En París, donde residía desde hace casi dos décadas falleció el 14 de abril, a los 80 años, Edmundo Eichelbaum, uno de los más prestigiosos y recordados críticos de cine y de teatro de los años cincuenta al sesenta. Hijo del dramaturgo Samuel Eichelbaum y sobrino del legendario periodista Edmundo Guibourg, Edmundo Eichelbaum había nacido en Buenos Aires el 9 de junio de 1923. Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, donde obtuvo el título de escribano, pero abandonó su profesión alentado por parientes tan ligados al arte y por su pasión por la pantalla grande y por los escenarios. Comenzó esta etapa como integrante de la comisión directiva del Club Gente de Cine junto a críticos tan talentosos y populares como Raimundo R. Calcagno (Calki); King, Salvador Sammaritano, Domingo Di Núbila y Héctor Grossi, lo que le permitió compenetrarse con las vanguardias del séptimo arte y de conocer a los realizadores más audaces a nivel internacional. Los primeros festivales cinematográficos de Mar del Plata y la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina lo tuvieron, también, como notable impulsor de esa vocación por la pantalla grande que lo acompañaría hasta su muerte. Edmundo Eichelbaum -Mondy, para sus muchos amigos- ejerció paralelamente la crítica en las revistas El Hogar, Mundo Argentino y Mundo Radial, fue jefe de Espectáculos del diario Democracia y a principios de los años sesenta ejerció la crítica cinematográfica y teatral en el diario El Mundo. Fue, además, profesor de Introducción a la Estética del Cine en el Departamento de Cinematografía de la Escuela Superior de Bellas Artes, dependiente de la Universidad Nacional de La Plata y supo pasear su figura alta y severa por las noches de la bohemia porteña. En constantes viajes También se desempeñó como director de la revista Pluma y Pincel y participó de numerosos programas radiales. Más tarde, el diario El Mundo lo envió como corresponsal a Francia, y los viajes entre aquel país y Buenos Aires fueron tan constantes como entrañables. En 1985 salió a la luz su libro "Carlos Gardel", sin duda una de las más cálidas y certeras biografías del Zorzal Criollo, y tras haber colaborado como guionista en varios films nacionales se radicó en París, donde ejerció la docencia hasta su fallecimiento. Adolfo C. Martínez Q.E.P.D Un gran Critico
es CINEASTA no SINEASTA y era critico de Teatro... y bien fome la wea xD yo ya taba armando la fiesta.... preparate pa las chuchadas
y a qien le importa ese viejo culiao yto pense qe habia muerto el otro saco e wuea con vos de pito aun qe tampoco me hubiese importado pero me hubiera dado un poco de alegria
:O io pensaba que era el que habla como castrado EREEEEEEEEEEEEEEEEES EL AMOOOOOOOOOOR DE MI VIDA!!! i etc. xD canto =lito o no? PD: CONCHETUMARE!"