Al aproximarse a la recepción de un hotel, un hombre le llama la atención un ruido, y al darse la vuelta rápidamente le da sin querer con el codo al seno de una hermosa mujer que pasaba en esos momentos; apenado y sin saber qué hacer, le dice: Mil disculpas, señorita, si su corazón es tan suave como su seno, tengo la seguridad de que me sabrá perdonar... La mujer le responde: está perdonado caballero y deseo manifestarle, que si su pene es tan duro como su codo, mi habitación es la 221...