Perdió parto de su hijo por jotear a enfermera

Califa se fue detenido justo cuando su esposa dio a luz.



Un hombre califa que se precie de tal, debe serlo en cualquier situación, no importa cuál sea.
Así lo entendió el gringo Adam Jay Manning, de 30 pepas, que vive en el apacible pueblo de Bountiful, cerquita de Salt Lake City, en Gringolandia.
El viernes debía ser un día especial. Su hermosa y abnegada esposa daba a luz a su primer bebé en el hospital McKay-Dee.
Eran las tres de la mañana cuando la mujer sintió el dolor inequívoco de que el hijo quería salir al mundo.
"Mi amor... empe... zaron... las... contrac... ¡ciones!", gritó la mujer.
El joven Adam no sabía qué hacer. Sólo atinaba a calmar a su mujer y a decirle que respirara.Fue el momento de quiebre. Una joven enfermera, atractiva, voluptuosa, una verdadera fantasía sexual hecha realidad, entró a la pieza y dijo: "¿Necesitan ayuda?".
La pobre parturienta no aguantaba más el dolor. Sin embargo, el esposo califa vio a la bella profesional de salud y le respondió: "Yo necesito ayuda por acato. Qué bella se ve, mijita".
La enfermera, estoica, ni pescó la provocación del futuro padre. Sin embargo, el fiel representante del "catetismo", mantuvo su ataque y apenas se llevaron a su esposa a dar a luz, ofreció darle un masaje a la joven.
El drama fue que el manilarga extendio el masajeo desde la espalda a uno de los pechos de la enfermera, la que sin pensarlo dos veces, empujó al degenerado y salió corriendo por ayuda.
La policía de Salt Lake City llegó al instante para pescar al pulpo y llevárselo a dormir a la sombra.
"Es que usted no entiende, mi esposa está a punto de dar a luz", dijo el cara de traste mientras era esposado y llevado a la rastra.
La tiradita de manos le costó cara a Adam. No sólo perdió el nacimiento de su hijo, sino que ahora le debe la mansa explicación a su esposa.

Fuente: La Cuarta


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