que lata, perdió todo el encanto empelota. la prefería con ropita y el resto a la imaginación, pero como ahora los califas anónimos quieren TODO ahora y ya, pues sucumbió ante la industria populista del cine, empelotandose porque a los pendejos les gustaba la idea. en eso se han convertido los directores de cines, en un transporte social, a lo burdo y populista, con tal de vender y hacerse famosos, en un país, que es incapáz de valorar el arte, si no viene acompañado, de chuchás, empelotamientos, burlas, caídas, matrimonios desechos, divorcios, cachetadas, puñetes, desgracias, peos, escupos, y meaos. en resumen, somos unos voyeristas de mierda, y ya me tiene chato.