Felipehab.sentado en un rincon de la posada observa al recien llegado. si, quizas sea él el sujeto del cual le hablaron cinco horas antes, cuando tumbado contra la fria tierra y una navaja muy bien afilada interrogaba a ese tipo. él debia tenerlo, debia llevarlo en algun lugar. le dijo que él lo tenia. y cuando ya te han cortado tres dedos siempre terminas por soltar la lengua.
Cuando habrán el tema definitivo no olviden recordar las reglas. XD Por cierto, uno debería entonces escribir solo lo que hará uno, verdad?
- no te entendí ni wea felipe - supongo que así funciona .____. ---- La posada "El molino rojo" es mi sustento, por ella han pasado viajeros, amigos y los habituales mineros que seducidos por sueños de riqueza se han mudado a esta zona. Pero algo pasa, me siento inquieto, muchas caras nuevas han visitado mi local estos últimos días, siento que algo pasará. Mientras Alicia, y Ana maría atienden las mesas, entra a un tipo desconocido, se sienta en la barra y me pide un trago, otro tipo lo mira minuciosamente desde la mesa del rincón. definitivamente hoy pasará algo...
Mientras observa preocupado el ambiente no evita voltear al escuchar que nuevamente se abre la puerta, una joven humilde de falda corta entra observando el lugar con detención y fija su mirada en él. Pareciera buscarle pero no la reconoce. -Vi un anunció de trabajo, ¿aún tiene el puesto?- Pregunta con un acento afuerino, y por el bolso abultado que lleva en la espalda puede suponer que viene llegando de algún lugar.
Jaja, está quedando bueno. Eso sí anthar, una cosa, nadie iría a buscar riqueza al campo, bueno, tal vez riqueza espiritual, pero no monetaria, acuérdate que esto se trata de una colonia atrasada y pobre, no de California durante la fiebre del oro.
Puta wn, no corti la inspiración , digamos que en esos tiempos era la fiebre del oro en Marga Marga y eso le da un atractivo mayor jajajaja. Usemos la imaginación, si la historia debe ser flexible y entre más cosas llamativas hayan, mejor
-Bueno, sí... pero, ¿qué sabe hacer usted? Trabajar como administrador no es cosa fácil. Dice, mientras echa una mirada despectiva a su pies velludos. -No sé preocupe, traígame al posadero o a quien quiera estuviese a cargo de esta pocilga. Sale la mujer a cumplir el mandato, va con un aire frío de recelo y algo de peso en los párpados.