El famoso Nissan Skyline GT-R que conducía Paul Walker en la última película de Fast & Furious fue robado de su instalación de almacenamiento en Los Angeles. Lo peor de todo es que el coche, que demoró dos años en construirse, valorado en más de 75 mil dólares, no estaba asegurado, por lo que es pérdida total y más; pues no solo es su precio de venta, sino el precio de colección o subasta que habría conseguido
Shuuuu wn ! ese auto debi abermelo robado yo mejor si no tenia seguro la wea xd jaja Q wena se agradece perroski