Los reptiles habían sobrevivido en los 26 tortugarios que hay en Ecuador. Así lo explicó José Martínez, jefe de recursos hidrológicos del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap). El funcionario explicó a la prensa que la siembra de huevos de tortuga se logró con el apoyo de unos 800 recolectores que subsisten de vender ese producto, pero donan al Conap el 20% de lo que recolectan. Los recolectores de huevos entregan la donación a un tortugario certificado por el Conap, en el cual le extienden una boleta, sin ella corre el riesgo de que el producto sea decomisado por la Policía de Protección a la Naturaleza, precisó Martínez al diario Prensa Libre. En los tortugarios, los huevos son sembrados en la arena, protegidos de depredadores naturales o de condiciones ambientales adversas; a las pocas horas de nacidos son liberados al caer la noche y corren hacia el mar, y cuando se conviertan en adultas volverán al mismo lugar. Martínez afirma que las tortugas llegan todo el año a playas de Guatemala desde Ocós, San Marcos (suroeste), hasta La Barrona, playa fronteriza con El Salvador (sur), sobre el Pacífico. Además, al área de una base naval del Pacífico no llegaban tortugas, pero desde hace 10 años empezaron a liberar en ese sector y ahora ya están llegando a desovar, comentó. Contrario a la tortuga de parlama, la tortuga baule parece estar extinguida en las costas guatemaltecas, lamentó. Martínez señaló que la recolección y comercialización de huevos de esa especie está prohibida, y los recolectores, cuando encuentran un nido deben entregar todos los huevos a los tortugarios, pero desconoce si cumplen con la normativa. Fuente: El Tiempo.
