A 5 dias de que renazca megaupload

El próximo 20 de enero se cumple un año de la espectacular operación que el FBI llevó a cabo en Nueva Zelanda contra Kim Dotcom, multimillonario creador de Megaupload, servidor de contenidos donde se alojaba mucho del contenido protegido que era descargado desde todo el planeta. Kim Dotcom, convertido por las autoridades estadounidenses en el supervillano de las descargas ilegales y conocido irónicamente desde entonces en círculos internautas como el Gordo Cabrón -por un personaje cómico de la serie Austin Powers-, celebrará el aniversario de la operación abriendo su nuevo servidor de hospedaje de contenidos, llamado Mega. El espectacular golpe de las fuerzas del orden norteamericanas contra el pérfido capitán pirata, al que se acusaba de causar unas pérdidas al sector de los contenidos de 500 millones de dólares, se ha saldado con resultado discreto o nulo a efectos prácticos, mientras que el Departamento de Estado aún hace frente a las miles de demandas de particulares de todo el mundo que tenían contenidos de índole profesional o privado hospedados en el servidor de Megaupload que el FBI bloqueó y que generaba, se dijo, el 4% del tráfico mundial de contenidos. La legalidad de la operación transfronteriza de detención está hoy tan en el aire como una posible condena a Kim Dotcom.

El propio excéntrico multimillonario se permitía esta semana ejercer de gurú de los contenidos on line y ofrecía a los proveedores de contenidos desde su cuenta de Twitter la fórmula para rentabilizar contenidos audiovisuales en el entorno digital y evitar la piratería: "Un gran producto, que sea fácil de adquirir, que sea lanzado a escala mundial en un mismo día, que tenga un precio justo y, por último, que pueda funcionar en cualquier tipo de dispositivo". Y de paso prometía que su inminente presentación de Mega será una rueda de prensa "como nunca se ha visto".

Para las autoridades españolas, nada de esta historia es banal. Uno de los problemas recurrentes de las autoridades europeas, y en particular las españolas, para perseguir a los proveedores de contenidos sujetos a derechos es que, estando tutelado por la ley y la jurisprudencia el derecho a hacer enlaces, sólo se puede perseguir penalmente a quien hospeda el archivo sin licencia. Y la mayoría de los servidores de hospedaje están al otro lado del océano. De hecho, si consideramos pirata a quien provee un contenido de cuyos derechos carece, no es difícil concluir que el capitán de la piratería mundial no es España, sino aquel que tanto la señaló con el dedo acusador: EE.UU. El mismo país que presionó a los sucesivos gobiernos españoles para que persiguieran los intercambios de archivos y que aún sigue sin aprobar su propia iniciativa antipiratería, tras el fracaso de la SOPA (Stopping Online Piracy Act) y la PIPA (Preventing Real Online Threats to Economic Creativity and Theft of Intellectual Property Act). Dicen que pronto habrá nueva SOPA, pero eso mismo se oyó hace ya 12 meses.

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