Vuelvo a decir lo que escuchas cuando amas cuando retrocedes en el mal de la desdicha y me ayudas cuando penetras la frialdad del invierno y lo transformas en una bienaventuranza. Te venero, te admiro, te miro cuando llamas cuando tocas el alma con el ardor de tu pecho cuando enterneces la mirada llamando el perdón la dicha, el amparo, la afirmación. Te busco, te altero en el recuerdo punzante y te llamo con los labios secos para intentar plasmar en tu rostro las lágrimas de la desesperación del no tenerte, del llamarte con el suspiro de un abrazo distanciado, cuando estás lejos. Pero ahora ya no sufro, porque la realidad es otra, porque los abrazos del destino al fin calientan mis brazos, porque la verdad ya no exige la ilusión porque puedo vivir en ti y tú en mi, a pesar de todo a pesar de todos de la nada que al fin pudo ser el todo. Janyta
Saludos! Felicidades!, hace tiempo no leía un poema donde trabajaran el concepto de amor de forma tan sútil, pero precisa. Grato al leer, sencillo (no por eso de menor calidad, al contrario) y muy buena armonia en general. Gracias por compartirlo !