mi cara. Entonces el glande de Mauricio entra en mi conchita, y comienza a presionar y empujar más y más, y de repente con un grito, siento los dos dentro de mi concha. Yo más loca que nunca, comencé a moverme más suavemente, no es fácil sentir dos penes grandes en mi conchita. Ojo, que no soy de esas mujeres de vaginas fláccidas, sino que apretaditas, así que estas acrobacias duelen a veces.

Ahí estaba yo saltando, montando dos penes grandes en mi conchita, y yo gritaba y gritaba, ellos mas y mas me apretaban y me pellizcaban las tetas, palmadas en mis nalgas, tirones de cabello, saliva en mi cara. De repente, los dos se escupían las palmas de sus manos y me las pasaban por la cara. Mi cabello empapado, lleno de semen, saliva y sudor. Me tuvieron así por cuanto, 20 minutos quizás. Comencé a correrme de nuevo y a gritar cochinadas, ellos también me decían cosas como que rico puta, tan puta que eres y tan tierna te veías antes, que maraca, te mereces esto y más. Yo sí, le decía a todo que sí. Acabamos los tres y caímos rendidos. Se salieron y les comí las vergas de inmediato, el semen de ellos – ya no tan abundante – y mis jugos – si más abundantes. De nuevo a besarnos, de nuevo yo acostada encima de sus penes lamiéndolos todo, sus bolas, su culo, me pidieron usara mis dedos y eso hice.

Ahora ellos de espalda y yo agachada mamándolos y metiéndoles los dedos, en eso Sebastián le dice a Mauricio quiero eso. Yo algo asombrada, pero sospechando que podría ser, Seba se para y se monta encima de Mauricio, ya más loca que nunca, se acomoda el pene de Mauricio en su culo y se lo mete hasta el fondo. Me encendí de inmediato, Que rico verlos, Mauricio culiando a su amigo Sebastián y yo con ellos. Los tocaba, me senté en la cara de Mauricio y besaba a Sebastián mientras se comía la verga de su amigo. Sebastián saltaba encima de Mauricio, como yo antes. Me decía cositas: ¿Te gusta mami como me culean? Si mi nene, sigue así. Yo me bajo y comienzo a lamerle el culo a Sebastian y las bolas a Mauricio, mientras ellos lo hacían. Así otros minutos y Mauricio se vino dentro del culo de Sebastian, al sacarla yo tenia mi boca lista para mamarlo y beberme todo. Después Mauricio se recostó, y Sebastian se acomodó detrás y él lo penetró, yo en el paraíso. Yo los tocaba, los besaba, los mordía, los acomodaba, los olía, los chupaba mientras ahora Seba se culeaba a su amigo. Así, Sebastian, haciendo cucharita, culeaba a Mauricio mientras yo encima como loca babeando y lamiéndolos, tocándolos, y besándolos. Cuando Seba acabo, lo mismo mi boca lista para saborearlos, el culo de Mauro y la verga chorreante de Seba.

Después de eso, descansamos y me dieron de nuevo por otras horas. Realmente no estoy segura de cuantas penetradas, acabadas o poses hicimos, solo sé que desde que entramos a mi departamento (como a las 17:30), cogimos hasta casi las 3 de la mañana, descansando por supuesto para volver. Que nenes más insaciables. Recuerdo la hora porque el viernes tenia que trabajar temprano y casi ni dormí. Mis nenes se fueron como a las 7 de la mañana y dormimos como 3 horas nomas. Yo trabaje ese día muerta, como zombi. Por suerte ese día lo hice desde mi casa, así que estuve todo el día sin ducharme, imagínense como me veía y como olía. No quería sacarme el olor ni sabor de Seba y de Mauro. Ya nos hemos juntado 4 veces más, pero no me gusta aburrirme siempre con los mismos, por eso los dejo espaciados. Así, tengo más opciones de nuevas experiencias. Como dije en otro relato, el hombre come cuando puede, la mujer cuando quiere.

Los más rico de ser desinhibida, libre, caliente y madura, es que haces lo que quieres, con quien quieres y por el tiempo que aguantes. Tener 47 años no es signo de vejez, para mi es todo lo contrario, en estos últimos años, desde que cumplí 40 he cogido más que nunca, he aprendido a gozar con todo tipo de aventuras, personas y sexos. Tampoco crean que me subo, así como así de cualquier verga o vagina. Soy exigente en mis gustos, muchos de los que me han escrito se han dado cuenta de eso. Trate de ser muy precisa en mi historia, espero lo hayan pasado rico leyéndola.


Besitos a todos

 

¿Es un problema la diversidad? Para mi no. Nunca lo fue ni lo será. Como dije en mis relatos, me gusta pasarla bien, muy bien en el sexo. Si voy a comer algo, que sea algo Gourmet, si quiero una carne que sea filete del mejor y si no es por beber, también un buen Cabernet o Carmenere de reserva y conservado y cuidado.

 

que qué pasó? Nada, solo son gustos y de los ricos o solo vale entre dos mujeres?

 

siempre me cuido. Gracias cielo !

 

Gracias. Que rico que te gusto.

 

Mish! Fresco!! En una de esas me pillas sentadita tomando mi cafe después de mi trabajo. Y quien sabe si me encuentras, si lo haces te podrias ganar un premio (pero en privado te cuento cual).