Que el sudor de los atletas cuesta, caro, es algo obvio. Tienen que pasar por meses de entrenamiento y duras sesiones para alcanzar la gloria. Podríamos decir que ese sudor es el destilado del esfuerzo y el premio: la victoria. Pero en la antigua Roma el sudor de los atletas tenía más premio que la victoria, como vamos a ver. Los gladiadores y atletas eran vistos como un ejemplo de fuerza y energía, como es lógico, y eran adorados. Tal era así, que cuenta Plinio cómo los empleados de los gimnasios en los que entrenaban los atletas recogían la mezcla de sudor, polvo, suciedad y aceites que se quitaban estos de su piel y lo guardaban. Luego lo vendían y el precio que alcanzaban aquellos ungüentos eran, según parece, astronómico. Plinio Se usaba aquel aceite sucio para tratar dolencias y problemas físicos, pensando que aquel extracto de atleta tenía parte su energía. Suponiendo que aquella época eran más creyentes seguramente pagaban grandes sumas para obtener semejante liquido.
me acordé de la última película de jackas cuando el gordo suda y Steve O se toma el sudor la wea azquerosa gracias por la info