Un reciente trabajo de investigadores británicos, difundido y en coproducción con la BBC, ha propuesto una reconstrucción del rostro de Jesús hipotética y sencillamente poco creíble... ..... Representación aproximada del resultado de las recientes investigaciones británicas, es una labor hipotética sobre un cráneo cualquiera pero concreto, ni siquiera se halló un promedio de varios de época. Dibujo como copia del retrato propuesto por la BBC. Sin embargo aporta una aproximación a la que debió de ser la realidad. También creemos que parte de un concepto equivocado sobre los inicios del cristianismo. Jesús no era, en absoluto, un rústico carpintero, sino el Cristo, el Ungido, el heredero y descendiente de David y por tanto aspirante al trono de Israel. Nosotros hemos partido de esta realidad histórica, y tomando como parámetros de guía las características *****pológicas que se desprenden de las pinturas contemporáneas, e inmediatamente posteriores a la época; hemos partido de los datos aportados por el estudio de los cráneos encontrados en Giv´at ha-Mivtar, cerca de Jerusalén, entre los que estaba el de un crucificado. Aplicando nuestros propios programas informáticos llegamos a un resultado realmente sorprendente. La semejanza era notoria con el de los pantocrator bizantinos y el rostro reconstruido a partir de las imágenes de la Sábana Santa de Turín, los paños de la Verónica de Oviedo, el Rostro Santo de Manoppello y datos del Mandylion. Esto nos ha reafirmado en nuestra teoría de que Sábana y paños (Verónica no era una santa es la expresión en griego "vero icono" = imagen verdadera), son copias de un original. El verdadero retrato de Jesús. El Maestro universal. EL ROSTRO DE DIOS La verdadera imagen de Cristo Sensacionalismo de fotomatón El 27 de Marzo de 2001, una noticia insólita acaparaba la atención de todos los noticiarios internacionales: Con motivo de la inmediata celebración de la Semana Santa, la BBC estaba preparando un reportaje sobre los últimos hallazgos en torno a la figura de Jesucristo. El programa en cuestión se llamaría "Hijo de Dios", y uno de los asuntos centrales de su interés era la recreación, utilizando las más modernas técnicas forenses y los más desarrollados programas informáticos, del que sería el verdadero rostro de Jesús. Sus autores aseguraban que para la obtención de aquella imagen ansiada por los creyentes desde los inicios de la fe, habían contado con la colaboración los mejores especialistas en las ramas de la *****pología y diseño por ordenador. A la hora de escribir estas líneas, el antedicho programa todavía no ha sido emitido, pero sí he podido contemplar el resultado de la sorprendente recreación. Ante mis ojos se me ofrecía la imagen de un hombre rudo, de tez morena y pelo negro muy rizado, con frente prominente, amplia mandíbula y nariz ancha. Según sus creadores (y creo que éste es el término más adecuado), la imagen se obtuvo a partir de un cráneo de un hombre judío del siglo I, encontrado en la misma zona donde discurrió la vida de Jesucristo. El rostro obtenido, para sorpresa de los investigadores, mostraba unas facciones fuertes, más lógicas (?) de un hombre que desempeñaba un oficio artesano como el de carpintero; y ofrecía un claro contraste con las delicadas facciones con que, tradicionalmente, aparece retratado Jesucristo en las estatuas y pinturas creadas los artistas plásticos de todas las épocas. En este complicado mundo que rodea al estudio e investigación de los fenómenos religiosos, es moneda corriente observar cómo siempre se utilizan dos baremos muy diferentes para juzgar las teorías elaboradas sobre algún misterio: Así, dependiendo de la fuente que las origina, se les atribuye una pátina de indudable perspicacia o, en caso contrario, de simple elucubración de un aficionado o de un loco. Me explico: Cuando en 1978, el equipo STURP (Shroud of Turin Research Project), formado por algunos de los más prestigiosos científicos, procedentes de laboratorios de las Fuerzas Aéreas americanas y del Centro de Pasadena (NASA), realizaron distintas pruebas y análisis sobre la Sábana Santa de Turín, empleando los que afirmaban ser los mejores dispositivos de análisis de imágenes existentes, sus resultados fueron acogidos con una credulidad aplastante. Era lo esperado. La ciencia, como nuevo credo oficial de nuestra sociedad (sobre este tema ya me he posicionado en reiteradas ocasiones), no puede ser discutida y, por así decirlo, los miembros de su iglesia, que conocemos como científicos, tienen siempre patente de corso cuando se trata de imponer sus teorías sobre otras cualesquiera que sean, por mucho que detrás de ellas se apiñen años y años de concienzudos estudios. De esta forma, y después de "exhaustivos" análisis, los doctos científicos americanos concluyeron, con la "objetividad" que les distingue, que en el sudario habían detectado, sin el menor margen de duda, la existencia de sangre tipo "AB", característica de la raza judía. Como prueba de ello, exhibían una larga lista de pruebas, a cada cual más incomprensible para el profano. Pero lo que no mostraron al público fueron los resultados estadísticos de esas pruebas, ni en qué forma las habían llevado a cabo. Pasados los años, el escándalo estalló al comprobarse que las teorías de los insignes doctores Jackson y Jumper, se mostraron como un claro ejemplo de manipulación de datos para adaptarlos a sus conclusiones (sobre este affaire, consultar todo lo acontecido en mi libro "El Cuerpo")... ...¿Qué demostraba esto? Que la ciencia no siempre es objetiva, o, cuando menos, sus resultados pueden verse alterados por creencias, intereses y/o objetivos publicitarios. Dibujo del tipo de cruz en la que se suele poner a Cristo. A la derecha la forma y proporción de la cruz verdaderamente empleada, la de las ejecuciones romanas, su altura no sobrepasaba la de un hombre medio y sólo tenía un travesaño que encajaba por una espiga sobre el poste vertical. Llegados a este punto es verdaderamente sorprendente que aún se tomen estas teorías como base de estudios "científicos" por, al menos en teoría auténticos científicos, o mejor sería decir poseedores de una titulación académica, que no es lo mismo. Me refiero a un programa emitido y producido recientemente por una cadena española de televisión donde un miembro de una universidad asegura que la Sábana Santa de Turín y el Sudario de Oviedo son auténticos por tener rastros de sangre "AB". Lo cual solamente podría ser cierto en el caso del Sudario, aunque ninguno de los investigadores universitarios del programa explica cómo un cuerpo muerto pudo sangrar de una forma tan abundante que llegue a empapar un sudario. En dicho programa incluso llegan a explicar las posiciones y hablan del "descendimiento de la cruz" adoptando la tradicional iconografía y ritos cristianos de la semana santa en las que se "baja" a Cristo de la cruz; lo que es imposible por la sencilla razón de que la cruz de ejecución romana estaba a nivel del suelo, no era en realidad una cruz, sino una T, y muy baja. Es chocante que, tras años de admitirse por los círculos científicos y oficialistas universitarios (embuídos generalmente en los años sesenta y setenta por un trasfondo de ideología ateo-marxista) la falsedad de Sábanas y Sudarios, ahora al calor de los nuevos tiempos (más conservadores y, sobre todo, más subvencionadores), de pronto vean la luz ¡Igual que san Pablo en el camino de Damasco! ¿Tiene algo que ver el afán de protagonismo, el salir en una televisión, los nuevos tiempos de conservadurismo en los que negar "no vende"? Es también curioso, aunque aparentemente sea apartarnos del tema, cómo en estas mismas fechas los restauradores "oficiales" se apresuran a afirmar que la Virgen de Montserrat, la "Moreneta" no es en absoluto negra sino que ¡fue pintada el pasado siglo! (A las vírgenes negras y su significado, he dedicado parte de mi libro "Apariciones Celestiales"...) Y con el mayor descaro añaden que: "La madera en la que estaba tallada era blanca". Yo personalmente (agradecería se me informara de lo contrario), no conozco la madera de ningún árbol de los que crecen en España que al cortarla no aparezca en un tono pálido, blanquecino; eso sí, podría ser con tonos rojizos o amarronados, pero unos tonos, nunca la madera de nuestro país es negra. Pese a todo, cuando al público en general se le advierte de que un experimento se ha llevado a cabo con los medios técnicos más desarrollados y la intervención de un titulado universitario, éste tiende, automáticamente, a creer a pies juntillas en los resultados que se ofrecen de esa investigación. "Han usado potentes ordenadores, por tanto: ¡será verdad!". De esta forma, los medios de comunicación nos cuelan, más a menudo de lo que creemos, hipótesis que no han sido suficientemente contrastadas o de cuya verificación sólo se nos habla muy por encima. De todas formas el sudario de Oviedo sí debe de coincidir (en imagen) con la Sábana de Turín, por lo que más tarde expondremos. Lo que no quiere decir que sea auténtico, pero tampoco que sea falso, parece un contrasentido pero no lo es, sino que se trata posiblemente de la clave del enigma... ... En el caso que nos ocupa, "el verdadero rostro de Jesús" ofrecido en un documental de la BBC, el desatino, o la soberbia tecnificada, llega a extremos poco menos que increíbles. Según estos señores, basta con reconstruir el rostro de un judío para saber qué cara podían tener todos los demás. A ello hay que añadir los múltiples orígenes étnicos que confluían, por aquellos tiempos, en las tierras de Israel. Dejando a parte procedencias egipcias, sumerias, persas, árabes, etc., dentro de la misma etnia judía podían distinguirse, ¡y ellos en su época los distinguían perfectamente!, a sunamitas, jebusitas, edomitas, kenitas, etc., etc. Sin embargo, este detalle parecen pasarlo por alto. En definitiva, para seguir su razonamiento, y sin salirnos de la raza judía, según esos prestigiosos investigadores, sería factible emplear el cráneo del cineasta Woody Allen para reconstruir el rostro del primer ministro israelí Ariel Sharon. Este ejemplo absurdo, al alcance de cualquiera que se detenga a meditar un poco más la noticia, y que podía ser rebatido por los científicos aludidos como exagerado, no lo es tanto si atendemos a su metodología. El único resultado que puede deducirse de tales métodos (por lo demás muy útiles para reconstruir la posible fisonomía de homínidos primitivos; lo que se nota en el estilo del artista utilizado, pues se le fue bastante la mano poniéndole a Jesús un rostro muy parecido al "homo antecessor" de Atapuerca) es la posible apariencia de los rasgos judíos en aquella época, unos rasgos que podrían aceptarse si no se tomaran en cuenta otras características referentes al personaje de Jesús y de las que hablaremos a su tiempo. Pero, además, parece ser que ninguno de ellos se ha detenido a pensar en las lógicas diferencias que existen, no ya entre hijos de la misma madre, sino entre las distintas clases sociales y los trabajos, alimentación y cuidados médicos que se dan en cada una de ellas. Está claro que un sumo sacerdote judío, dedicado a las labores contemplativas del templo, hijo a su vez de una clase privilegiada de doctores y damas de las mejores familias, no podía tener la misma fisonomía corporal que un campesino mal alimentado, expuesto día y noche a las inclemencias del tiempo, y abocado a un trabajo durísimo desde su misma niñez. No está tan lejano en nuestra memoria el recuerdo de aquellos rostros embrutecidos del documental de Luis Buñuel sobre las Urdes y la fácil comparación con el aspecto que ofrecían los hijos de la burguesía de Madrid. O, para dejárselo más cercano a nuestros amigos de la televisión inglesa: ¿Tenía la misma fisonomía un minero galés, de la salvaje era industrial, que los miembros de las clases elevadas, estudiantes de Oxford? Gracias al avance de nuestra sociedad occidental, y hasta que los ultraliberales no se empeñen en lo contrario, las diferencias actuales en cuestiones como alimentación y sanidad entre clases se han ido diluyendo, lo que ha permitido que nazcan niños en su mayoría muy sanos y de constituciones parecidas. Pero en Palestina, en el siglo I de nuestra era, las diferencias entre los diferentes estamentos de población tenían que ser abismales... Representación de figuras de la época, el hombre en primer término es un judío pero no aparece con largos cabellos, sino al estilo greco-romano imperante. ... La críticas expuestas por los autores de esta recreación por ordenador a las representaciones que se han venido haciendo del rostro de Jesús hasta ahora, no dejan de ser justas, (aunque desde otros parámetros), pero su punto de partida se tambalea desde el mismo inicio. Si bien las representaciones artísticas de la fisonomía de Jesucristo pueden haber sido mediatizadas durante siglos por creencias e, incluso, imposiciones de la Iglesia; sacarse de la manga informática un rostro que las contradiga a todas ellas, no es la solución. Sería como afirmar, dentro de dos mil años, que Hitler era alto y rubio, por la abundancia de cadáveres alemanes encontrados de la época con la misma característica. Para cualquiera, tal aseveración sería, además de un error garrafal, una falacia... ... Igualmente, establecer que el rostro de Jesús, puede guardar un parecido bastante cercano con el de cualquier judío de la época, es un exceso de presunción y, posiblemente, de sensacionalismo. Por mi parte, opino que es más lógico y "científico" contar con lo que ya poseemos. Y, hasta que no se diga lo contrario, las únicas referencias existentes y, de alguna forma, relacionadas con el rostro de Jesús son la Sábana de Turín, los paños de la Verónica, algunas referencias en los evangelios y los testimonios de testigos de la época en que vivió. De su estudio y de su interpretación, que no tiene por qué ser la ortodoxa, tal vez podamos extraer mejores consecuencias o alguna que otra luz bajo la que contemplar mejor el rostro de Jesús. Esperando, naturalmente, que no se cumpla lo mismo que el Señor le dijo a Moisés: "Mi rostro no lo podrás ver; porque ningún hombre lo verá y vivirá"... saludos!
xD ja.. xD no era nnah mui encachao el hombre como en las peliculas..!! arto rasistas las peliculas a todo esto es blanco con pelo castaño claron con ojos verdes.. por que no podia ser negro?? xD ya saludos xD se agradece la info eeeeeeeeeeeeeeeextensaaaaaaaaaaaa!"!
lei lo primero pero no entendi muy bien, se supone q hipoteticamente podria ser una aproximacion a el rostro de jesus... bueno a mi me tiene sin cuidado si dios era de color blanco, negro, amarillo, etc. yo creo q lo q de verdad importa es el mensaje q se transmite, ya seas evangelico, cristianos, catolico, testigo de jehoVa...