Escena XXV La sala redonda de la biblioteca donde se reúne la tertulia esta desierta y en penumbra, apenas iluminada por las velas de los candelabros de las paredes y una sobre la mesa de centro. Hay un débil fuego en la chimenea. Los sillones desgastados y mullidos lucen tristes y abandonados, en el suelo hay una botella de vino, del rojo, con ya casi nada en su interior. y a los pies del taburete una botella de whisky consumida hasta la mitad. Sinuee entra por la izquierda, camina y recoge la botella de vino. Olfatea en su interior y bebe lo que resta, suspira y se sienta en el sillón de la izquierda el que en algún tiempo fuera rojo. - De nuevo, no encuentro compañía mas que de restos de vino, y vino del barato. Pero es mejor estar aquí afuera hace tanto frió, que cala en los huesos. Penetra como dagas que se clavan. En fin. Es mejor que me vaya. Se levanta, pone mas leña en el fuego, y sale por la izquierda.
Me agradaría continuar la historia, y lo haré, pero en otro momento, solo pasaba para ver como estaban las cosas y veo que sigue igual de inactivo esto ._. Cuando tenga tiempo continuare con eso Sr. Sinuee. Por el momento, buenas noches.
Sinuee entra por la izquierda. Se quita el abrigo y lo deja caer al suelo con ademan de colgarlo en un perchero inexistente. Añade madera a las brasas apenas encendidas. - Esto no prende, chihuahua. Se arrodilla frente a la chimenea y empieza a soplar. Después de unas cinco bocanadas el fuego comienza a arder. - Así está mucho mejor, que bien se siente esto. Mientras acerca las manos al fuego. Se levanta, mueve un taburete y lo acerca al fuego, toma un periódico de la mesa lo abre y se sienta en el taburete. - Caray parece que es de ayer, bueno igual sirve. Comienza a leer un articulo, levanta la vista hacia el reloj de manecillas que esta sobre la chimenea. - Aún es temprano, no me sorprende que no haya nadie, de nuevo, y para variar. Me pregunto si habrá venido alguien ayer. Se ve casi tal como lo deje ayer. - Recorre la habitación con la mirada, el whisky sigue en el piso, hay un monton de libreo en la mesita de centro, la vela ya consumida sigue ahí. Pero en la pared del fondo un papel de color naranjo Colocado en el tablón de anuncios capta su atención. - Mira, la jefa estuvo aquí. veamos que es. - Se levanta, deja el periódico sobre el taburete, y camina directamente a leer el anuncio. - !Vaya al fin los dioses nos han escuchado¡ "concurso Voces del pavimento" - Lee el anuncio, se retira un poco y se queda pensando un instante, luego saca un bolígrafo, y hace una anotación al margen el papel de la convocatoria. - Bien, bien. Esta excelente, tendré que pensar en algo. Así que a mi inspiración. -Con mucho animo camina a la salita y se recuesta en el sillón y se pone a dormir.