Huxley vive dentro de una computadora. Sus palabras se repiten, en un mundo inerte viviente. Malditas lagrimas. Cuántas no, cuántas sí. Si me borraran los recuerdos; la nostalgia o me ahogaran sin pensarlo, y me hicieran sentir algo. ¿Cuantas cuadras sin chocar? Las pastillas hablan, me trago sus palabras, al igual veinte inviernos y un poemario de un autor que vive en sus hojas. Nos han vendido la seguridad junto a los miedos. Si no hubieran edificios se notaría más quien es la plaga.