El cuerpo de un monje de 231 años permanece intacto

Aunque el monje conocido como el sacerdote Liaozhen murió hace 231 años, sus restos físicos permanecen intactos y no muestran signos de descomposición. Liaozhen practicó la cultivación en el Templo Yuanpu, en Anqin, provincia de Anhui, y se cree que nació en 1681 en el veinteavo año del emperador Kangxi de la dinastía Qing, en una familia apellidada Duan que vivía en un pueblo del condado de Congyang. Como artesano del bambú se ganó la vida en Yixiu, un pueblo de Anqing que pertenece a la aldea de Wuheng.
A los 49 años, el sacerdote Liaozhen -como lo llamaba la gente- se convirtió en el monje del Templo Yuanpu y practicó la cultivación muy estrictamente. En sus últimos años dejó dicho a sus discípulos que pusieran su cuerpo en yeso cuando se muriera. Dos o tres años mas tarde, los discípulos deberían abrir el ataúd y verificar la descomposición. Si la descomposición había empezado les había ordenado que se deshicieran del cuerpo; pero el cuerpo no estaba descompuesto y estaba todavía intacto, ellos lo honraron y guardaron en una pagoda junto al templo.
Liaozhen dejó este mundo cuando tenía 96 años. Años después sus discípulos siguieron sus instrucciones y descubrieron para su asombro que el cuerpo del monje estaba naturalmente preservado e intacto. Subsecuentemente fue cubierto con oro, una práctica habitual para mostrar reverencia.
En los 230 años que han pasado desde la muerte del sacerdote Liaozhen, sucedieron incontables guerras y catástrofes naturales, y aun así el cuerpo permanece ileso.
Cuando el Partido Comunista Chino entró en el poder en los años 50 su ataúd fue abierto e intentaron apuñalarlo con una lanza larga, pero se evitó justo a tiempo que se dañe el cuerpo.
En el 2002, se edificó otro templo y con el único propósito de honrarlo y darle culto el ataúd se abrió una vez más. Para todos los que estaban allí parecía como si el sacerdote estuviera durmiendo profundamente. Todos se sintieron sobrecogidos por el comportamiento tan tranquilo del cuerpo