El pretendiente acudió a la casa de su novia para pedir su mano: "¿Y a qué se dedica usted, joven?" pregunta el padre de la chica. "Soy el encargado de mantenimiento" responde con orgullo en la voz el aspirante. "¡Ah, qué bueno!" se alegra el papá. "Desde ahora le encargo que nos mantenga también a mi esposa y a mi".