“The Big Red Machine” Kane: La leyenda detrás de la máscara roja

“Kane regresó con una nueva máscara y la misma actitud fría e implacable de su debut”, señaló Anthony Benigno en “Masked mayhem: Kane’s most menacing moments” para WWE.com, si bien el artículo explaya con gran sencillez, claridad y precisión los momentos más amenazantes del monstruo rojo dentro de la compañía, y recuerda desde su debut, interfiriendo en una batalla Hell in a Cell en Bad Blood de 1997, el inmemorable encuentro donde colisionó ante The Undertaker en la edición XIV de WrestleMania y nos traslada al pasado relatando las contiendas ante Mankind y “Stone Cold” Steve Austin, poco señala de la legendaria historia de su máscara, -y no hablo desde luego de la historia que se escribe en el ring y que se sustenta con campeonatos y victorias, no es esta la clase de historia que queda inmortalizada en las revistas o en la memoria de cualquier exigente fanático juicioso del buen wrestling, yo más bien me refiero a esa historia que yace atrás de la quietud que tiñe toda la historia del gran monstruo rojo, esa historia que se hinca en el corazón y memoria de los aficionados, esa historia que lleva al éxtasis y provoca sentimientos ambivalentes en la reminiscencia de nuestras memorias atiborradas de Lucha Libre-.




“…No tengo ningún problema con los luchadores de hoy, pero, he de decir que todos ellos… tienen el mismo molde y el mismo aspecto…” comentó hace un par de días Bret “The Hitman” Hart cuando fue entrevistado por Vezzy Parmesan del programa “Rise and Grind Morning” en Providence, Rhode Island. Tras haber sido esta noticia, publicada en SúperLuchas.net, una lluvia de comentarios de todo tipo y de toda clase de personas de naciones e ideologías diferentes comenzó a inundar esta publicación, muchos de ellos coincidían en que múltiples de las ideas para crear a los actuales personajes del wrestling eran ideas que habían sido desenterradas de las tumbas de un pasado glorioso, que gozó de amplia creatividad y una extensa cantidad de gimmick’s.


Cuando se busca exactamente qué es esto, Torch Glossary of Insider Terms, se refiere a un Gimmick, como un personaje, generalmente creado artificialmente, con el fin es el de atraer el interés de la afición, es decir, el nombre artístico, atuendo y personalidad, meramente ficticia, que hace famoso a un luchador. En los últimos días, para ser preciso, desde la reaparición de Kane, hablar de este personaje se ha convertido en el pan de todos los días para quien habla de Wrestling y Lucha Libre, sobra mencionar que la lluvia de notas que abordan el tema de este hombre ha aumentado considerablemente en Súper Luchas, pero dada esta emoción, no sería descabellado que pensemos, que de un hombre que ha entregado todo cuanto ha podido sobre el ring, quien ha hecho de todo en la industria y que conocemos perfectamente, lo que nos siga generando tanta emoción y que nos cautive tanto, sea quizá, esa historia mística, que por sí misma confabula la leyenda de terror que encierra en tan intrincado diseño tan imponderable acertijo, un acertijo que no está a nuestro alcance y mucho menos al de los que estuvieron antes de nosotros.


Anthony Benigno señala en su artículo: “Paul Bearer advirtió a El Fenómeno que su hermano - Creído durante mucho tiempo muerto gracias a un incendio que Undertaker había comenzado cuando era niño- estaba vivo, pero empeñado en la venganza contra el Deadman”. Acerca de esta historia, en su número 28, la revista “Dos de Tres” recapituló en uno de sus artículos el siguiente pasaje: “La relación de Undertaker y su mánager Paul Bearer llegó a su fin y en la búsqueda por destruirse este último anunció un secreto: Undertaker es un asesino, pues de niño incendió la casa de sus padres, muriendo ambos, pero él (Bearer) rescató al hermano menor del Taker, presentando a Kane.” Ahora bien, no podemos negar que la historia de este hombre es, sin duda alguna, una de las más elaboradas en toda la historia de la compañía. Dejando volar nuestra imaginación y dando lugar a las historias fantásticas que copulan para crear el espectáculo de la Lucha Libre, podemos advertir como cuenta la leyenda, que en hedor de su depravado carácter, comprobada eficiencia personal y trastornado pensamiento, y aún siendo infante, Undertaker al comprender que sus mínimos esfuerzos no habrían de aproximarlo a la meta deseada, la cual corrompía su alma, decidió, en un acto atroz que determinaría la extinción o trascendencia de cuanto existe y aplicando su coraje con toda su terrible rudeza, así, con el rostro encendido y la mirada llameante, prendió fuego al local donde moraban él, su hermano y sus padres, entre el trágico augurio que provocaban las llamas que desgarraban las madreas y telas de la casa y en un ambiente que era avasallado por la presencia de la muerte, terrible y sin piedad y sin saber cómo, el lúgubre empresario de servicios fúnebres, de cara pálida, de ojo desorbitado y complexión robusta, encontró en el suelo, entre un confuso cúmulo de sangrientos cadáveres, a un infante, quien sentía sus prendas empapadas en tizne y sangre y para quien era imposible determinar si esta provenía de su propio ser o emanaba de las heridas de quienes lo acompañaban. Sonoras pisadas de botas claveteadas con estoperoles se hacían escuchar, de un personaje que nacía para encarnar una nueva personalidad, fúnebre, luctuoso, tenebroso, así era el nuevo personaje de Undertaker. Al terminar por consumirse aquella sucursal del infierno, las miradas relampagueantes auguraban una terrible tempestad, Kane quedó traumatizado ante el atroz acto de infamia que había sufrido a manos de su hermano, provocando así, la locura en él. Por años y años, se le dio por muerto, cuando realmente estaba en un psiquiátrico. El personaje de Kane, nació entonces, como el de un luchador enmascarado, con una máscara que se tiñe en rojo y se adorna con matices oscuros y con una larga cabellera, supuestamente para cubrir las heridas que provocó el fuego en su cara. “Una buena máscara es como un guante que se amolda a la cara” apunta un viejo adagio dentro de las industria, y no habría mejor máscara para alguien de carácter violento, iracundo y esquizofrénico, inmolando su vida a cambio de la venganza, con los mismos movimientos que Undertaker y con la falsedad detrás de las apariencias de sus acciones. Como dice la canción “Big Red Machine”, dedicada en alguna ocasión a Kane: “Soy el producto de la parte inferior de un pensamiento sin sentido… Mi mentalidad es en realidad destruir y aplastar, cualquier cosa en mi camino”.


Ahora bien, con esos antecedentes, por iniciativa podemos esperar algo realmente grande de este personaje y aunque muchos exigentes juiciosos, no justifican al Wrestling con buenas historias y más bien exigen ver buenos espectáculos, con grandes hazañas y violentos movimientos, en ocasiones repletos de buenas llaves y un pomposo juego de cuerdas y manejo de micrófono, supongo que a nadie perjudica dedicar unas cuantas líneas a la historia ficticia, en ocasiones fantástica de un personaje, que a últimas fechas ha causado gran revuelo, unas líneas dedicadas a la historia.


Pero como se escribió en WWE.com en “Eck’s Factor”: Weekly Analysis For Dec. 12, 2011, por Kevin Eck, en donde el escritor señala: “…fue sorprendente que atacó a Cena en lugar de Henry, el hombre que lo puso en el estante durante cinco meses… En cualquier caso, se trataba de un cambio impactante y estoy entusiasmado al ver a Kane ponerse la máscara de nuevo.”, así que ahora sólo resta esperar, la historia de Kane Resucitado tiene buenos ingredientes para cocinarse como un platillo de alta calidad, tiene la atención de un público necesitado de buenas historias y a pesar de las dificultades que bien podríamos identificar en tan ambicioso proyecto, me atrevo a aventurar que cientos de miles de personas seguiremos esta historia semana a semana, esperando ver lo que es capaz de ofrecer The Big Red Machine.

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