Un marica llega llorando muy angustiado a contarle a su pololo que le acaban de diagnosticar el SIDA. El compañero lo consuela y le dice: -"No llores, amorcito, mira, ponte por las noches una mascarilla de barro". El marica emocionado, le pregunta: -"¿Y con eso me voy a curar, cuchi cuchi?" "No, pero te vas a ir acostumbrando a la tierrita".