Sin querer queriendo

Para las fiestas patrias, mi mujer invito a su amiga, su esposo viajó a ver a sus padres y ella quedó sola.
El primer día hicimos un asado entre los 3, era muy simpática, nos reímos mucho, y nos tomamos varias botellas de vino, las horas fueron pasando, y su hija con las nuestras estaban muy entretenidas, que ya de noche, pidieron quedarse a dormir, nunca hubo intención, ni seducción, su ropa era muy normal, simple, pero se dejaba ver un hermoso cuerpo, un culo redondo, una cintura apretada y un par de tetas redondas.
La fiesta continuó adentro, ya era muy tarde. Los niños ya estaban durmiendo.
Estábamos los 3 en un sofá, yo al medio , de pronto mi mujer se levantó a bailar, entre el copete y el buen ambiente, se puso un poco calentona, sacó a bailar a la amiga, se abrazaban, se hacían cariños, y yo aún estaba pajareando, de pronto mi mujer me tomó la mano y me hizo bailar con ellas. Estábamos los 3 abrazados, de repente se besaron entre ellas, yo estaba alucinando, y mi mujer puso su mano en mi cabeza y me íntegro en un glorioso beso entre los tres. Recién ahí me di cuenta de lo que estaba a punto de pasar.
Nos besamos por varios minutos, yo les acariciaba el culo a ambas. Estábamos super calientes, debo decir que quizás todo resultó porque yo nunca me adelante a los hechos, mi mujer siempre tuvo el control.
Mi mujer era muy atractiva, era rubia de ojos azules, con un culo perfecto, su amiga tenía el pelo negro, brillante, largo y ondulado, ojos muy grandes y de facciones exóticas, era muy atractiva, su voz , sus gestos, su risa, sus labios eran una invitación.
De pronto mi mujer se detuvo, y volvimos a sentarnos, pasaron un par de minutos y ella volvió a levantarse, ahora con más ganas, me hizo poner de pie, me abrió el pantalón, me saco el muchacho, me dio un par de besos, y luego empujó a su amiga para hacerme un mamón entre las dos, el sexo con mi mujer era exquisito, ella tenía la capacidad de leer todos mis gustos, y mis tiempos, yo estaba demasiado caliente y casi a punto de acabar, justo a tiempo, mi mujer se retiraba para besarse entre ellas. Esto se repitió varias veces, y luego se levantaron otra vez, nos besábamos, y ellas comenzaron a desnudarse.
Era un espectáculo increíble, cuando la amiga quedó en ropa interior, pudimos ver qué tenía unas tetas perfectas, casi al mismo tiempo, Mi mujer y yo, nos fuimos directamente a gozar de esas maravillosas tetas. La empujamos al sillón, y mientras la desnudamos, le chupabamos todo, era una mujer preciosa y muy sensible, se retorcía de placer, y tuvo un orgasmo, y segundos después, otro. Ahí nos dijo que era multiorgásmica, y pregunto si podía meterle el pico, yo miré a mi mujer, y ella me tomo de las caderas, se apretó detrás mío, y me hizo culear a esa exquisita hembra.
Yo no tengo mucho aguante, pero me recupero rápido, cuando se lo metí, ella tuvo otro orgasmo, y gemía tan rico, que me fui cortado, lo saqué y eyacule sobre su estómago, luego se lo volví a meter, mi mujer seguía empujandome por detrás, y ella volvió a tener otro orgasmo.
Yo me salí, y mi mujer se fue encima, lamió y trago todo el semen, y luego le comió la concha. Después subía a besarle las tetas, la boca, y volvía a bajar, estaban tan calientes, se retorcían, se metían los dedos por todas partes, el espectáculo era increíble, en pocos minutos se me volvió a parar el pico.
Pero me asusté un poco, sentía el corazón en la garganta, podía sentir sabor a sangre.
Traté de dejar pasar unos minutos, pero me arrastraron a la cama, mi mujer se montó a caballo sobre mí, con la diferencia que mi erección era notoriamente más masiva, se veía más grande, casi brillante, venoso, durísimo.
Su amiga se sentó en mi cara.
Mi mujer acabó al instante, ella luego tiene espasmos, y normalmente se retira por estar super sensible, está vez siguió moviéndose y eyaculaba chorros de líquido. Mientras me enterraba las uñas en el pecho.
Ella se fue hacia un lado, nos abrazamos, y nos abrigamos para dormir, pero yo quedé detrás de la visita, ella apretaba su trasero contra mi. 10 minutos después, estábamos culiando, mientras mi mujer dormía.
En la mañana, me levanté temprano, preparé desayuno, y se notaba que nadie se miraba.
Nos despedimos fríamente.
Yo asumí que fue algo del momento, el copete, y que nunca se volvería a repetir.
Llegó su marido a buscarla.
En la noche, con mi mujer, hicimos el amor con muchas ganas, y sin hablar del tema.
Yo no dejaba de pensar en ella, pero al mismo tiempo me sentía más enamorado de mi mujer.
Pero nunca hablamos de eso.
Así que fue una gran sorpresa, cuando el viernes en la tarde, mi mujer me dice que la amiga vendría en la noche.
Esta situación se repitió por casi tres meses, viernes y sábado sin falta, creo que estábamos un poco mucho, enamorados entre los tres .
Estábamos fuera de control, una vez mi mujer quería vernos culiar mientras se masturbaba, pero al primer orgasmo de la amiga, se puso celosa y se tiró a golpearla, se tiraban del pelo, yo tratando de separar, todos en pelotas, yo haciendo fuerza para controlar a mi mujer, con el pico parado, no se cómo, me pareció un buen momento para metérselo por el culo, a la fuerza, todo eran gritos, golpes y la más extraña e intensa forma de placer.