[ANÁLISIS] los cinco pilares del Colo Colo campeón del Clausura 2014.

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Héctor Tapia le dio la confianza y regularidad a una oncena estable camino a “la 30”. Sin embargo, del equipo titular, cinco valores destacan por sobre el resto, en un cuadro que a grandes rasgos no tuvo puntos flacos en todo el semestre.



A la hora de conformar un plantel, los grandes estrategos del fútbol hablan de la columna vertebral. Esta hace alusión al arquero, un central confiable, el enganche y el hombre de gol.
Eso lo cumplió casi a cabalidad Héctor Tapia en el Colo Colo que se convirtió en el nuevo campeón del fútbol chileno al conseguir el título del Clausura 2014.

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Justo Villar llegó el año pasado y poco a poco fue confirmando los réditos que lo llevaron a defender el arco de la selección paraguaya. Siempre de menos a más, el golero irradió confianza en sus compañeros y terminó convirtiéndose en el fiel guarda espaldas del Cacique.


Titular toda la campaña y con tan sólo 15 goles en contra en el mismo número de partidos confirman el trabajo del guaraní, que con su experiencia le dio un giro a un pusto que estaba desacreditado, dejando para la posteridad tapadas notables como la ante Universidad de Chile.

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Julio Barroso, bicampeón con O’Higgins y ahora con Colo Colo, llegó para darle firmeza a una zaga resentida y dubitativa. Cuando el defensor argentino no estuvo los albos lo sintieron y se echó de menos.


Su lesión ante Universidad de Concepción y la necesidad de abandonar la cancha en la primera etapa puede ser una de las explicaciones para la derrota que desvaneció el invicto albo.

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Jaime Valdés no es el enganche del Colo Colo 2004, pero el Pajarito aparecía de atrás demostrando todo lo que aprendió en Europa siendo solidario, generado juego y los espacios.


El punto bajo del mediocampista es que su sociedad con Emiliano Vecchio se afianzó tanto, que cuando su compañero no estaba o andaba bajo también se veía afectado el rendimiento personal.Pese a todo, Valdés fue una de las piezas fundamentales de este Colo Colo.

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Esteban Pavez no cae en el esquema de la columna vertebral, pero con la llegada de Valdés había que hacer espacio en la contención y el joven volante de 23 años no salió, dejando damnificado a Claudio Baeza.


Fiereza, aplicación, corte y salida le dieron la razón al técnico, alzándose como una de las figuras promisorias surgidas de las canteras albas.



Un punto aparte es Esteban Paredes: referente, capitán en varias ocasiones y un liderazgo innegable del “30” le dieron al atacante la capacidad de guiar desde el camarín el renacer del Cacique.


Pero también cumplió en la cancha, siendo junto a Patricio Rubio de Universidad de Chile el goleador a espera del término del campeonato.

“Este año vamos a levantar al 30, estoy seguro”, dijo en su regreso a Macul cuando eligió ese dorsal para comandar la empresa alba hacia un nuevo título. El ídolo cumplió fuera y dentro de la cancha.
Mención más que especial para Héctor Tapia, que le dio un sello y por fin Colo Colo volvió a tener en años un equipo titular, sabiendo llevar a un grupo que venía en deuda y presionado con la sequía de logros. El DT armó la base y una alineación que se puede recitar de memoria.

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