Mis Relatos 11: Mi primera Experiencia Anal

Discussion in 'Relatos Eróticos' started by Sole1977, Nov 26, 2024.

  1. Sole1977

    Sole1977 Usuario Casual nvl. 2
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    Pare todos aquellos muy curiosos.

    Continuo mi exploración con el caballero de 40 años de entonces. Además, más de alguno me pregunto sobre mi primera experiencia anal, acá les voy a satisfacer la curiosidad. Espero no sea tan largo ni aburrido.

    Les conté de mis primeras veces, de cómo el caballero me inicio en las artes básicas del sexo. De besos calientes, a mamadas y jugarretas con dedos y mucha saliva hasta que en la tercera ocasión me dio el regalo de penetrarme por casi una hora, por mi vagina – claro está. Cuando volví, la cuarta semana, no paso nada nuevo salvo que el se puso a jugar con sus dedos más de la cuenta. Además de jugar como siempre, de besarme, tocarme, lamerme y dejarme desnuda (algo que ansiaba cada semana), esa vez el comenzó a meter sus dedos en mi conchita apretadita pero ya con una experiencia.

    Recuerdo que estaba recostada en el sillón, a él le encantaba su sillón, yo tenía mis piernas en alto mientras el me chupaba rico la conchita, los muslos y pasaba su lengua por mi culito apretado, también comencé a sentir sus dedos a tocar mi culito. Sentía la yema de sus dedos acariciarme, apretar suavemente, ir y venir, después me pasaba la lengua. Su presión se hizo más intensa y de repente yo lo tenía todo mojado y sentí como su dedo indica – según me dijo después – se metió en mi culito; yo salte de sorpresa y el me apretó y beso nuevamente donde estaba su dedo a medio entrar. El siguió su exploración mientras me lamia y chupaba mi conchita, mi clítoris y por supuesto mi culo.

    De a poco su dedo se fue metiendo más adentro y yo sentía todo rico, su lengua en mi conchita y su dedo moviéndose en mi ano a su gusto. El, como siempre, me hacia mirar lo que hacía y descubro – con rico placer – que al mirarme veía su mano completamente pegada y sentía su dedo dentro, bueno lo que alcanzaba a ver. Me abrazo y me tuvo así por largos minutos, después cambio el dedo y puso el del medio y era más grueso, sentí el apretón y mientras el me besaba y lamia la cara, sus dedos entraban y salían de mi conchita. Así, de repente me puso los dos, lo sé porque sentí el dolorcito y lo apretado, pero yo siempre digna – recuerdan, ¿no? – me dejé hacer.

    Así me tuvo por casi media hora y después me culeo por la vagina como otras veces, pero ahora me puso en cuatro y sus dedos comenzaron a entrar en mi culo, tanto como su pene rico y caliente y duro en mi vagina hasta que acabo encime de mi culo y con su semen, me siguió metiendo los dedos. Nos besamos y me prometió mas para la próxima. Me preguntaba si me gustaba o si me dolía, yo dije las dos cosas. Por último, me dijo, ¿quieres seguir la próxima semana? ¿Qué creen que dije?

    A la semana siguiente, yo más caliente que nunca, con la sensación de saber que mas venia golpee la puerta de su casa. Vestía un jean apretado y una blusa delgada, como era plana no usaba sostén. El me esperaba ya listo, de un short como bóxer y una camisa abierta. Yo me encendí de inmediato. Apenas llegue me beso y abrazo y después de ricos besos y caricias de bienvenida, me desnudo lentamente, saboreando cada tetita y pezón, mi espalda, mi guatita, mis muslos, mis nalgas, mi conchita y ya desnudos me beso y chupo mi culo como loco, pero controlado. Yo sentía sus labios y su lengua apretarme mi ano. Me lamia y chupaba enterita, siempre le encantó hacerlo, me decía que comerme con la boca era un manjar, lamerme y saborear mi conchita y mi culito casi lo hacía acabar de una. Por supuesto, eso me enloqueció, y hasta el día de hoy es así. Disfruto de cada lamida y chupada en mi cuerpo.

    Entonces me puso en 4 y me metió la boca por detrás, yo en el tradicional sillón, mu culo parado hacia su cara y su boca pegada lamiéndolo y chupándolo, mis manos en el respaldo del sillón. Después de su lengua y mucha saliva, me dilato con su lengua un poco, comenzó con los deditos, metió uno y yo sentí su dedo índice irse suavemente hacia mi interior, dentro de mi ano y moverse en círculos, yo estaba ya muy caliente. A los 20 minutos mi caballero me tenia en 4 y lamiéndome el culo y metiéndome un dedo por ahí. Después cambio de dedo y puso el dedo medio y comenzó a hacer lo mismo, suavemente a meter y sacar y moverlo en circulo. Yo sentía mi ano vibrar, apretarse y soltarse, cuando el sacaba el dedo yo apretaba – así me decía que se sentía más rico de vuelta, y después volvía a meterlo. Estuvo jugando así con varios deditos, hasta el pulgar.

    Mientras, ¿que sentía yo? Nunca creí que se sintiera algo tan rico por ahí, pero sus dedos además de entrar y salir me presionaban las paredes y hacían que yo temblara y pidiera por más. Yo sentía unas ganas de seguir y de seguir con sus dedos en mi culo, nada podría detenerme ahora, era rico, caliente y casi sin dolor. Me miró y me pidió paciencia, me dijo quizás te duela pero que no me preocupara que iba a ser muy rico. Yo cerré los ojos y le di un beso con lengua. Mientras siento una presión mayor, dos dedos luchando pro entrar, por querer meterse dentro de mí. Yo pegué un pequeño grito y suspiro al mismo tiempo, no supe que fue, pero era rico. Increíble, ahora tenia dos deditos en mi culo, yo en 4 y moviendo el culo para que el jugara rico.

    Si, se siente rico tener algo en el culo, nunca me molesto, antes me había metido mis deditos chicos, pero nunca con otra persona. El seguía moviendo sus dedos, separándolos, haciendo que mi cano se dilatara, entendí después. Yo ya como loca, movía mis caderas, empujaba mi trasero hacia él, él me decía cositas ricas como: Mi Solcita rica, que putita eres, que caliente eres, como disfrutas de mis dedos, eres una putita chiquita muy rica. Yo suspiraba y lo miraba para atrás tratando de apretar esos dedos en mi culo. De ahí a un tercer dedo no pasaron ni 3 minutos. Eso si lo sentí, sentí la presión por entrar, sentí que mi ano comenzaba a perder algo de placer dando lugar al dolor, mientras entraba el tercer dedo, yo casi lloraba, pero mi amor me consolaba, me apretaba las tetitas, me acariciaba el clítoris, me metía la lengua en mi boca y me seguía diciendo cositas ricas. Sus tres dedos ya estaban entrando, yo sentía como entraban y apretaban toda mi piel interna, mi culo palpitaba, vibraba y se acaloraba, el dolor ya no era tanto. Sentía que podía estar así por horas, por días, complaciendo los dedos de mi amor.

    Me dijo: Solcita, estás lista para algo más. Yo me lo imagine, lo mire y con carita tierna y temerosa le dije: si mi amor, usted sabe que soy suya por siempre y hare todo lo que usted quiera. El me dijo: Mi solicita, mi putita pequeña y caliente. Yo sentía su glande con más presión y le dije: si amor. Y comenzó su avance sin parar nunca más.

    Saco sus dedos muy lentamente, abriéndolos entre ellos, yo apretaba porque tampoco quería que salieran. Me dijo, tranquila mi putita, será más rico. Salieron los dedos, y él se paró y puso su glande duro, rojo, su pene moreno y de tamaño gigante para mí en esa época, después calculé que debió medir unos 18 cms. Sentí su cabecita ponerse en mi entrada, yo más loca que nunca, más caliente que nunca. Su cabeza comenzó a empujar y lucho por entrar, yo un poco apretada expectante, el me acariciaba. Con cada caricia de su glande empujaba un poco más. Sentía su piel y calentura en mi ano, y sentí que me gustaba mucho.
    Ahí estaba yo en 4, afirmándome como podía al respaldo del famoso sillón, mi culo al aire y dilatándose y mi caballero apuntándome directamente a mi corazón. Su cabeza ya empezaba a presionar mas y mas y de repente sentí un dolor insoportable, grite como loca – como siempre – y mire hacia atrás, el me afirmo, me tomo por las caderas para que no me soltara. ¿Te dolió? Me pregunto. Yo dije si, y mucho amor. Me beso entonces. Yo sentía su cabecita dentro de mi culo, y el me dijo: ya esta adentro, ahora aprieta y suelta, mientras me acariciaba por todos lados, me lamia y besaba la cara, el cuello, lo que pudiera. Me puse a apretar y soltar, el dolor seguía ahí pero también sentía un placer enorme de atrapar su glande entre las paredes de mi culo. Sentía que me desgarraba al comienzo, pero saber que lo tenía atrapado me encantaba.

    De a poco el placer fue mas rico y mejor, sentía su glande entrando y saliendo, acomodándose, Mi ano se dilataba, yo apretaba y soltaba en su embestida. Mi culo era casi una maquina perfecta, pequeñita pero perfectamente apretando y soltando, moviéndose alrededor de su glande. Me hubiese gustado verme a lo lejos, y ser testigo de ese momento, ahí flaquita, plana y tierna, recibiendo el glande de mi amor de 40 años. De recordarlo me pongo caliente de inmediato.

    Su cabeza ya estaba dentro y comenzó de nuevo su viaje, yo apretaba los dientes, me afirmaba al respaldo del sillón, el me afirmaba las caderas y de repente sentí mis entrañas romperse, sentir un fuego que me ardía por dentro, me comencé a mover más rápido, quería salirme de ahí y arrancar, pero tampoco quería perderme su pene dentro. Mi amor me decía, me hablaba de cositas ricas: que valiente mi putita Sol, mi solicita aguanta mi pene tan rico, que rica que eres, mírate, amor, como comienzo a penetrarte y no te escapas. Eres la primera que no se arranca y se pone a llorar. Yo lo miraba hacia atrás, mis ojitos con lagrimas que se mezclaban con la saliva de nuestros besos, yo entre el inmenso dolor y el placer de ser de él, yo sentía que no podía fallar, que me gustaba, que el dolor pasaría.

    Su pene se metió de a poco, yo sentía su avance y como iba empujando mis carnes, todo mi cuerpo temblaba ante cada empujón, mis gritos y quejidos eran ahogados con sus besos o sus dedos en mi boca. Sentía que me moría, pero moriría feliz y gozando. En cada empujón yo sentía dolor, gritaba de placer, volvía a dilatar y de nuevo a apretar mi culo. Eso me decía el que hiciera, así me acostumbraría. Entre todo esto, yo sentía mi interior ardiendo, lleno de calor, una mezcla de dolor y placer, mis lagrimas corrían y sus besos me consolaban. Yo con mi culo parado, estaba siendo penetrada por el culo, estaba siendo besada. El me mira y me dice, Solcita, putita rica mira. Yo me volteo y veo que su panza estaba totalmente pegada a mis nalgas. ¡Oh! Me la tenia entera adentro, yo ya no lloraba de dolor, mis lagrimas eran de caliente, de emoción, no sé, algo raro.

    Yo siempre algo volteada para mirar, siento que se comienza a mover. Veo su pene entrar y salir, en cada entrada es un grito mío de placer ahora, en cada salida un quejido de amor, aprieto mi culo cada vez que el sale, lo aprieto cuando esta adentro, siento su miembro atrapado por mi ano. Me mueve con sus manos, me aleja y acerca, yo sintiendo como entra y sale su pene de mi interior. Mis gritos ahora son gemidos, quejidos, sigo lagrimeando peor de amor. El dolor no importa, me empuja con más fuerza, casi me resbalo, pero mi amor me afirma. La velocidad aumenta, todo en su momento, más y más. Su verga, su pene, su miembro entra y sale, yo me acostumbro y lo siento jugar, cabalgar dentro de mí. Así estamos por muchos y largos minutos, el transpirado entero, yo mojada por sus besos y lamidas. Yo me desespero y empujo, em gusta, si es rico, muy rico.

    ¡Amor! Culéame duro, quero tu pene dentro. El sorprendido me dice: Solcita, repítelo. Yo digo: culéame, amor, usted es mi rey, mi vida, soy suya. Él se acelera más y más y siento sus golpes en mis nalgas, siento como suenan estas y su panza, siento el golpeteo, siento el sonido de mi culo mojado siendo penetrada por él. Me aprieta más y más, me levanta hacia él, mi culo pegado a el mientras mi espalda algo levantada, sus manos me aprietan las tetas enanitas, me aprieta el cuello, de repente sus dedos en mi boca, me pasa sus manos mojadas de saliva por mi cara. Su sudor me inunda, me siento toda mojada. E sigue culeándome, siegue penetrándome hasta el fondo, siento todo su pene en mí, siento todo su glande apretarse en el fondo de mi vagina.

    Sentía que no podía parar, no quería. El con toda su fuerza, como vuelto loco, me aprieta y afirma de la cadera pare destrozarme por dentro de mi culo, yo lo dejo porque me gusta, me duele y me gusta, me duele y siento placer. Yo con una de mis manitas me tocaba la conchita, por instinto, pero en un momento él me dijo, tócate Solcita. Yo comencé a acariciarme, el me lamia la cara, me apretaba el cuello, me mojaba la cara, que no me hacía, mientras sus empujones me tenían sometida. Yo no pensaba, solo sentía mis carnes destrozándose, sentía mis carnes estirándose y todo volviéndose más rico, más caliente. Ya ni sentía dolor, eran más las ganas y el placer, todo concentrado en mi ano, con un hermoso pene moreno, lindo, duro, brillante entrando y saliendo; mi amor en mis caderas, empujándome como loco.

    Yo apenas me afirmaba, pero sentir esa presión, ese empujón que casi te bota lejos mientras te meten algo tan rico es un paraíso. Seguimos así por largo rato, nada me dolía ahora. Yo flaquita pesando con suerte 46 kilos, midiendo con suerte 1.42 o algo así, mis tetitas planas, mi conchita con sus primeros pelitos y mi culo siendo destrozado por mi amor, el caballero de 40 años. Yo sentía el ir y venir, el entrar y salir de su pensé en mi culo, me movía me balanceaba y lo apretaba para atraparlo. Después me dijo que se hecho un lubricante, poquito. La idea era que yo sintiera la experiencia de la estrechez, de sentir el casi rompimiento de mis carnes para que siempre fuera cada vez más rico y sabroso. Yo seguía en cuatro a su merced, me tenia en sus manos, penetrada hasta el fondo y era rico, así lo sentía. Yo empujaba cada vez que el se alejaba un poco, y me decía: ¡¡Uff!! ¿Qué putita mi solicita, tan caliente, te gusta duro? ¿Te gusta hasta el fondo? ¿No te duele tanto amor? Dímelo, pídelo. Yo le contestaba a todo que sí, es más casi no decía nada, yo con lágrimas aun solo sintiendo su pene dentro jugando, entrando, saliendo, bailando en mi interior.

    El seguía y yo le ponía más empeño, no siempre descubres algo que te gusta a la primera. En eso estábamos y el me mete los dedos en mi conchita, me aprieta el clítoris y comienzo a temblar, a moverme a todos lados, mis gemidos son casi aullidos, porque mientras más yo gemían más caliente él se ponía y mas duro me empujaba. Así, casi luchando, yo pequeñita contra el hombre de casi 1.80 y su poderoso pene, sus gruesas manos y sus dedos juguetones. Entre los gritos sentí que acabé más de una vez, pero el seguía y seguía. Y mas me pegaba con su cuerpo, ya no eran empujones sino casi golpes a fondo en mi culo con su pene. Entonces el da un grito de esos que pocas veces escuchas y me la mete toda hasta el fondo, me aprieta las caderas, me aprie4ta hacia él, casi me levante y siento su chorro de semen, de leche caliente inundándome, llenando mí culo de su jugo delicioso. Sentía mi cuerpo en el aire, ensartada por su pene, afirmada fuertemente y el pujando más y más hasta que sentí que no había más. Él se cayó prácticamente encima de mí, sentí su pene muy profundo ir perdiendo su dureza. Cuando termino, estuvimos otro rato y después me tomo, me giro y me lamio el culo, me seco y limpio de su semen y me beso.


    Estuvimos besándonos harto, mi amor – me decía – que nenita mas caliente, eres mas de lo que nunca me pude imaginar. Yo le asentía en todo y le decía: soy suya mi papi, me hermoso papi o cosas así, culéeme cuantas veces quiera, como quiera y con quien quiera. En eso me mira y sorprendido me pregunta: ¿qué dijiste? Yo le dije que sí, que él podía hacer lo que quisiera, que quería irme con él. Lo bese, nos besamos.

    Después de un rato me dice: Solcita, como aguantaste tanto, eres maravillosa. Pensé que te ibas a desmayar, pero te portaste muy bien. Yo le respondí que estaba todo rico, que me había dolido mucho pero que lo quería tanto que no importaba. El me pregunto que tanto o por cuanto tiempo me había dolido, y yo le dije que, en todo el rato, pero el dolor fue bajando y al final yo quería sentir mas esa mezcla de placer y dolor, que después de 10 minutos ya no me dolía. El me miro y me dijo: Que genial mi Solcita, eres más flexible que la mayoría de las mujeres que he tenido, y tan flaquita y linda. ¿Quieres repetirlo? Yo dije que sí, siempre mi amor y todo lo que quiera. Después de besitos, caricias y una ducha como siempre.
    No me pregunten mas detalles, pero lo que recuerdo es que me dolió mucho, que llore, lagrimee y quería salir arrancando, pero, el me contuvo y me dio mucho amor. Claro que después el me culeaba con salvajismo tanto vaginal como analmente, bueno también en mi boca. Descubrí lo flexible que puede ser mi culito, mi ano apretadito con mucho cuidado, es muy querendón y complaciente.

    Espero, les haya encantado mi relato, mi experiencia, mi primera experiencia completamente anal. Después con él lo hacíamos por mi conchita y mi culito siempre. Así aprendí a dominar ese puntito tan estratégico, al menos aprendí a gozar por ahí también.

    Después vinieron al menos 2 experiencias memorables, recién llevábamos casi un mes y medio desde la primera vez.

    Para los curiosos visuales:

    Yo a los 18 años:
    [​IMG]

    Yo hace unas semanas:
    [​IMG]
    Yo hace unos días:
    [​IMG]
     
    #1 Sole1977, Nov 26, 2024
    Last edited: Dec 9, 2024
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  2. mikeg

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    Exquisito, rico caliente y seductor relato mi Ricura Bella mmm haces que sea imposible no querer desear tener ese rico culoooo mmm
     
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  3. Sole1977

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    Los que se lo merecen solo deben ser muy honestos y respetuosos. Pocos lo han hecho, solo 3 en este portal y son absolutamente reservados.
     
  4. Peluconlais

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    Muy bien por los tres , el que come callado come dos veces .
     
  5. mikeg

    mikeg Usuario Casual nvl. 2
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    Muy de acuerdo contigo, insisto tu relato es tan exquisito que creo que si imaginas lo que provocas mmmmmmm Bella
     
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  6. Sole1977

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    Y tres y cuatro.
     
  7. Edu41

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    Tu culito ya debe estar preparado para una doble penetracion rica
     
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  8. Robcor470

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    Cada relato supera el anterior ! No aguante las ganas y me tuve q tocar mientras me
    Imaginaba que yo era el protagonista de tan rica historia ! Muchas gracias por deleitarnos con tan excitante historia
     
  9. Sole1977

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    Lo intenté dos veces, pero no pude. Todas, todos y todes (ja ja) tenemos algún límite físico. Hay cosas difíciles, por ejemplo tú te comerías un pene de 22 cms, o más, y grueso por tu trasero?
     
  10. Sole1977

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    que rico provocarte y hacerte sentir eso. Pero, que hiciste?
     
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  11. Robcor470

    Robcor470 Usuario Nuevo nvl. 1
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    Me provocas muchas cosas jjajaja
    Te dejé mensaje contándote q hice al respecto
     
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  12. Edu41

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    Jaja,no,ni uno de 5cm