La toqué, la besé, y al instante sus brazos recorrieron mi cuerpo, sentí su aroma a un millar de kilometros antes de verla, y cuando la tuve, sentí que era mía, y la amaba en plenitud, solo yo sabía que mi corazón era suyo, me miraba con tal firmeza que podría bailar en sus manos, y me dejaba llevar por sus besos, me dejaba llevar por sus instintos animales, tan maternalmente, que me sentia protegido, la tenia frente a mí, nos mirabamos como en los tiempos primeros en que nos conocimos, sentía su sexo tan igual al mio, y me volvia loco el sólo tocarla, mirarla, haciendola mia, pero yo se que ella no reía, pero se que ella no era feliz, lloraba por dentro por su desgracia, porque yo era el malo, porque yo la usaba, porque sabía que ella me amaba, y yo en las noches, buscaba a otras putas con quien desahogarme, sabiendo en ese mismo instante que ella me esperaba, por eso ella no reía, por eso ella lloraba, se había convertido en una mujer triste por mí. Yo en verdad la amaba y aunque la engañaba, y aunque yo le mentía, siempre le decía con toda mi alma, eres mi puta preferida...