Aquí les dejo un poema de un Letrista de nacionalidad argentina llamado Héctor Francisco Gagliardi, en su lírica hace mención al soldado conscripto y su evolución dentro de su estadía en la milicia, nos vemos saludos kams. El Conscripto Le sucedió a fulanito, el nombre no viene al caso: de veinte años escasos De presumir el mocito, y a pesar de los escritos que presento el abogado, por un año lo mandaron a vestirse de conscripto. La madre se desmayo, Y las hermanas lloraron El día que comprobaron Que el doctor no lo salvo: Y el , que siempre se peino Con "jopo" y a dos cepillos, Le pasaron el rastrillo Y sin melena quedo. Se acabo la carne dura, y que esto me hace mal, y que tiene poca sal, y a mi no me den verdura, porque apretar la cintura un día se pueda hacer, pero, al trote y sin comer, se terminan las posturas. Empezó a comprobar que el sol sale temprano y un matecito en la mano para hacerlo levantar, nadie lo viene a cebar porque allí no esta la madre, que te recuerda que es tarde, o es hora de trabajar. Allí aprendió que el teniente no es uno de bigotito que pasa con el autito para ver a la de enfrente, porque ese de repente con el grito "cuerpo a tierra" hasta Colon te recuerda descubriendo el continente. El no estaba acostumbrado a tener que obedecer y menos tener que ser el chico de los mandados, pero Sargentos y Cabos le sacaron en tres días, el cansancio que tenia en el cuerpo acumulado. El Sol le tostó la cara y de tanto "sobre el hombro" fue notando con asombro que el fusil ya no pesaba; Las manitos delicadas se le pusieron callosas y hacia sonar baldosas cada vez que se cuadraba. Y entonces llego a querer hasta el sargento primero y fue el Teniente un compañero que lo hacia obedecer sin hacerle comprender de que era un superior y sin notarlo sintió cariño por su cuartel Y fue una tarde cualquiera que volviendo del campito, transpirado, tostadito, levantada la visera sintió nacer esa fiera que escondemos en el pecho, cuando en el mástil derecho vio flamear nuestra bandera. Es que a veces no podemos expresar nuestro sentir porque es difícil medir hasta donde la queremos, pero por dentro sabemos que hasta el alma se agiganta cuando pasa azul y blanca con los colores del cielo. Y aquí la versión chilena. Nos vemos, saludos a todos
ya hubo una vez un tema igual a este pero se llamaba el soldado el mismo poema pero igual se agradece siempre es bueno traer un poco del pasado a la memoria