Miguelito no sólo la rompe por estos días en El Muro del Morandé. El chicoco también tiene flechada a una tierna enfermera de 20 primaveras. Una historia de amor que ya lleva tres años y siete meses, y el cómico está tan embalado que hasta quiere concretar casorio. Tengo proyección con ella. Me gustaría casarme, tener hijos y formar una familia, soltó en pleno ensayo de la sección que se tomó los viernes en el estelar del pueblo. Es que al chiquitín no le importa que Marlén, su pololi, viva en Puerto Montt y sea cuarenta centímetros más grandota. Yo puedo dar fe de que funciona una relación de lejos. Además, a mí no me aproblema el tema del porte, y a ella tampoco. Al principio pensaba que no me iba a pescar por ser chiquitito, pero jamás ha sido tema, contó. EL QUE LA SIGUE... Pero el comienzo de su romance no fue fácil. La chiquilla le salió más que chúcara, y lo tuvo un año y medio a la espera. Ella me dio el filo varias veces. Me decía tú como hombre no me gustas, no eres mi tipo. Nunca voy a ser tu polola. Pero yo le dije que lo que quería lo conseguía, y que iba a ser mía. Dicho y hecho, Miguelito logró concretar de la mano de rosas, chocolates y pura simpatía. La misma con la que se ha ganado a su suegro que es marino, al que estuvieron visitando durante el verano. Tan en serio va la cosa con Marlén, que incluso el humorista ya la llevó hasta Perú a conocer a su mami. Allá la adoran. Yo le digo bebé y cuando llamo lo primero que me preguntan es ¿cómo está la bebé?, jajá. La quieren más que a mí, comentó. Fuente: La Cuarta
