navegando x la web encontre esta historia y me parecio interesante compartirla con uds Esta interesante historia parte hace 22 años exactamente. A partir de un día 8 de octubre 1988, en un sector de campo llamado PEIME, cercano a la caleta de pescadores de Carelmapu, X Región Los Lagos. Fueron varios los vecinos testigos de los avistamientos. Esto comenzó la tarde-noche de un sábado 8 de octubre, unos niños jugando a la pelota en el campo, observan pasar una nave a baja altura y aterrizar tras unos pinos. Corren asustados a sus casas y al día siguiente son descubiertas las huellas de lo que podría ser un Ovni. De ésta forma, las noches y los días sgtes. se sucedieron con un mismo denominador común: Objetos voladores sobrevolando de noche y a baja altura el sector, aterrizajes, huellas descubiertas al amanecer de los días por algún vecino, etc. Todo esto, en un lapso de 3 a 4 días consecutivos. La última (de 3 veces) que conversé con doña Amelia Cubate al respecto, fue el año pasado. Ella fue una de las vecinas que descubrió una de las huellas a unos 50 mts. de sus casa. Para ella y sus hijos, aún menores, fue algo aterrador, ya que él o los objetos, sobrevolaban a muy baja altura las pocas casas del sector. Otro detalle significativo es que no existía aún luz eléctrica en el sector. Ella, al ver sobrevolar una luz que iluminaba por completo su terreno y su casa, apagó las velas y se encomendó a Dios, mientras sus hijos, aquella noche en que se posó el ovni cerca de su domicilio, corrieron presas de terror a refugiarse bajo las camas. Por otra parte, los perros ladraban deseperados, como nunca antes se habían oído, mientras el resto de los animales de campo corrían y tenían actitudes de pavor ante la presencia de aquel objeto estelar. Las huellas dejadas por ésta oleada de visitas, permanecieron allí por muchos meses. Estaban dispersas en un radio de 1.000 metros. Tenían un olor indescriptible, según doña Amelia, en algunos momentos muy penetrante y en otras, aromática como una flor. Otro dato a destacar fue que los animales nunca se acercaron a pastar en donde estaban las huellas durante el tiempo que éstas permanecieron allí. El pasto yacía como quemado pero a su vez con una especie de color y textura a petróleo. Algunos bromeaban con la idea de que los ovnis bajaban a echar combustible en el lugar, ya que a fines de los años '70, se hicieron perforaciones a 900 mts. de profundidad en busca de petróleo. Según los vecinos, ambos pozos fueron sellados y nunca más se supo del tema. Sólo que allí permanece esa historia de los pozos y los ovnis de Peime. si ya estaba posteada la borran ps salu2
Buena info. Es muy sabido en el ámbito de la ufología nacional que para las regiones Australes siempre ocurren situaciones similares. Saludos