Bueno amigos..esta historia la encontre surfeando por la web y decidi ponerla aca..... Andrea: Un fin de semana unos amigos y yo nos fuimos a una playa de Pichilemu y nos alojamos en una casa que dos de ellos habían arrendado. La casa era de estas en forma de A, así como de muñecas, era súper antigua, de madera, tenía 2 pisos y un patio enorme muy oscuro. Bueno, la verdad es que todo el sector de la casa era oscuro ya que sólo había un poste de luz en cada esquina de la calle, y nuestra casa estaba justo al medio. Frente a la casa había un almacén muy modesto al cual también le faltaba algo de iluminación. En fin... Un día, justamente al 3° de haber llegado, pensamos en hacer un asado y nuestros amigos hombres (que eran 4), fueron a comprar dejándonos sólo a mi mejor amiga (K-rola) a otra niña que venía con uno de ellos (Katy) y a mí (Andrea). El caso es que mientras Katy dormía en el 2° piso, (sin que nosotras lo supiéramos) decidimos ir a servirnos un café, creyendo estar solas y así nos quitaría el sueño porque al ser de noche estábamos muy cansadas. La cocina de esta casa quedaba al final de la construcción y era lo más amplio que tenía la casa, ahí estaba el comedor, nosotras nos sentamos justo mirando hacia la puerta principal. De pronto sentimos ruido en la entrada por lo cual yo le dije a K-rola: - Ya llegaron -pero grande fue nuestra sorpresa cuando nos asomamos y no había nadie... pero la puerta se encontraba abierta. K-rola la cerró y nos fuimos a sentar nuevamente para tomarnos el café. Al poco tiempo K-rola me dijo: - Andrea, te juro que ví pasar a alguien hacia nuestra Habitación (que se encontraba a mano derecha en el sentido en que nos encontrábamos). Yo le dije que quizás era la sombra de algún árbol y decidimos no tomarle demasiada importancia. Pero ya no nos pudimos seguir haciendo las valientes... cuando K-rola vuelve a mirar y me mira con el rostro todo desfigurado por el miedo y me dice: - Mira. Yo, haciéndole caso, incliné la mirada y vimos pasar a un hombre, vestido de celeste, con el cabello un poco canoso al cual no se le divisaba con claridad el rostro. Pegué un grito de pavor junto con tomar a mi amiga de la mano quien todavía sostenía las tazas de café y me dirigí hacia la puerta principal debiendo pasar rápidamente por el lugar dónde habíamos visto a aquél hombre. Una vez fuera de la casa, yo miraba hacia dentro con mucho miedo y noté como en un destello su figura, observándonos, como eso nos dió más miedo fuimos al almacén y ahí le pedimos a un niño que tenía unos 17 años que nos acompañara a ver quién era. El niño nos acompañó y recorrió toda la casa con mi amiga, mientras yo subí al 2° piso a ver si había alguien y sólo estaba Katy, quien estaba dormida. Cuando llegaron nuestros amigos les contamos y no nos creyeron, pero al otro día al cortarse la luz en todo Pichilemu nos dijeron que no nos habín querido mostrar lo que habían encontrado para que no nos asustáramos más, y con un encendedor nos alumbraron una de las paredes de la casa la cual decía: " Ojalá que quien lea esto me crea, pues en esta casa hay fantasmas yo los he visto " y una breve historia del fantasma, la misma que la dueña de la casa le había contado a los niños que la habían arrendado, sin querer comunicárnoslo para que no nos arrepintiéramos de ir. La historia trataba de una pareja que arrendó la casa por un corto periodo ya que el marido se encontraba con depresión y necesitaba distraerse y en un descuido la señora fue a hacer algunas compras al almacén de enfrente y al regresar encontró a su marido ahorcado. Da para pensar ¿o no?.
