betty andreasson

El 25 de enero de 1967 a las 19:00 horas, Betty Andreasson se encontraba en su casa rezando por su marido, el cual se encontraba hospitalizado, a causa de un accidente de tráfico. De repente una luz rojiza se cuela por las ventanas del salón. A paso lento y con curiosidad el padre de Betty se asoma a la puerta y ve cuatro extrañas figuras. A partir de ese momento, todas las personas que estaban en la casa pierden el sentido, exceptuando Betty, su padre y su hija Becky. Lo recuperarán tres horas y cuarenta minutos más tarde. Una vez ocurre esto. Cuando las figuras entran en la casa, toda las personas entran en su totalidad en un estado de inconsciencia, exceptuando Becky, y su hija que se despertará unos instantes y observará parte de la conversación que los supuestos alienígenas mantienen con su madre. Al parecer, según recordaba Betty, el jefe del grupo se identificó como Quazgaa, al cual ofreció una Biblia y este le entregó a cambio un libro azul, del cual se perdió el rastro.

Betty sería invitada a subir a bordo, y cuando lo hizo se encontró levitando en el aire para terminar sobre una camilla, donde sería sometida a varios exámenes, los cuales coinciden con los de otros muchos abducidos, algunos de los cuales hemos narrado aquí: examen de los ojos, agujas por el ombligo, etcétera.
Más tarde Betty sería sometida a sesiones de hipnosis que desvelarían que ya había sido abducida con anterioridad en varias ocasiones, pero en aquellos casos en estado de inconsciencia, o con una especie de borrado de memoria.
El caso de Betty sería investigado por el MUFON, por el CUFOS, y por diferentes expertos en hipnosis.
Lo último conocido del caso es que Betty colaboró con el escritor Raymond E. Fowler para investigar este caso. Fue entonces cuando Betty descubrió una cicatriz en su pantorrilla que podría ser debida a la extracción de un trozo de tejido por parte de los alienígenas, y una año más tarde Raymond comprobó como él mismo tenía la misma cicatriz.